CAPITAL FEDERAL (ADNSUR) - Miembros de una familia que llegó a Ezeiza desde Roma (Italia) aseguraron que "todos en el avión no paraban de toser; la gente pedía barbijos y las azafatas no entregaban", dijeron los Burrieza. Los tres estaban los tres con barbijos y estaban muy preocupados con toda la situación. "Te aseguro que en ese avión venía el coronavirus", aseguró la madre de la familia, que recién llegaba desde uno de los países donde más aumentaron los casos de la enfermedad en los últimos días.

Los nuevos casos de coronavirus en Italia y España alertaron a la sociedad, más que nada a los ciudades europeas afectadas. La situación obligó a las autoridades sanitarias y aeroportuarias argentinas a aumentar los controles de los pasajeros que llegan desde esos países. No obstante, este miércoles a la mañana esas inspecciones todavía parecían ser laxas, apenas basadas en una declaración jurada.

En la mayoría de los aeropuertos de los países en los que hay casos de coronavirus se les toma la temperatura a los pasajeros, pero en Ezeiza solo tienen que llenar un formulario de declaración jurada, especificar dónde estuvieron, si tuvieron algunos de los síntomas de la enfermedad y decir en qué asiento viajaron. Si presentan tos o fiebre, se activa un protocolo y deben ser atendidos en salas especiales, explicó La Nación. 

"Solo me tomaron la temperatura en Roma, no vi que estuvieran tomando otras medidas", dijo Cristina Balcarce, quien volvió de esquiar del norte de Italia y pasó por varias ciudades europeas pero desde que conoció la noticia siempre estuvo tranquila.

A Damián Grieni no le tomaron temperatura al salir del aeropuerto de Roma. "Solo le tomaban la fiebre a los que se los veía mal. A mí no me frenaron ni nada", dijo a LA NACION.

Hugo del Monte, un español proveniente de Roma, que viajó a Buenos Aires por trabajo, no fue sometido a ningún control en los dos aeropuertos. "La gente no sabe la gravedad de la situación, debería haber más control", opinó.

"Allá no hay tanta preocupación como la hay acá en la Argentina. Recibíamos todo el tiempo mensajes de nuestros familiares, pero no nos pareció que en Europa estén tan en alerta", indicó Walter Carzón, quien paseó por varias ciudades europeas con su mujer y su hija. Llevaron barbijos y alcohol en gel desde Buenos Aires. "Por suerte fuimos preparados porque allá no se conseguía nada", finalizó.

Virginia Lucero trabaja en el Ministerio de Salud y desde hace dos semanas está asignada en Ezeiza, donde debe entregar folletos con recomendaciones para prevenir el virus respiratorio a la salida de la puerta de los arribos internacionales. Lavarse las manos, cubrirse la nariz y la boca al toser o estornudar y evitar contacto directo son los tres puntos principales a seguir que explica el volante. "Los que llegan están muy tranquilos, son muy pocos los que salen con barbijos", comentó.

A las 8:30 comenzaron a bajar los pasajeros del vuelo proveniente de Madrid. Ninguno recibió algún tipo de precaución ni fue controlado para salir o entrar al país. Camila tiene 23 años, viajó por un mes por Europa y salió de la puerta de arribos con la cara tapada por una bufanda de lana. " No conseguí ni barbijos ni alcohol en gel", comentó.

Evelyn Vallejos y su novio vinieron a la Argentina a visitar a su familia. Ambos con barbijos afirmaron que solo vieron carteles de prevención del coronavirus en Ezeiza. "Nosotros allá no vimos carteles y tampoco la gente andaba con barbijos", comentó Vallejos.

Desde prensa de Aeropuertos 2000, confirmaron que ningún pasajero de los vuelos de ayer fue al puesto 18, lugar preparado para asistir a quien tenga síntomas.

"Tanto en la pista como en la torre de control saben cómo implementar el protocolo. Si alguien llega a tener síntomas, se le informa a Sanidad de Fronteras y se lo deriva al Hospital de Ezeiza que queda a siete minutos", dijeron.

Fuente: La Nación

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