La reunión cara a cara con la que Torres logró el apoyo del PJ y la expectativa de Chubut para salir a colocar al mercado U$S 650 millones
El mandatario negoció en persona con diputados peronistas y logró destrabar el tema más polémico. Crece la figura de Juan Pablo Luque como voz autorizada. La foto de la alianza Torres-Taboada, que reseteó el discurso de la diputada más crítica del gobierno. La división dentro del Pich y el único tema que no votó Arriba Chubut.

Siete protagonistas en la residencia oficial del gobernador el jueves por la mañana, terminaron de cerrar el acuerdo que selló una sesión impecable para el oficialismo, que logró entre 24 y 26 votos en los cuatro puntos centrales. Fue una muestra del trabajo del “músculo político” que pone en marcha el gobierno cuando quiere, y que logró que una jornada que pudo haber sido caótica, haya pasado en la más absoluta tranquilidad.
Los participantes de ese “cónclave” -palabra muy en boga por estas horas- fueron, del lado del gobierno, el anfitrión Ignacio Torres, junto a sus laderos Guillermo Aranda y Andrés Meiszner (los artífices de la famosa mesa de Enlace) y el presidente del bloque Despierta Chubut, Daniel Hollmann.
Del lado de la primera minoría en la Cámara, es decir el bloque Arriba Chubut que cuenta con 7 votos, estuvieron el presidente Juan Pais, junto al titular del Consejo Provincial del PJ y también legislador, Gustavo Fita, y el diputado trelewense Emanuel Coliñir.
Faltaban dos horas para la sesión que debía desarrollarse a tres cuadras de allí, pero el encuentro fue clave para destrabar todo el paquete de proyectos: la reunión surgió dado que la oposición había llegado a amagar con no dar los votos indispensables para la mayoría especial de la ley de bosques, si el gobierno no accedía a escuchar alguna petición.
Allí se habló de todos los temas, pero uno en especial, el más polémico, como era la modificación a la ley que ampliaba la autorización del monto de endeudamiento a Chubut, subiendo de 200 a 650 millones de dólares. El bloque peronista planteaba que sólo votaría a favor con la condición de que se agregara en la ley un listado con obras a financiar. No hacían falta esas manos para la aprobación, pero de cara a los inversores, tener el apoyo de toda la Cámara era una muestra de respaldo político necesario.
La explicación de Torres a los legisladores de la oposición era que entendía el reclamo, pero el riesgo era que podía ser un dolor de cabeza incluir obras que en los papeles pertenecían a la Nación. Por ejemplo, la repavimentación de la ruta 40 y las casas del Procrear sin terminar en Trelew, que era uno de los pedidos de Coliñir.
Se convino que esas viviendas se iban a terminar de financiar a través del banco con la herramienta Chubut Fideicomisos, y en cambio, lo que sí se podía incluir, era el equipamiento y obras anexas al hospital de alta complejidad de Trelew, una obra que aún no se termina y depende de la provincia.
Y se acordó también dejar plasmado en el papel el compromiso asumido por Torres en el aniversario de Comodoro, de terminar la optimización del acueducto de la zona sur. Con estos dos agregados puntuales de “obras prioritarias”, la ley se destrabó y logró el 90 % de los votos de la Cámara.
Luego de ese triunfo político, Torres decidió ir en persona a seguir la sesión, algo fuera de lo común, y estuvo una hora sentado en las barras al lado del dirigente de Camioneros, Jorge Taboada, quien había movilizado su tropa en varios colectivos en apoyo al convenio con PAE.
La puesta en escena incluyó fotos con abrazos frente a los trabajadores, y tuvo como eco inevitable el rebote en el discurso de la diputada Tatiana Goic, hasta acá la más crítica y que votaba todo en contra del oficialismo, pero -al menos el jueves- devenida “nachista” y elogiosa de la nueva agenda productiva del gobierno.
El papel de Luque
Para entender cómo se cocinó la sesión, hay que decir que en la previa había un tema central, definido como histórico por propios y ajenos: fue el primer punto, la ley que puso fin a años de inseguridad jurídica en el otorgamiento de tierras con bosque nativo, donde la falta de una política estatal clara dejaba sin poder titularizar propiedades a lo largo de toda la cordillera.
Como la Constitución exige una mayoría de 4/5 del total, al menos 22 votos, se convino desde el año pasado que debía ser trabajada en conjunto con la oposición, y el bloque del PJ designó como única vocera a la esquelense Norma Arbilla para avanzar en el tema junto a su colega cordillerano Daniel Hollmann.
El compromiso asumido por el presidente de bloque, Juan Pais, era que -si estaba el visto bueno de Arbilla- todo el bloque se comprometía a acompañar. Pero cuentan que la redacción del borrador se demoraba mucho más de lo previsto, lo que provocó un llamado del gobernador al ex intendente de Comodoro, Juan Pablo Luque, para destrabar el asunto.
Luego de esa comunicación y ante el pedido de Torres, Luque llamó a su vez a Arbilla -a quien puso primera en la lista de diputados en 2023- para pedirle que active el tema, lo que se cumplió a comienzos de año. De este modo, con los diputados como ejecutores de acuerdos cerrados a nivel macro entre los últimos dos rivales a la gobernación, se destrabó una ley que esperaba desde 1994, cuando se reformó la Constitución y era una de las deudas pendientes en materia legal de Chubut.
El diálogo entre Luque y el gobierno no quedó allí, y en la previa del último jueves, fue el interlocutor en otro tema, el único que el gobierno accedió a que no se trate esta semana, como fue la creación de la Empresa Provincial de Energía.
El oficialismo entendió que era razonable dar más plazo para negociar la integración del directorio y dar lugar a un representante de la oposición, e incluso escuchar al gremio de Luz y Fuerza, pero advirtiendo que no se van a crear más cargos y ampliar la estructura para hacerla más costosa.
Lo que volvió a dejar en claro la sesión -porque no fue la primera vez- es que Luque se afianza como una de las voces con las que el gobierno habla cada vez que quiere negociar votos en la Cámara. Esto no sorprende porque, como hemos explicado más de una vez, se trata de un bloque heterogéneo que tiene varios caciques.
A pesar de tantos interlocutores, la bancada de Arriba Chubut sobrevive unida a pesar de las visiones disímiles. Si bien el bloque todavía no implosionó por los milagros de la política y porque sus miembros se convirtieron en “deglutidores de sapos”, da la sensación de que más tarde o más temprano será inevitable algún tipo de ruptura, cuando llegue un asunto que tense la cuerda al máximo.
En contra
El único punto en el que no acompañaron los legisladores peronistas -que elogiaron el convenio con PAE y no pusieron objeciones a la Agencia de Recaudación, los otros dos temas claves- fue en la ley que autoriza la baja de regalías a la operadora Pecom en las áreas marginales concedidas ante el retiro de YPF.
Con el argumento del impacto en los ingresos de municipios y comunas, la oposición no apoyó, aunque el oficialismo no necesitaba los votos y el gobernador calificó los argumentos como “una burrada”. Llamó la atención que, al tratarse temas tan sensibles para la cuenca petrolera, el intendente Othar Macharashvili -quien estaba en la zona- no haya asistido a la sesión: hay quienes lo atribuyen a un mensaje de queja por esta cuestión, aunque el jefe comunal no habló al respecto.
En el balance general, fue casi todo ganancia para el oficialismo, al menos en los temas más importantes, y hay que decir que más allá de la esperable oposición del diputado de la Izquierda, Santiago Vasconcelos, se notaron cortocircuitos dentro del bloque del Pich.
La presidenta, Andrea Toro, se opuso tanto al convenio con PAE como al nuevo endeudamiento, con argumentos que fueron defenestrados por sus colegas como “poco sólidos”. Pero el dato, es que luego de votar a favor de la ley de bosques -primer punto del orden del día- su compañero de bancada, Marcelo Rubia, se retiró de la sesión.
En la Cámara se lo fundamentó con un tema de salud, pero según pudo establecer esta columna, esto no es cierto: la retirada de Rubia fue un acuerdo con el oficialismo para no votar en contra los temas de PAE y endeudamiento, porque tiene buen diálogo con la mayoría.
Lo que es una realidad, es que se nota un divorcio cada vez más pronunciado entre los dos diputados del Pich, que responden al dirigente de la UTA, José Pérez. El dirigente sindical es el conductor del partido, pero en el bloque, la voz cantante la tiene Toro, mientras Rubia hace malabares con el “nachismo” para no romper con la mayoría.
Lo que viene
Con la aprobación de la Legislatura de la autorización de tomar hasta U$S 650 millones, ahora los actores del gobierno tienen que trabajar para dejar toda la herramienta financiera lista y buscar el momento oportuno para salir a buscar al mercado un nuevo préstamo en mejores condiciones que el actual.
Mientras en Infraestructura se trabaja en la elaboración de los proyectos ejecutivos y la política busca destrabar con Nación obras como la ruta 40, avanzan las negociaciones con diversos fondos de inversión para buscar “encajar” las obras que Chubut necesita, como el acueducto y los pluviales de Comodoro -que son obras “verdes”- las rutas y las plantas de tratamiento de agua potable.
Luego de que el estado soberano nacional logró el préstamo del FMI, ahora hay varias provincias -los sub soberanos en la jerga- que se preparan con instrumentos para salir a tomar créditos, como por ejemplo Mendoza, Santa Fe, CABA, y la que más expectativa genera en lo inmediato, que es Córdoba.
La provincia del gobernador Martín Llaryora está por salir a colocar entre 800 y 1.000 millones de dólares al mercado y si se abre esa “ventana”, Chubut quiere estar atento para no perder tiempo y sentarse en las reuniones con todos los requisitos legales cumplidos. “Si sale Córdoba, tenemos que sacar de inmediato el pasaje a Nueva York” grafica uno de los especialistas.
Si bien la agencia Moody´s elevó la clasificación crediticia de Chubut, hubo que hacer un cambio de planes, ya que no hay interés de los acreedores en “reperfilar” que era la opción inicial, y por eso se habla de tomar nueva deuda para cancelar lo anterior. Se espera poder salir con condiciones más favorables, como 4 o 5 años de gracia, a 7 años de plazo y un cupón de rendimiento del 8 por ciento de amortización, según confiaron fuentes del gobierno a esta columna.
Actualmente por el Bocade, Chubut está pagando 130 millones de dólares anuales en concepto de amortización, el equivalente casi a lo que cuesta la obra de un acueducto de la zona sur por año, una locura que se buscará subsanar, porque con los actuales ingresos, las cuentas se tornan inviables.
Toda esta operación va a necesitar una autorización de Economía de Nación, por lo que Chubut necesita estar en óptimas relaciones con el ministro Luis “Toto” Caputo y el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, así como el presidente del Banco Central, Santiago Baucilli. Por lo tanto, cada vez que se discuta un tema clave en el Congreso y se evalúe los votos de los legisladores chubutenses, habrá que tener en cuenta este dato.
“Estamos esperando que se abra la ventana”, dicen los agentes financieros de la provincia, que festejan la aprobación de la Legislatura como un paso clave. Ojalá nuestros gobernantes aprendan de los errores del pasado y no se repita la experiencia nefasta del Bocade, que en ese caso fue una ventana que terminó dejando a varios funcionarios tras las rejas mientras que, para los chubutenses, fue una puerta cerrada que hizo perder una década.
