El adjetivo Divergente viene del latín, del participio del presente “divergens, divergentis” (que se inclina, separadamente a otro lado, que se separa, se diferencia), participio del verbo “divergere” (inclinarse a otra cosa, separándose de algo o de otro). Dos elementos que se van separando de manera progresiva a lo que resulta Discordante (que no tiene correspondencia o armonía con otra cosa).

Cada mañana al despertar, mis sentidos perciben dificultades:  veo, escucho “cosas” que me producen malestar, simplemente me separan del código hegemónico con el que estoy programado.

Casi siempre ese displacer está identificado con hijas/os, pareja, compañeros de trabajo, artistas, etc.

Simplemente el otro, que dice en cualquier medio existente algo que se separa, se diferencia de mí. Me interpela.

¿Cómo me condiciona el que no entiende, el que no siente, el que simplemente obstaculiza mi camino?

Ante esta vivencia, en algunos pocos momentos de consciencia puedo ver tres alternativas:

🔹 Negar la validez de lo sentido, rebelarme e intentar acallar esa voz divergente, discriminarlo y refugiarme en los grupos donde los “Like” nos apapachan, donde prevalece el paradigma “el cliente siempre tiene la razón”.

🔹 Simplemente desconectarme, acrecentar mi indiferencia, incrementar mi eje psicopático. “No es mi problema”.

🔹 Aceptar que soy vulnerable, que me produce displacer, que El/Ella se convierte en una “persona difícil” y que tengo una nueva oportunidad de aprender del malestar, de conectar con el otro, de volver a reconocer que no es lo que el otro dice, sino como Yo lo percibo.  

¿Me ayudaría Ud. a trascender mi dilema, respondiéndose las siguientes preguntas?

A Ud le sucede lo mismo que a mí?

Se encuentra con personas difíciles?

Para quién Ud. es la persona dificil?

Qué opción elige en particular?

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