Precios del petróleo e incertidumbre global: tres escenarios posibles ante la crisis entre Irán e Israel
Un informe de Oxford Economics plantea cómo podría evolucionar el precio del crudo si se prolonga el conflicto en Medio Oriente. Las consecuencias afectan a la inflación, la política monetaria y el crecimiento global.
Las tensiones geopolíticas entre Irán e Israel reactivaron los temores sobre la estabilidad del suministro global de petróleo y sus efectos sobre la economía mundial. En ese marco, la consultora Oxford Economics elaboró un análisis de escenarios sobre el impacto potencial de una suba sostenida del precio del crudo. La conclusión principal es que un repunte sostenido encarecería la energía, elevaría la inflación y condicionaría la política monetaria de las principales economías.
El informe explora tres situaciones alternativas según el grado de escalada del conflicto: desde una desescalada con sanciones a Irán hasta un eventual cierre del Estrecho de Ormuz, principal canal de exportación del Golfo Pérsico. En todos los casos, se espera un impacto económico negativo, aunque con distinta magnitud.
Escenarios: impacto en precios, inflación y tasas
Escenario 1: desescalada con sanciones
En un escenario de menor tensión, se produce una pausa en los ataques entre Irán e Israel, pero las sanciones occidentales reducen en 700.000 barriles diarios la oferta global (alrededor del 1%). El precio del Brent subiría a unos 75 dólares por barril, seis dólares por encima del escenario base. La inflación subiría de forma moderada (0,2 puntos porcentuales adicionales en 2026) y el crecimiento global se vería levemente afectado (-0,1 puntos porcentuales). No se prevén cambios significativos en las tasas de interés.
Escenario 2: interrupción de producción iraní
La segunda posibilidad contempla ataques sostenidos y daño directo a la infraestructura petrolera de Irán. Esto eliminaría del mercado unos 3,4 millones de barriles diarios (el 4% de la oferta global) y llevaría el Brent a 90 dólares. En ese caso, la inflación global subiría al 4,5% hacia fines de 2025, y la política monetaria podría endurecerse. La Reserva Federal de EE.UU. postergaría los recortes de tasas hasta 2026 y el crecimiento mundial caería al 2,3%.
Escenario 3: cierre del Estrecho de Ormuz
El escenario más extremo plantea un bloqueo del Estrecho de Ormuz por parte de Irán. Por allí transita un tercio del petróleo que se exporta por vía marítima. Esto interrumpiría más de 20 millones de barriles por día. El Brent podría dispararse a 130 dólares por barril. La inflación en Estados Unidos llegaría al 6%, y en la Eurozona al 3,7%. El crecimiento mundial caería 0,3 puntos porcentuales adicionales. Los bancos centrales tendrían menos margen para recortar tasas, aunque podrían hacerlo de forma más agresiva en 2026 si cede la presión inflacionaria.
Efectos sobre América Latina
La reacción inmediata de los mercados fue el aumento de las posiciones especulativas sobre petróleo, llevando el Brent por encima de los 75 dólares. Sin embargo, la evolución del conflicto sigue generando alta incertidumbre.
En América Latina, las consecuencias son heterogéneas. Países exportadores netos de crudo como Colombia, Brasil y Venezuela podrían beneficiarse de precios más altos, mientras que importadores como Chile y Perú enfrentan mayores costos energéticos y presión inflacionaria.
Un análisis de BBVA FX Strategy ubica al peso colombiano como el más favorecido por el alza del petróleo, dado que más del 50% de sus exportaciones provienen del sector energético. Brasil y México también podrían capitalizar los mayores ingresos, aunque enfrentan restricciones internas. En contraste, el sol peruano y el peso chileno se consideran entre las monedas más expuestas a un shock de materias primas.
Francisco Monaldi, del Instituto Baker, sostiene que el impacto dependerá del perfil energético de cada país. “Exportadores netos como Venezuela, Guyana, Colombia y Ecuador se verían beneficiados, mientras que importadores como Chile, Perú y los países del Caribe enfrentarían mayores costos”, explicó en una entrevista reciente.
El caso argentino: oportunidad parcial y límites estructurales
En el caso de Argentina, un eventual aumento sostenido del precio del petróleo podría mejorar los ingresos por exportación de crudo, en especial si se acelera la ampliación de capacidad de transporte desde Vaca Muerta. En los primeros meses de 2025, las exportaciones de petróleo crecieron 42% interanual, y la Cuenca Neuquina representó el 78% del total.
Sin embargo, el efecto positivo estaría condicionado por factores internos: restricciones cambiarias, capacidad logística aún limitada y la necesidad de inversión sostenida en infraestructura. El proyecto Vaca Muerta Oil Sur (VMOS), cuya primera fase entraría en operación en 2026, será clave para aprovechar estas ventanas de oportunidad en el mercado internacional.
