Para los argentinos, el principal problema que afecta al pais actualmente es la inflación. En una encuesta, realizada por la Universidad de San Andres, se observa que, tanto votantes del FDT (66%) como de JXC (61%), tienen al alza del costo de vida como el mal que mas los aqueja. Esta especie de “dolor de cabeza comunitario” no es nuevo. 

Argentina es un país inflacionario desde hace décadas. El déficit fiscal alto y la dependencia de emision de moneda se volvió una constante de la que no se puede salir. Algunos ubican el inicio de la escalada en los 70, que marcaron la antesala de la hiperinflación. 

Según la economista Victoria Giarrizzo, el año clave fue 1945. ¡Llevamos 78 años conviviendo con la inflación! ¡Qué vinculo toxico!, ¿no?. No salimos de la espiral y, hasta ahora, ningún gobierno de ningún color encontró la solución.

El actual ministro de Economia, Sergio Massa, se tiene fe. Repite, como una especie de mantra, que para abril espera conseguir una inflación del 3% mensual. Detrás de esa meta se ubica practicamente toda la coalición gobernante de cara a este año electoral. ¿Depende de un solo ministro la solución a la inflación? ¡Qué miedo! ¡Qué presión!

A Massa parece no causarle mucho sentimiento de impacto. Al menos eso muestra. El ministro es hábil para las maniobras políticas y para el manejo de la opinión pública. Se llama al silencio, se muestra como un gestor de soluciones, tiene amigos en todas partes, y da notas cuando le conviene y para hablar de lo que le conviene. De hecho, no se lo ha escuchado acerca de la embestida del gobierno nacional contra los miembros de la Corte Suprema de Justicia. Los 3 diputados que le responden y conforman la comisión de juicio político en la Cámara baja, se van a alinear con el mandato partidario. Sin embago, esta semana, la diputada massista, Vanesa Massetani, dejó su lugar “por problemas personales” y será reemplazada por el ultrakirchnerista Ricardo Herrera. ¿Cosas del destino?

Massa tuvo otra semana intensa: control de precios polémico, dólar blue encendido, discusión por los porcentajes de paritarias, apuesta en la recompra de bonos y la orden de investigar si hubo gente con “información privilegiada” sobre esa maniobra tal como denunció la oposición.

Mientras todo eso pasa, en el mundo de Alberto Fernández, parece solo importar la cumbre de la CELAC que tendrá lugar en los próximos dias. ¿Va a solucionar nuestro mal inflacionario esa cumbre? ¿En qué pone energía nuestro presidente?. “La cumbre le interesa a muy pocos, inclusive de los políticos”, asegura el analista Gustavo Marangoni para ADN SUR. “A Alberto solo le sirve para alimentar las narrativas de cada núcleo duro: unos por rechazo a dictaduras, otro por apoyo de progresistas”, concluye.

A Cristina tampoco se la nota concentrada en los precios y alto costo de vida. Deja que Massa “arregle las cosas” para despues decidir a quien bendecir para las elecciones. Actualmente se enfoca en su propio dolor de cabeza: las causas judiciales. Es ahí cuando sale del ostracismo para redactar hilos de twitter que cuestionen la justicia y los medios de comunicación. Cada uno en su mundo.

El oriundo de Tigre aprovecha eso. Por momentos se muestra desinteresado por la competencia presidencial que se viene y, por lo bajo, desliza que “no esta perdida la elección”. Construye su camino, al menos eso cree él. La picardía que lo caracteriza y su simpatía no la muestra en público como antes. Se ríe menos, se expone serio, ocupado y abstraido de cualquier distracción. ¿Será estratégico o simplemente le pasaron los años? Puede ser la audacia de quien hace su juego, mientras otros estan en Narnia.

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