¿Estás en una relación tóxica?: La señal de alerta durante una discusión de pareja que no se debe ignorar
La dura frase utilizada puede ser consecuencia de un acto impulsivo, pero cuando se repite como estrategia para controlar o generar culpa, es una señal clara de manipulación emocional.
En muchas parejas, una discusión puede terminar con un “Me voy” dicho con enojo o frustración. Sin embargo, cuando esta frase se convierte en una amenaza recurrente para presionar al otro o conseguir lo que se desea, la situación deja de ser un conflicto puntual y pasa a ser un mecanismo de manipulación emocional.
La organización estadounidense Planned Parenthood, reconocida por su trabajo en educación sexual y relaciones saludables, señala que utilizar la amenaza de ruptura como forma de obtener algo no es comunicación, sino manipulación.
Este tipo de comportamiento, lejos de ser una expresión sincera, busca generar miedo, culpa y ansiedad en la pareja, afectando gravemente el equilibrio emocional de quien lo recibe.
LA MANIPULACIÓN EMOCIONAL: UN ENEMIGO SILENCIOSO
La manipulación en las relaciones no siempre se manifiesta con gritos o insultos evidentes. A menudo, se esconde detrás de advertencias constantes y veladas, que mantienen a la persona en un estado de incertidumbre y tensión emocional. La psicóloga española Gladys Hormigo, especialista en vínculos afectivos, explica que estas amenazas reiteradas “desequilibran la relación y generan una profunda inseguridad”.
Hormigo advierte que cuando uno de los miembros de la pareja utiliza la amenaza de ruptura como una herramienta de presión, es fundamental que la otra persona se detenga a reflexionar: “¿Esto es saludable para mí? ¿Estoy dispuesto a vivir bajo esta constante amenaza?”
Este tipo de dinámicas, según la experta, no solo afectan la relación en sí, sino que también erosionan la autoestima de quien las sufre. Muchas veces, la persona amenazada comienza a ceder en sus límites personales para evitar conflictos o la pérdida afectiva, lo que puede derivar en un cambio de comportamiento forzado y poco auténtico.
CONTROL Y MEDIO AL ABANDONO: LA RAÍZ DEL PROBLEMA
Desde otra perspectiva clínica, la psicóloga María Esclapez, también de España, señala que la amenaza constante de ruptura suele aparecer cuando el diálogo se bloquea y la relación se sostiene en la inestabilidad emocional. “Quien utiliza estas amenazas busca mantener el control a través del miedo al abandono”, explica.
Este patrón, lejos de solucionar los problemas, los agrava. La amenaza constante no solo debilita la relación, sino que deja marcas profundas en la autovaloración y en la percepción que cada uno tiene sobre lo que merece en una pareja. Como enfatiza Esclapez: “Una relación amorosa no debería ser un campo de batalla donde cada error se paga con la amenaza de abandono".
CÓMO IDENTIFICAR Y ENFRENTAR ESTE PROBLEMA
Reconocer este patrón es el primer paso para salir de una relación tóxica. Si la amenaza de terminar la relación aparece en cada discusión o como respuesta a tus decisiones personales, no es un comportamiento normal ni saludable.
Es importante poner en palabras cómo te sentís respecto a estas amenazas. Si al expresarlo la otra persona se enoja o te culpa, eso también es parte del problema y una señal de manipulación emocional.
Buscar apoyo profesional es fundamental. Consultar con psicólogos o terapeutas especializados en vínculos afectivos puede ayudar a comprender mejor la situación, fortalecer la autoestima y aprender a establecer límites claros y saludables.
CONSEJOS PARA SANAR Y FORTALECER LA RELACIÓN CONSIGO MISMO
Además de la terapia, existen otras estrategias para recuperar el bienestar emocional:
- Reconstruir la identidad propia y fortalecer la autoestima, para no depender emocionalmente del otro.
- Aprender técnicas de afrontamiento más saludables que permitan manejar el estrés y la ansiedad generados por la relación.
- Establecer y mantener límites firmes que protejan el espacio personal y emocional.
- Comprender y trabajar sobre la codependencia, que muchas veces alimenta este tipo de dinámicas tóxicas.
En definitiva, una relación amorosa debe basarse en el respeto mutuo, la comunicación abierta y la seguridad emocional. Cuando las amenazas constantes se convierten en moneda corriente, es hora de replantear la dinámica y buscar caminos que promuevan el bienestar y la felicidad de ambos.
Con información de TN, editada y redactada por un periodista de ADNSUR
