EL CALAFATE - En el marco de un plan que declama como objetivos “eficientizar” y “repotenciar las conexiones de cabotaje”, a partir de abril Aerolíneas Argentinas achicará sus frecuencias desde el aeropuerto de Fisherton en Rosario, Santa Fe a varios destinos nacionales —Bariloche, Córdoba, Mendoza e Iguazú— y eliminará las seis semanales que hasta ahora llevaban a El Calafate.

Según el gerente de Asuntos Públicos de la firma, Pablo Marcó, se trata de una estrategia a desplegar durante la “temporada baja” y que cuando recomience la alta, en septiembre, llevará a restablecer las conexiones, pero de manera directa (por ejemplo, sin pasar por Córdoba).

Así con su nuevo titular, Mario Dell’Acqua, sin llegar a un mes en el cargo, Aerolíneas Argentinas ya emprendió un plan de “reorganización” de vuelos que traerá fuertes cambios en la operatoria aérea local, aunque aseguran que no es un plan de ajuste ni de achique.

“Son cambios absolutamente temporales, relacionados con la programación de la temporada baja y la temporada alta”, afirmó el gerente regional de Aerolíneas, Rubén Nóbile. Lo mismo sostuvo Marcó. La idea, dijo, es “reducir la oferta durante la baja y potenciar las conexiones directas durante la alta”.

Así, los vuelos hacia El Calafate, que tenían escala en Córdoba, dejarán de operar a partir del 22 de abril y si la palabra de Marcó se cumple, volverían a salir hacia la villa turística pero en forma directa, en septiembre próximo.

Una modalidad que se implementó años atrás y que costó mucho, por parte de las autoridades calafateñas lograr revertir y que ahora se volverá poner en práctica.

Para el Ejecutivo de Aerolíneas Argentinas, toda esa “reprogramación” busca “repotenciar las conexiones de cabotaje” para aumentar su factor de ocupación y hacerlas más rentables con un “mejor producto”.

REPOSICIÓN 

Así, el plan contempla achicar la oferta de vuelos durante la temporada baja y reponerla, con conexión directa, en la alta. Nuevamente El Calafate aparece, cuándo no, como emblemática.

“Puntualmente esa ruta estaba dentro de un corredor federal, pero muchas veces no daba los resultados esperados. Por ejemplo, porque mucha gente prefería salir de Buenos Aires a triangular en un vuelo desde Rosario a Córdoba y después El Calafate”. Lo cierto es que esa noticia no cae nada bien para el trabajo que se viene haciendo desde hace años por parte de las autoridades de Turismo de El Calafate de potenciar la villa como un destino redondo.

Durante el invierno de 2016, la localidad turística había logrado mantener un número importante de frecuencias lo que permitió la llegada de un causal aceptable de turistas. Ahora se teme que a la decisión de hacer caer la ruta Rosario-Córdoba-El Calafate, se puedan sumar la baja de algunas de las frecuencias que existen hacia Buenos Aires, volviendo a las 2 o 3 que hubo en otras épocas, en vez de las 7 que tuvo en la temporada baja del 2016.

Fuentes gremiales de los aeronavegantes que prefirieron el anonimato matizaron e hicieron una lectura política de la situación. Por un lado admitieron al diario La Capital de Rosario, por ejemplo, que El Calafate tuvo una “expansión brutal y sobredimensionada”, en cuyo declive como lugar “de posta” (donde duermen los pilotos), cediendo ese podio a Ushuaia, tuvieron mucho que ver los entuertos judiciales en torno a la causa Hotesur y la voluntad del Gobierno Nacional de correrlo de escena como destino prioritario.

Fuente: La Opinión Austral

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