VATICANO - El Papa cerró con una liturgia penitencial, una misa y un discurso final, la reunión cumbre de los líderes mundiales de los obispos y superiores de las ordenes religiosas contra los curas pedófilos que abusan de niños y adolescentes. Con tono dramático comparó “esta plaga” que calificó de “monstruosa”, con los rituales religiosos del pasado que ofrecían sacrificios de seres humanos.

Abuso sexual en la Iglesia: el Papa prometió "no encubrir ningún caso"

Sin nombrarlo advirtió la presencia de Satanás al decir que “en los abusos vemos la mano del mal que no ahorra ni siquiera la inocencia de los niños. Es por eso que en la Iglesia ha crecido la conciencia de tratar de detener los abusos gravísimos con medidas disciplinarias y procesos civiles, pero también afrontar con decisión el fenómeno tanto en el interior como fuera de la Iglesia".

“Ella se siente llamada a combatir este mal, que toca el centro de su misión anunciando el Evangelio a los pequeños y protegiéndolos de los lobos voraces”, agregó. El Papa argentino ratificó “claramente” que si en la Iglesia, “se detectara un solo caso de abuso, será afrontado con la máxima seriedad”.

Francisco, que vestía paramentos verdes como los 114 episcopales presidentes de las Conferencias Episcopales mundiales y los jefes de las órdenes religiosas, más otros líderes de la Iglesia (en total 190 personas), afirmó que “en la rabia justificada de la gente”, la Iglesia ve el reflejo de la ira de Dios, traicionado y abofeteado por estos deshonestos consagrados”, refiriéndose a los curas pedófilos.

Señaló que “el eco del grito silencioso de los pequeños, que en lugar de encontrar en ellos paternidad y guías espirituales han encontrado verdugos, hará templar los corazones anestesiados de la hipocresía y el poder”.

Enfatizando las palabras, Jorge Bergoglio destacó que “ha llegado la hora de colaborar juntos para erradicar esta brutalidad del cuerpo de nuestra humanidad, adoptando todas las medidas necesarias ya en vigor a nivel internacional y a nivel eclesial”.

Y agregó: “Ha llegado la hora de encontrar el justo equilibrio de todos los valores en juego y dar directivas uniformes para la Iglesia, evitando los dos extremos de un justicialismo provocado por el sentido de culpa por los errores del pasado, y de una autodefensa que no afronta las causas y las consecuencias de estos graves delitos”.

El Papa señaló que es difícil comprender el fenómeno de los abusos sexuales contra los menores “sin la consideración del poder, en cuanto ellos son siempre la consecuencia del abuso de poder, la explotación de una posición de inferioridad del indefenso abusado que permite la manipulación de su conciencia y de su fragilidad psicológica y física”.

Como viene adoctrinando desde hace tiempo, Bergoglio explicó que el abuso de poder “esta presente también en las otras formas de abusos de los que son víctimas 85 millones de niños y adolescentes olvidados por todos: los niños soldado, los menores prostituidos, los niños malnutridos, los niños secuestrados y con frecuencia víctimas del monstruoso comercio de órganos humanos, los niños víctimas de la guerra y esclavizados, los niños prófugos, los niños abortados”

Es necesario transformar este mal en una oportunidad de purificación, pidió el Papa, e invitó a todos a “liberarnos de la plaga del clericalismo, que es el terreno fértil de este abominio”.

Francisco concluyó que la solución más eficaz que puede dar la Iglesia a las víctimas y al pueblo entero, “son los compromisos para una conversión personal y colectiva, la humildad de aprender a escuchar y proteger a los más vulnerables”.

Fuente: Clarín

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