CAPITAL FEDERAL - Desde el 12 de junio, Buquebus retomó la actividad con viajes de repatriación para uruguayos y argentinos con residencia en Uruguay que habían quedado varados en Argentina desde el 20 de marzo por el cierre de fronteras. El cronograma transcurrió con normalidad, cada viernes, hasta que se confirmó que en el último viaje, dos de esos argentinos “cruzaron” enfermos de coronavirus al país vecino en un barco con 250 pasajeros.

El malestar trascendió los comentarios de los uruguayos en las redes sociales y los políticos charrúas dieron lugar a una polémica que aún no tuvo respuestas desde Argentina. Los dos casos confirmados corresponden a un padre e hijo argentinos, que se fueron a vivir al este uruguayo y llegaron a Montevideo este viernes.

La alarma por estos casos importados causó recelo entre las autoridades sanitarias, que hace cuestión de días, el 18 de junio, celebraban la baja cantidad de casos del otro lado del charco: solo 12 en todo el país, entre 3,5 millones de habitantes. El Sistema Nacional de Emergencias informó que, hasta ese miércoles, los casos llegaron a 90 y que entre los 7 nuevos había dos en Punta del Este.

El sistema de salud trabaja ahora para rastrear a todos los pasajeros que iban en el barco junto a estos argentinos para realizar los test, y ubicar a sus contactos estrechos.

Está claro que el gobierno de Luis Lacalle Pou quiere que argentinos se muden a Uruguay para invertir. Hay programas fiscales que buscan atraerlos. Pero, ahora, la situación llevaría a que se le realice un hisopado a cada argentino que quiera entregarse a ese cambio de territorio. También a cada uruguayo que regrese a su país.

"Vamos a llenar el país de gente infectada", dijo Jesús Bentancur, intendente del departamento esteño de Maldonado, tras la confirmación de los dos argentinos que dieron positivo. "Voy a intentar comunicarme con el ministro de Salud Pública hoy porque estas situaciones no se pueden dar. Es obvio, vienen de lugares con problemas enormes ", dijo, sin vueltas, sobre Argentina.

El debate tiene otra arista. ¿Quién debe hacerse cargo de los test? ¿El país de origen o el país de destino? "No se puede traer 250 personas sin hacer un hisopado, que debe estar incluido en el pasaje; debería ser obligación demostrar que se hizo un hisopado en las últimas 48 horas antes de viajar. De esa manera, si no, vamos a volver a llenar el país de gente infectada", planteó Bentancur en diálogo con la emisora uruguaya Radio Montecarlo.

FRONTERAS CERRADAS

Todo comenzó el 19 de marzo, un día antes del decreto presidencial que instauró el aislamiento obligatorio en Argentina. Desde ese momento el movimiento en el Río de la Plata quedó en pausa hasta el 12 de junio, en los que se retomaron los viajes de repatriación. En ese entonces, había 400 personas varadas en Argentina y dispuestas a cruzar.

Para poder subirse al barco cada pasajero debía tener su propio barbijo o tapaboca. En tanto, estos traslados de emergencia no cuentan con servicio de catering ni free shop para aminorar la cantidad de personas en la embarcación y mantener la distancia entre los usuarios.

Uruaguay tiene las fronteras cerradas como Argentina. Salvo para uruguayos que quieran retornar a su país o para extranjeros con residencia. Es en estos casos, como sucedió con dos pasajeros, que desde el Gobierno del país vecino alertan sobre un posible brote de contagios.

Juan Carlos López Mena, ministro de Salud pública de Uruguay, aseguró que planea reactivar todos los viajes en quince días. "Estas cosas hay que reverlas. Voy a intentar comunicarme con el ministro hoy (por este jueves), porque estas situaciones no se pueden dar", agregó el intendente de Maldonado.

Además, sostuvo que si los argentinos "no se presentaban voluntariamente al test, habrían seguido con la enfermedad en el departamento sin que se supiera".

Fuente: Clarín

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