COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR) - Con una planta de más de 61.000 agentes públicos, el déficit actual sólo en la masa salarial llega a los 1.600 millones de pesos por mes, sin contar las demás obligaciones –incumplidas- de una provincia prácticamente paralizada.

 ¿Se impulsarán los debates pendientes para incrementar la actividad productiva provincial? ¿O sólo se apuntará al aumento de impuestos a los privados que todavía generan empleo?

Los datos oficiales de Aduanas muestran que Chubut exportó productos por casi 4.600 millones de dólares durante 2018. De ese total exportado, según informe de la Dirección de Estadística y Censos, más de 2.300 millones de dólares corresponden a productos primarios: pescados y mariscos, lanas sucias y, más de la mitad, petróleo (1.234 millones de dólares).

Esos indicadores permiten estimar, si se proyectan a 2019, cuánto genera Chubut para que Nación recaude en concepto de retenciones a la exportación, ya que grava la venta externa con 4 pesos por cada dólar exportado: unos 9.200 millones de pesos a valores del año pasado, sin contar que en lo que va de 2019 ya hubo incrementos en la venta externa de crudo.

Es necesario enfocar nuevamente esa masa de recursos: la provincia generará este año una recaudación a favor de Nación por más de 10.000 millones de pesos (hasta 13.000 millones, según ha estimado el actual subsecretario de Educación de la provincia, Daniel Ehnes). Sin embargo, esa estructura productiva, basada principalmente en productos primarios, no alcanza para cambiar la matriz productiva chubutense, un objetivo que debería plantearse no sólo para incrementar la recaudación del Estado, sino para crear empleo genuino en sectores privados.

Vale otra comparación: los recursos que generan la exportación de productos primarios le permite al Estado nacional llevarse una recaudación equivalente a dos masas salariales de la provincia, si se toman los valores a los que deberían llegar los salarios estatales a fin de año, si es que el gobierno provincial logra cumplir con los acuerdos paritarios firmados.

Pesca y petróleo: Las crisis que vienen

La producción pesquera provincial viene de un buen ciclo productivo, con alrededor de 7.500 empleos directos e indirectos en toda la provincia, de los cuales alrededor de 1.000 se ocupan en Comodoro Rivadavia. 

Sin embargo, hay señales de alerta: en el sector advierten que cayó fuertemente la demanda de langostino, el principal producto exportable, por lo que hoy las cámaras de frío están saturadas de stock, según cuentas referentes de ese ámbito. 

En el rubro se percibe la sensación de que pudo haber transcurrido un buen ciclo por las condiciones del mercado internacional, pero a nivel interno no se aprovecharon las posibilidades para crecer: las condiciones del crédito y la permanente suba de costos, se señala, impiden pensar en un desarrollo virtuoso para diversificar el tipo de producto ofrecido. 

En todo caso, no parece haber margen para incrementar la presión fiscal –vía impuestos extraordinarios-, a un sector caracterizado por vaivenes dependientes del mercado externo. En este aspecto, la provincia ha tenido poca injerencia para generar condiciones de desarrollo productivo más estable.

Si bien el petróleo es altamente sensible a las variables externas, esta ocasión hubo una innovación: los primeros cimbronazos se sintieron por efecto de las retenciones, dispuestas por el gobierno nacional, a lo que se suma el recientemente creado “dólar petrolero”, con el congelamiento del tipo de cambio, lo que abre un compás de espera que se extenderá hasta fin de año ,dejando al sector en “piloto automático”, en el mejor de los casos.

Es necesario añadir el impacto del conflicto de estatales: el bloqueo de accesos a zonas petroleras ha impedido el normal desempeño de la actividad en la última semana, lo que podría desencadenar una crisis que ya tiene forma, pero a la que las operadoras han puesto un plazo: si no se garantiza la libre circulación, comenzará una reducción de actividades que modificará diagramas de trabajo y terminará poniendo freno (si es que no genera pérdidas) al crecimiento que se venía verificando en la producción de crudo (había crecido casi un 3% la producción en el primer semestre del año).

Así, dos sectores productivos privados en actividad, están a punto de frenarse. Vale también reiterar la pregunta, aún si el contexto fuera de normalidad: ¿Hay un plan para diversificar y sumar servicios especializados, o la apuesta de la sociedad y sus gobernantes es seguir explotando productos primarios, esperando el viento de cola del mercado internacional?

Energía eólica y minería

El potencial minero de la provincia, se sabe, está en stand by, sin definiciones y con un debate pendiente que por ahora no tiene marco para desarrollarse. Un tema que, tratándose de un recurso natural, debería ser debatido, según establece la Constitución Provincial, pero por ahora priman las posturas dogmáticas y el temor al impacto electoral, según las agendas políticas del momento.

La provincia es una de las principales matrices eólicas del país, pero esto no se refleja en desarrollo productivo genuino. Los proyectos para generar partes de aerogeneradores en la provincia por ahora no han prosperado, mientras que las leyes nacionales no dan margen para generar tributos directos al sector. 

Sin embargo, la urgencia permanente impide profundizar discusiones para proyectar, hacia el mediano plazo, la inserción paulatina de componentes industriales que den un margen de inserción regional. 

Claro está que, con un sistema educativo en permanente crisis por falta de recursos suficientes, es impensable plantear líneas de desarrollo a alcanzar en el mediano y largo plazo. 

Semanas atrás, el neuro científico Facundo Manes dijo, durante su paso por Comodoro Rivadavia, que una sociedad no puede limitarse a la discusión de cómo llegar a fin de mes.

 El divulgador apuntó a señalar, como suele plantear brillantemente en sus conferencias: “Los recursos naturales ayudan, obviamente, pero hoy no son el factor principal de una economía. Acá no tenemos un proyecto de país basado en la productividad, la ciencia, la tecnología, las ideas. No podemos ponernos de acuerdo en eso. En Argentina tenemos como propósito solamente sobrevivir. Es algo muy pobre como proyecto”. 

Si en esa reflexión se circunscribe a la provincia, no cambia en absoluto: el debate público limitado solamente a una subsistencia cada vez más complicada, con una economía casi paralizada, se le da demasiada ventaja a un mundo que no parará a esperar a que nos pongamos de acuerdo.
 

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