A 40 años del Juicio a las Juntas Militares: un antes y un después para la democracia argentina
El 22 de abril de 1985 comenzó el primer juicio civil a exjefes militares por delitos de lesa humanidad en Latinoamérica. Nacido por decisión de Raúl Alfonsín, sentó las bases para la reconstrucción democrática y la memoria colectiva del país. En el caso, participó un fiscal nacido en Comodoro Rivadavia.
Este martes 22 de abril se cumplen 40 años del Juicio a las Juntas Militares, el proceso histórico que marcó un antes y un después en la democracia argentina. La orden de llevar adelante el juicio fue dada por el entonces presidente Raúl Alfonsín, apenas tres días después de asumir, a través del decreto 158/1983.
Allí, ordenó al Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (COSUFA) someter a juicio a los principales responsables de la dictadura que gobernó entre 1976 y 1983. En ese mismo acto, también creó la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP), con el objetivo de investigar y documentar los crímenes del terrorismo de Estado.
De esta manera, durante 1985, Jorge Videla, Emilio Massera, Orlando Agosti, Roberto Viola, Armando Lambruschini, Omar Graffigna, Arturo Lami Dozo, Leopoldo Galtieri y Jorge Anaya se sentaron por primera vez en el banquillo de los acusados, bajo la mirada de seis jueces que protagonizaron uno de los hitos más relevantes de la historia judicial argentina.
Además, en el caso intervinieron los fiscales Julio César Strassera (nacido en Comodoro Rivadavia) y Luis María Ocampo.
UN JUICIO HISTÓRICO
El Juicio a las Juntas tuvo una dimensión inédita: 839 testigos y víctimas declararon ante el tribunal, generando un total de 530 horas de audiencias que incluyeron testimonios de víctimas, familiares, testigos extranjeros, sacerdotes, militares y exmilitares. El material fue procesado y compilado en el informe Nunca Más, elaborado por la CONADEP. El escritor Ernesto Sábato, presidente de la comisión, entregó personalmente el informe al presidente Alfonsín.
El proceso fue único en América Latina y solo comparable, en magnitud y objetivo, con los juicios de Núremberg. Sin embargo, a diferencia de Alemania, Argentina no contaba con archivos de inteligencia desclasificados, por lo que el juicio se apoyó íntegramente en la voz de los sobrevivientes. Fue un proceso cívico, democrático y comprometido con la verdad y la justicia.
SENTENCIAS Y CONSECUENCIAS
El 9 de diciembre de 1985, el tribunal compuesto por León Arslanián, Jorge Valerga Araoz, Guillermo Ledesma, Jorge Torlasco, Ricardo Gil Lavedra y Andrés D’Alessio dictó sentencia: cinco de los nueve acusados fueron condenados a penas que oscilaron entre los cuatro años y la prisión perpetua.
Las condenas incluyeron a:
- Jorge Rafael Videla: prisión perpetua.
- Emilio Eduardo Massera: prisión perpetua.
- Roberto Viola: 17 años.
- Armando Lambruschini: 8 años.
- Orlando Ramón Agosti: 4 años y medio.
Los otros cuatro —Galtieri, Graffigna, Anaya y Lami Dozo— fueron absueltos.
Durante el gobierno de Carlos Menem, los condenados fueron indultados mediante la promulgación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, que obstaculizaron la continuidad de los procesos judiciales.
JUICIOS REABIERTOS
Aunque esas leyes fueron derogadas en 1998, fue recién en 2005, bajo la presidencia de Néstor Kirchner, que la Corte Suprema las declaró inconstitucionales. Esta decisión permitió la reanudación de los juicios por delitos de lesa humanidad, y varios de los militares indultados fueron nuevamente juzgados y enviados a la cárcel.
El Juicio a las Juntas sentó las bases de una política de memoria, verdad y justicia que continúa vigente. A 40 años de aquel 22 de abril, su impacto persiste como un ejemplo de compromiso democrático frente al horror de una de las etapas más oscuras de la historia argentina.
LA PELÍCULA ARGENTINA, 1985
La pelicula de Santiago Mitre, fue estrenada el jueves 29 de septiembre de 2022 en todo el país. Está inspirada en la historia real de Julio Strassera, Luis Moreno Ocampo y su joven equipo jurídico que se atrevieron a acusar, contra viento y marea, a contrarreloj y bajo constante amenaza, a la más sangrienta dictadura militar argentina.
La particularidad es que Strassera, nació en Comodoro Rivadavia en 1932. Su padre trabajaba como empleado contable en YPF y habría llegado a instalarse en Comodoro por mera casualidad. Sin embargo, a sus cuatro años se mudó y continuó su crianza en Capital Federal.
Con información de BAE Negocios, redactada y editada por un periodista de ADNSUR
