´COMODORO RIVADAVIA (Por Raúl Figueroa / Especial para ADNSUR) - La discusión política en la provincia tuvo un preocupante retroceso. Es que si bien hasta hace algunos meses podía lucir, aunque sin aspavientos, la posibilidad de pagar haberes en término a jubilados y empleados del sector público, en la última semana se abrió una encrucijada que se ve potenciada por otros graves inconvenientes: la posibilidad de cumplir obligaciones depende cada vez en mayor medida de los auxilios financieros que pueda enviar el Estado nacional, que en la práctica no significan otra cosa que seguir contrayendo deuda para pagar salarios. A su vez, el gobierno nacional, cruzado en tres reformas que motivaron fuertes rechazos y que volverán a cuestionarse el próximo 6 de diciembre, amenaza con cerrar el grifo si es que no se dan señales de ajuste del gasto público.

Como un efecto dominó (de Nación a provincias y de éstas hacia sus Legislaturas y representantes ante el Congreso), las exigencias de ajuste tienen en este caso un retorno circular, a partir de la conflictividad que se potencia en las calles y que tendrá a mitad de esta semana una nueva manifestación de protesta, convocada a nivel nacional por gremios estatales (y que podría contar nuevamente con la CGT disidente de Sergio Palazzo y los Moyano). Esa conflictividad tendrá también un fuerte efecto en Chubut, a partir de la incertidumbre sobre el cobro de salarios, pero también en rechazo contra las reformas tributaria, previsional y laboral.

A su vez, el gobierno de Mariano Arcioni acciona contrareloj para lograr que el bloque oficialista pueda en una sesión especial de esta semana, lograr la aprobación del convenio con Nación para obtener fondos frescos que posibiliten afrontar el pago de salarios de noviembre y dar certidumbre a los aguinaldos, en un diciembre que amenaza con temperaturas más altas que las habituales.

Hay quienes ven un viejo fantasma en las trabas legislativas, más allá del debate ideológico que quedó planteado sobre la autorización del auxilio financiero: “no lo quieren a Mariano en el valle”, observó un veterano dirigente radical de la ciudad. No es nada nuevo, según refieren los colaboradores más cercanos; pero unos y otros no dejan de sorprenderse porque también legisladores comodorenses fueron parte de esa negativa.

Semana caliente

Aun cuando el convenio se apruebe y lleguen los fondos, los gremios estatales de la provincia coinciden en la posición de rechazo a las reformas, expresada días atrás por los “gordos” disidentes, nucleados en el plano local en torno a petroleros, camioneros y uocra.

La manifestación en contra ha sido nuevamente convocada para el miércoles 6 de diciembre, tanto a nivel nacional por la CTA y otros sectores, como en el ámbito provincial. En Comodoro hay un plus adicional: Jorge Avila le avisó al gobernador que la paciencia hacia Tecpetrol se termina este miércoles, si es que la operadora del grupo Techint no da una señal concreta de activar el equipo de perforación anunciado semanas atrás, además de presentar un plan de inversiones que garantice un freno a la caída de actividad.

El líder petrolero está convencido de que las señales políticas que reciben algunas operadoras de parte del gobierno nacional es de seguir ignorando el reclamo laboral, habida cuenta de una intención de ir a fondo con la reforma laboral a aplicarse también en este sector. Y una condición adicional: “Aranguren quiere volver a concentrar la decisión de las concesiones petroleras en manos del gobierno nacional, quitándole el poder de concesión a las provincias”, analizan en el ámbito gremial.

Quienes defienden al gobierno de Macri no se amilanan ante estos razonamientos: “el manejo de las concesiones en las provincias no ha garantizado ni transparencia ni actividad –dicen en el mismo off the record-, la prueba está en que no hay ninguna cláusula en los contratos que impida a las operadoras hacer lo que están haciendo”. Incluso el delegado del ministro Frigerio en Chubut, Ignacio Torres, lanzó fuertes dardos hacia el gremio petrolero y la conducción sindical en general en los últimos días, al argumentar que muchos de estos sectores “provocan destrucción de puestos de trabajo”.

Transporte, tarifas y combustibles

En Comodoro, el descontento podría incrementarse esta semana no sólo por el reclamo petrolero, sino porque podría haber un nuevo paro del transporte público. Hasta las últimas horas el gremio de la UTA siguió recibiendo la misma incertidumbre sobre el pago de salarios, por lo que estiman que el cuarto día hábil del mes, que también coincide con el 6 de diciembre, podría desatase el conflicto. El gobierno provincial no avanzó con la propuesta de pago de la deuda a Patagonia Argentina, pero tampoco hay precisiones sobre el pago de este mes en lo correspondiente a subsidios y las erogaciones del T.E.G.

En ese clima, el nuevo incremento de combustibles dispuesto a nivel nacional por un mercado totalmente liberado (en el año las naftas acumulan 20% y el gas oil, alrededor del 12%), más el próximo impacto de tarifas de electricidad y gas, generan un panorama de ceños fruncidos, al que no escapan tampoco quienes confían en que el rumbo del gobierno nacional es el correcto.

Endeudamiento, incertidumbre salarial y conflictos sectoriales de magnitud. Demasiados elementos inflamables, para una época en la que, se sabe, es necesario extremar precauciones para reducir riesgos de incendio.

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