La nueva Legislatura y la "mayoría absoluta" en el mapa político de Chubut

COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR) - Las negociaciones políticas en marcha para cerrar un acuerdo que en Chubut implique alinear al gobierno provincial en una misma candidatura para la elección de diputados nacionales y las intendencias que quedan por definir, entre las que se cuenta Comodoro Rivadavia, tendrían un impacto innegable en la futura Legislatura provincial: es que esa unidad de sectores detrás de la fórmula Fernández-Fernández podría determinar que el oficialismo legislativo chubutense sume 24 bancas a partir del 10 de diciembre.

Está claro que en política pocas veces 2 más 2 es igual a 4, como también suele resultar bastante relativo aquel principio físico según el cual el agua y el aceite (o lo que aparentan ser estos elementos) nunca se mezclan. Por lo que con las conversaciones abiertas en busca de la unidad en el PJ, todo vuelve a ser posible, no tanto por convicciones, sino por cálculo de resultados.

Por eso no está de más repasar lo que dicho acuerdo podría implicar para el mapa político provincial. De concretarse esta proyección, la Legislatura volvería a tener una situación similar al período 2007-2011, cuando la confluencia de votos entre el PJ que entonces encabezaba Mario Das Neves y el partido “Proyección Vecinal Chubut”, permitió al oficialismo sumar, casi automáticamente, 21 votos: 16 de la bancada propia y otras 5 voluntades del recordado bloque “Provech”, que por entonces tenía entre sus figuras referentes al flamante vicegobernador electo, Ricardo Sastre.

EL MAPA LEGISLATIVO

Tras el reciente triunfo del gobernador Mariano Arcioni, su sector tendrá en la Legislatura 16 diputados propios. Por su parte, el PJ obtuvo 8 bancas, mientras que al radicalismo le corresponderán 3 escaños.

Ahora bien. Si hubiera un acuerdo entre el gobernador Mariano Arcioni y el intendente Carlos Linares, a partir del alineamiento con la fórmula de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner, según anticipó ADNSUR al informar las conversaciones que están en marcha, ese paraguas nacional abarcaría a los 16 diputados de un sector y los 8 del otro: en total, 24 diputados.

Por ahora es sólo una especulación en función de señales concretas de las principales negociaciones políticas, que se definirán en los próximos días. Pero conviene evaluarlo: esa mayoría legislativa, de plasmarse así, significa un alto poder para quien conduce el oficialismo, ya que supera holgadamente la  mayoría calificada (dos tercios, con 18 votos, o cuatro quintos, con 22 votos) que demanda hoy cualquier proceso legislativo de fondo: desde la explotación de recursos naturales, las concesiones petroleras y mineras, hasta una reforma constitucional.

LA SUMA DEL PODER

Claro que, vale insistir vez más, las matemáticas en política sólo sirven para contar los votos y luego las ecuaciones resultan mucho más complejas. La principal diferencia con el período 2007-2011 es que por entonces el bloque del Provech llegó a la Legislatura con el nombre de Mario Das Naves en su boleta para la gobernación, al igual que el PJ, a partir del mecanismo de las “listas colectoras”, mientras que en esta oportunidad los dos bloques llegaron no sólo con candidatos diferentes, sino también planteando fuertes acusaciones cruzadas.

Además, había un liderazgo consolidado tras un primer mandato de Das Neves en el que las finanzas públicas habían dado un salto positivo importante a partir de los precios del petróleo. En aras de ese poder, el Ejecutivo pudo contar con un fuerte control y manejo del Estado, recordándose por ejemplo la polémica destitución (con argumentos de tipo “administrativo”) del entonces procurador general de la provincia, Eduardo Samamé, quien estaba fuertemente enfrentado con el gobernador y todavía en la actualidad sigue denunciando presuntos hechos de corrupción de ese período.

Hoy, las circunstancias y los protagonistas son diferentes, pero la historia reciente está ahí, empeñada en ser revisada para no repetir errores, pese a la más confortable costumbre de olvidarla y seguir para delante, aun a riesgo de girar siempre en los mismos círculos.