Puede parecer algo ‘pomposo’, pero el nombre que lleva el proyecto de ley de ‘Soberanía Energética’ de la provincia del Chubut refleja la necesidad de revertir circunstancias de desequilibrio, propias de un país que es federal en su Constitución pero absolutamente centralista en todos sus ámbitos, con el perjuicio que esto genera para las jurisdicciones provinciales.

Y más allá de la circunstancia de que la iniciativa es impulsada por un gobierno a punto de concluir su mandato y puede que pase inadvertida en el marco del acelerado proceso electoral que se vive actualmente, los objetivos planteados deberían ser parte de un debate que trascienda las diferencias partidarias, para buscar un consenso sobre una política energética que permita mejorar la calidad de vida de los chubutenses y sus oportunidades de desarrollo.

Sistema inteconectado nacional, en su punto de acceso a Puerto Madryn.
Sistema inteconectado nacional, en su punto de acceso a Puerto Madryn.

Lo anterior sería posible aun cuando hay aspectos que pueden ser perfectibles, u otros que todavía deberían sumarse, según las primeras críticas que se han escuchado. Con un debate que todavía debe comenzar, el punto de partida sin embargo es bastante claro: el aislamiento energético de una gran cantidad de localidades chubutenses y los mayores costos que paga toda la provincia en general, son indicadores de que el tema debe abordarse en profundidad.

CHUBUT ENTREGA MAS ENERGIA DE LA QUE CONSUME, PERO PAGA MAS CARO LO QUE RECIBE 

Hay una paradoja que refleja hasta qué punto el centralismo del país perjudica a los habitantes del interior. Tal como reflejó ADNSUR en un informe anterior, Chubut genera mucha más energía de la que consumen sus habitantes, pero a la hora de pagar la factura, el precio incluye un costo de transporte como si la electricidad se hubiera producido en Buenos Aires, además de una tarifa equivalente a la hora pico (el valor más caro) en los principales centros urbanos, encabezados por el AMBA.

Generar energía para casi dos millones y medio de habitantes, en una provincia que según el último censo tiene apenas algo más de 600.000, debería tener algún tipo de ventaja, que por ahora no se ve ni remotamente reflejada en la situación energética de Chubut. A esa inequidad se suma el hecho de que los chubutenses pagan también por el transporte a lo largo de 2.000 kilómetros de líneas eléctricas, lo que termina explicando por qué una factura en cualquier ciudad de la provincia puede tener valores, vinculados exclusivamente a la energía, del doble o el triple que lo pagan usuarios capitalinos.

La situación es similar a la que se da en otros planos, por ejemplo con el reparto de los recursos de coparticipación federal de impuestos. Mientras la provincia genera algo más de 4 puntos del Producto Interno Bruto Nacional, a la hora del reparto de la torta de recursos, le toca menos de la mitad de lo que produce. 

Las redes de alta tensión en la región son operadas por Transpa.
Las redes de alta tensión en la región son operadas por Transpa.

Volviendo al plano energético, desmontar esas asimetrías requiere construir una estructura legal que valorice la capacidad de generación existente en la provincia, pero puede que con esto solo no alcance. Por eso,  en la búsqueda de una solución de fondo, un segundo pilar, además de hacer valer la capacidad de generación, es la creación de un Mercado Eléctrico Mayorista Regional.

La ventaja de crear un mercado regional, conformado por las empresas que generan energía en la provincia y la región, es simple: se dejaría así de depender de los precios que fija el mercado nacional, a partir de las decisiones que toma la compañía que administra el mercado mayorista nacional. Para más datos, esa compañía tiene en su composición accionaria a la mayoría de las grandes generadoras del país.  

CREACION DE UNA EMPRESA PROVINCIAL DE ENERGIA

Además de la creación de un mercado eléctrico regional, el proyecto de ley de ‘Soberanía Energética’ apunta a que el Estado provincial se asocie, a través de una empresa provincial de energía, a crearse en el marco de la misma ley, con las empresas de generación de electricidad ya instaladas en la provincia.

El artículo 23 del proyecto de ley contempla la creación de la ‘Empresa Provincial de Energía Chubut Sociedad Anónima’ (EPECH), con un 51% de acciones en manos del Estado provincial, un 15% a distribuir entre los municipios y un 34% que será ofrecida a capitales privados mediante ofrecimiento público.

La empresa EPECH estará integrada, según propone el artículo 34, por la totalidad de las acciones que la provincia de Chubut posee en las empresas Hidroeléctrica Ameghino; Centrales Térmicas Patagónicas; YPF; Transportadora Patagónica; Vientos de la Patagonia; ENARSA; Hidroeléctrica Futaleufú; Ingentis; y Transacue.

“Actualmente Chubut genera energía eléctrica, entre hidráulica, térmica y eólica, para 2,4 millones de habitantes (7,3 millones de MegaWatt/hora)”, sostiene la fundamentación del proyecto, que alude además al declino de la actividad petrolera en la provincia como un incentivo para la búsqueda de nuevos desarrollos tecnológicos para insertar a la región en un nuevo esquema productivo, vinculado a la futura elaboración de hidrógeno.

La participación del Estado provincial en empresas de generación y transporte es el capital para integrar la empresa que se propone crear. Foto: Transpa.
La participación del Estado provincial en empresas de generación y transporte es el capital para integrar la empresa que se propone crear. Foto: Transpa.

De este modo, a través de la empresa EPECH, la provincia participará en la generación de energía para venderla al Mercado Eléctrico Mayorista Regional de Chubut (MEMRECH), a un precio mucho más competitivo que el que hoy se compra al mercado nacional.

Esto debería ser así por dos razones fundamentales: se elimina el costo del transporte que hoy se carga a la factura que pagan los chubutenses; y disminuye la rentabilidad empresaria, ya que al tratarse de una empresa estatal la renta de ésta se vincula a metas de reinversión y crecimiento, pero sin los rendimientos exacerbados que se lleva hoy el mercado oligopólico.

Hay que tener en cuenta que en una gran vastedad del territorio provincial el principal distribuidor de energía es el Estado provincial, a través del área de Servicios Públicos, por lo que al ser parte de la generación mediante una empresa provincial, el Estado se estaría auto vendiendo la energía, lo que podría generar políticas de fomento para esas localidades, tanto a nivel residencial como para la radicación industrial.    

PESE A CONTAR CON FUENTES DE GENERACION BARATA, SE PAGA LA ENERGIA SOBRE LOS PRECIOS MAS ALTOS DEL PAIS

Daniel Ehnes es consultor financiero que participó en la elaboración del proyecto presentado por el Ejecutivo provincial y explicó por qué una ley de estas características sería beneficiosa para lso habitantes de Chubut:

“No sólo permitiría abaratar los costos de la energía, sino que se revertiría todo el centralismo del mercado eléctrico, que considera al despacho de energía, por más que se realice desde cualquier punto del país, como si partiera desde Ezeiza. Eso incluye los costos del transporte, por lo que los patagónicos hoy pagamos un 32% más que el AMBA”.

Daniel Ehnes, consultor financiero y uno de los impulsores del proyecto de ley que presentó el Ejecutivo provincial.
Daniel Ehnes, consultor financiero y uno de los impulsores del proyecto de ley que presentó el Ejecutivo provincial.

Además, indicó el analista, se apunta a revertir la socialización de los costos más altos de la energía.

“Por ejemplo, nosotros en Chubut contamos con generación de energía eólica e hidráulica, que son tipos de energía mucho más baratos que las centrales que se alimentan con gasoil o fueloil, con costos de 300 dólares por MegaWatt (Mw) generado, frente a 12 ó 16 dólares de la hidráulica y 40 dólares por Mw de la eólica –graficó-. Sobre esos valores, el mercado nacional hace un promedio en base al precio que se comercializa en los principales centros urbanos, que son el AMBA, Córdoba y Santa Fe, trasladando ese mayor costo a todo el país”, cuestionó.

Para profundizar la explicación, el analista añadió que todos los habitantes del país terminan pagando un valor de la energía sobre las máquinas de generación más caras, lo que perjudica directamente a Chubut, que tiene una mayor parte de su parque de generación con las fuentes más baratas, al menos en lo que refiere a la distribución en las ciudades más grandes.

Otro de las fuentes de generación es la presa Florentino Ameghino. Foto: Transpa.
Otro de las fuentes de generación es la presa Florentino Ameghino. Foto: Transpa.

 “A mediano plazo, con estas dos fuentes de energía se podría generar un mercado local con un costo más barato y el Estado podría impulsar proyectos de radicación con energía menos costosa. Con una política energética integral se podrían generar incentivos para que las industrias paguen un menor precio por la energía, que es una forma de promover el desarrollo”.

El analista mencionó otro de los elementos contenidos en la fundamentación del proyecto: el consumo de energía es un indicador clave de desarrollo de los países. Mientras Argentina hoy consume 3.000 Kw/hora por habitante, por año, en Estados Unidos esa cifra es 5 veces mayor, mientras en países nórdicos llega a los 20.000 Kw/h per cápita. 

EL PROBLEMA DEL AISLAMIENTO QUE AFECTA A 25 LOCALIDADES CHUBUTENSES 

Dentro del diagnóstico provincial se cuenta la situación de 25 localidades, que involucran al 85% del territorio provincial, que funcionan con sistemas de generación eléctrica aislada, a partir del uso de motores altamente ineficientes, que consumen gasoil a un alto precio y generan un impacto muy negativo para el ambiente.

Ehnes señaló nuevamente la incongruencia, entre una provincia que genera energía para el resto del país, pero tiene una gran parte de su población sin estabilidad eléctrica. “La energía que producimos la consumen grandes centros urbanos, pero no aprovechamos nuestro propio potencial”, señaló.

La infraestructura energética instalada en la provincia puede ser la base para el cambio que impulsa la ley.
La infraestructura energética instalada en la provincia puede ser la base para el cambio que impulsa la ley.

“Una persona que nació en Yala Laubat no tiene la posibilidad de realizar un emprendimiento de un taller metalúrgico, por ejemplo, porque no tiene disponibilidad de energía. El consumo de electricidad es un indicador de desarrollo para las regiones y países, Chubut ha sido un generoso aportante para el resto de la Argentina, pero no tiene resuelta esta necesidad básica en su propio patio interno”, refirió.

“El Estado provincial hoy gasta 3.000 millones de pesos por año en proveer energía de mala calidad a los pueblitos del interior, porque se lo cobran al mismo precio que pagamos los particulares en una estación de servicio, sin ninguna salvedad por ser el Estado”, añadió Ehnes. En cambio, razonó, con una empresa de energía propia y un mercado regional, la compra de energía se haría en condiciones más favorables, con objetivos de promoción del desarrollo para esas mismas localidades.

Paralelamente, indicó que la política de soberanía energética apuntaría al desarrollo de la infraestructura necesaria para promover un mayor aprovechamiento de la energía eólica, cuyos rendimientos son especialmente destacados a nivel mundial en Chubut, pero su expansión hoy está limitada por la falta de capacidad de transporte en las líneas de alta tensión.

Otro tema a considerar dentro de los objetivos del proyecto es el sistema de transporte. Si hoy el Estado desarrolla un parque eólico para aprovechar el potencial de los vientos de la provincia, se debe construir también una línea de transporte, que luego es cedida para su aprovechamiento económico por parte de un grupo privado.

“Hoy la provincia tiene participación en Transpa y Transacue, que son las empresas de transporte de alta y baja tensión –señaló Ehnes-. Si se conforma la empresa provincial de energía, capitalizada por esas mismas participaciones accionarias, sería el propio Estado el que explote la nueva línea de trasporte, en lugar de ceder esa inversión fenomenal para que la aproveche un tercero”.

Para el analista, la propuesta “es superadora para todo el sistema energético de la provincia, e incluso hoy es mirada en las charlas que tuvimos, en distintos foros, con mucho agrado, e incluso desde el gobierno nacional”.

Chubut podría hacer valer sus acciones en Hidroeléctrica Futaleufú para capitalizar la futura empresa provincial de energía. Foto: Energía&Negocios.
Chubut podría hacer valer sus acciones en Hidroeléctrica Futaleufú para capitalizar la futura empresa provincial de energía. Foto: Energía&Negocios.

El proyecto podría dar pie, por ejemplo, a una participación directa en la futura administración de Futaleufú, cuya concesión vence en el año 2025. En ese caso, dijo Ehnes, los recursos con los que se genera la energía corresponden a la provincia, por lo que Chubut podría aspirar a su manejo, cobrando no sólo regalías hidroeléctricas sino también en paquetes de energía para promover el desarrollo de sus regiones, o incluso para exportarla.

“Hoy la energía que se produce en un país puede tranquilamente trasladarse hacia otros y competir a nivel costos. Nosotros tenemos ventajas fenomenales, pero hoy no las estamos aprovechando”, concluyó.

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