En los últimos días, se conoció que hubieron denuncias hacia autoridades sanitarias en China al descubrir que el personal ingresa en las viviendas de las personas que se encuentran en cuarentena por Covid y mata a sus mascotas.

En un caso, la dueña de un perro, llamada Fu, vio a través de la cámara de seguridad de su casa cómo personas vestidas con trajes de protección contra materiales peligrosos entraban en ella y golpeaban a su corgi con barras de hierro hasta matarlo mientras ella estaba en un centro de cuarentena. Finalmente ella dio negativo en la prueba del coronavirus.

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A través de sus redes sociales, la mujer escribió: “El perro corrió a otra habitación y se perdió de vista, pero sus gemidos eran audibles. Después de unos minutos, los trabajadores sacaron bolsas de plástico amarillas y dijeron que se llevaban al perro”, explicó Fu. El vídeo de su cámara de seguridad se ha hecho viral en la red social china Weibo, atrayendo millones de visitas de usuarios de internet que están indignados por la forma en que se ha torturado a los perros y gatos por temor a que los animales puedan transmitir el nuevo coronavirus a los humanos.

El Gobierno de China ha implementado drásticas medidas para mantener las infecciones por Covid-19 cerca de cero y evitar las transmisiones locales. En la ciudad septentrional de Harbin, una mujer denunció la muerte de sus tres gatos en septiembre mientras completaba la cuarentena, lo que también suscitó la ira en Internet. Las autoridades de las ciudades de Chengdu y Wuxi han entrado igualmente en casas particulares mientras sus propietarios estaban en cuarentena y han matado a sus gatos.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos afirman que las personas pueden transmitir el coronavirus a sus perros y gatos, aunque la posibilidad de que la infección se produzca a la inversa es “baja”. Varios estudios sugieren que la transmisión de las mascotas a sus dueños es “poco probable” y carece de pruebas.

Tweet de Alerta Mundial

Según informó La Nación, Fu escribió que fue llamada repentinamente a cuarentena en la ciudad de Shangrao después de que los rastreadores de contacto descubrieran que había estado en estrecho contacto con alguien a quien posteriormente se le diagnosticó Covid-19. No pudo pasar la cuarentena con su perro, pero los trabajadores de la comunidad le aseguraron que el corgi sería cuidado en su casa mientras ella estaba fuera.

Las autoridades municipales de Shangrao se disculparon más tarde y dijeron que los trabajadores que mataron al perro de Fu habían sido despedidos por “la eliminación inofensiva de un perro de compañía sin haberse comunicado plenamente con el propietario de la mascota”, según informó la Agencia AFP.

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