ESTADOS UNIDOS - Las autoridades de salud advierten repetidamente que la cuestión no es si va a haber una segunda ola de contagios y muertes por coronavirus sino cuándo llegará y qué tan grave será.

Conforme más países y estados de los Estados Unidos reabren caóticamente para retomar la actividad –incluso algunos en los que la tasa de contagio todavía está en aumento-, lidiar con los casos futuros es tan importante como prevenirlos.

En India, que en parte atenuó el confinamiento por el virus esta semana, las autoridades de salud el miércoles tuvieron dificultades para contener el brote en un mercado gigantesco. Los expertos de la castigada Italia, que acaba de empezar a flexibilizar algunas restricciones, advirtieron a los legisladores que se avecina una nueva ola de contagios y muertes por el virus. Exhortaron a que se intensifiquen los esfuerzos para identificar a las posibles nuevas víctimas, se haga un seguimiento de sus síntomas y se rastreen sus contactos.

Alemania advirtió acerca de una segunda e incluso una tercera ola y amenazó con volver a imponer restricciones si los nuevos casos no pueden contenerse. La canciller alemana Angela Merkel se reunió el miércoles con los 16 gobernadores del país para analizar más flexibilizaciones de las restricciones que han paralizado a la economía más grande de Europa.

“Habrá una segunda ola, pero el problema es cuál será su alcance. ¿Será una ola pequeña o una ola grande? Es demasiado pronto para saberlo”, dijo Olivier Schwartz, director de la unidad de virus e inmunidad del Instituto Pasteur de Francia.

Muchas zonas aún están batallando con la primera ola de esta pandemia. Brasil por primera vez cerró una ciudad grande, la capital del estado de Maranhão. Al otro lado del océano, el número de casos confirmados de coronavirus en África se disparó un 42% en la última semana y se prevé que los contagios superarán los 50.000 el miércoles.

¿Cuándo y cómo llegará la segunda ola de coronavirus?

Entretanto, un análisis de Associated Press reveló que la tasa de contagio fuera de la zona de la ciudad de Nueva York en realidad está aumentando, sobre todo en las áreas rurales. El estudio indicó que los avances de Nueva York contra el virus eclipsan los contagios en otros lugares.

“No se equivoquen: este virus todavía circula en nuestra comunidad, quizá aún más ahora que en semanas anteriores”, dijo Linda Ochs, directora del Departamento de Salud de Shawnee County, Kansas.

Se sabe que el virus ha infectado a más de 3,6 millones de personas y ha matado a más de 251.000, según un conteo de Johns Hopkins respecto del cual todos los expertos coinciden en que se queda corto debido a la limitación de los testeos, criterios disímiles sobre las víctimas y el ocultamiento deliberado de algunos gobiernos.

Estados Unidos ha tenido más de 71.000 muertos y 1,2 millones de infectados, y Europa 144.000 muertes informadas por coronavirus. Detrás de esas enormes cifras hay una familia que sufre.

“Enterrar a ambos padres al mismo tiempo es duro”, dijo Desmond Tolbert, que perdió a su madre y a su padre en el sudoeste rural de Georgia. Como tenían el virus, no pudo estar con ellos cuando murieron.

El presidente Donald Trump, con las miras puestas en su reelección en noviembre, está presionando con fuerza para morigerar las órdenes de confinamiento en el hogar y reactivar la economía estadounidense, en la que más de 30 millones de trabajadores han perdido el empleo en menos de dos meses. Se prevé que Trump desactivará gradualmente la fuerza de tareas del país contra el coronavirus, posiblemente en cuestión de semanas, pese a la preocupación de que los estados no estén poniendo suficiente cuidado en la reapertura.

Hace un siglo, la segunda ola de la epidemia de gripe española fue mucho más mortífera que la primera, en parte porque las autoridades permitieron aglomeraciones masivas de Filadelfia a San Francisco.

Temor y advertencias

Cuando esta semana Italia moderó el confinamiento, el Dr. Silvio Brusaferro, presidente del Instituto Superior de Salud, pidió “una enorme inversión” de recursos para capacitar al personal médico para monitorear los posibles casos nuevos. Dijo que las aplicaciones de rastreo –que están siendo creadas por decenas de países y compañías y se promocionan como posible solución tecnológica- no bastan para gestionar las futuras olas de contagios.

“No hemos salido de la epidemia. Todavía estamos en ella. No quiero que la gente piense que no hay más riesgo y podemos volver a la normalidad”, dijo el Dr. Giovanni Rezza, jefe del departamento de enfermedades infecciosas del instituto.

En Alemania, las autoridades podrían volver a imponer restricciones en todos los condados que informen 50 nuevos casos por cada 100.000 habitantes en la última semana.

Lothar Wieler, director del centro nacional de control de enfermedades de Alemania, dijo que los científicos “saben con gran certeza que habrá una segunda ola” de contagios pero señaló que están bien preparados para enfrentarla. El país ha sido elogiado por realizar amplios testeos y ha tenido cuatro veces menos muertes que Italia o Gran Bretaña, que tienen poblaciones menos numerosas.

Gran Bretaña ha comenzado a reclutar a 18.000 personas para rastrear los contactos de las personas infectadas. Los funcionarios británicos reconocen que deberían haber hecho más testeos y rastreos más tempranamente y podrían aprender de Corea del Sur, que controló su brote con testeos, rastreos y aislamientos rigurosos de los infectados.

El primer ministro británico, Boris Johnson, este miércoles. El país busca hacer testeos y rastreos rigurosos de los contactos de cada paciente. /AFP
El primer ministro británico, Boris Johnson, este miércoles. El país busca hacer testeos y rastreos rigurosos de los contactos de cada paciente. /AFP

Sudáfrica, que tiene años de experiencia en rastrear el VIH y otras infecciones, ya está realizando amplios testeos y rastreos. Turquía tiene un ejército de 5.800 equipos de rastreo de contactos que han detectado y testeado a casi medio millón de personas relacionadas con casos infectados. Israel planea realizar 100.000 análisis de anticuerpos para determinar la extensión del brote de coronavirus y prevenir una segunda ola.

India estaba concentrada en el drama inmediato del mercado de la ciudad sureña de Chennai, que ahora se vincula a por lo menos 1.000 casos de coronavirus. Otras 7.000 personas relacionadas con el ahora clausurado mercado de Koyambedu están siendo rastreadas y puestas en cuarentena. A los expertos les preocupa que se produzca una catástrofe sanitaria en un país de 1.300 millones de habitantes con un sistema médico ya sobreexigido.

La presión económica

Los nuevos contagios diarios confirmados en los EE.UU. superan los 20.000 y las muertes por día están muy por encima de las mil, según el cálculo de Johns Hopkins. Y los funcionarios de salud advierten que, si no se baja la tasa de contagios, podría haber más muertes –quizá decenas de miles- en tanto la gente comience a salir y las empresas a reabrir.

“Cuanto antes se reabra, menor será el costo económico… pero más alto será el costo humano, porque se perderán más vidas”, dijo el gobernador de Nueva York Andrew Cuomo. “Esa, amigos míos, es la decisión que en realidad estamos tomando”.

Trump reconoció el costo pero argumentó que mantener cerrada la economía estadounidense conlleva costos letales propios, como el abuso de drogas y los suicidios.

“No digo que algo sea perfecto y, sí, ¿algunas personas se verán afectadas? Sí. ¿Algunas personas se verán sumamente afectadas? Sí. Pero tenemos que reabrir el país y tenemos que reabrirlo pronto”, dijo durante una visita a Arizona en la que no usó tapaboca.

Por Nicole Winfield, Angela Charlton y Chris Blake, Associated Press

Traducción: Elisa Carnelli

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