COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR) -  La irrupción violenta de un grupo antiminero en Legislatura en la última sesión del período que vence el 10 de diciembre, con el falso argumento de que se trataría un proyecto vinculado a habilitar la minería en la provincia, volvió a reflejar que una minoría radicalizada impide la conclusión de un debate que lleva más de  10 años en la provincia, vinculado a la ampliación de la matriz productiva.  ¿Seguirá siendo el petróleo la principal y casi insustituible vía de ingresos?

Con una virulencia cada vez más marcada y validando los métodos de protesta por fuera de cualquier marco legítimo para expresar opiniones y hacerse escuchar, el desborde de los manifestantes vuelve a poner en agenda un tema en el que la provincia no tiene margen para seguir postergando una definición.

Lo que pasó en la Legislatura en la última sesión del actual período institucional, con un grupo de manifestantes que intentó impedir algo que no iba a ocurrir –ya que no había ninguna iniciativa vinculada a impulsar una actividad minera en particular-, no puede ser el resumen de un debate que está instalado, en el que se han escuchado posturas en contra pero también a favor, desde hace muchos años.  

La decisión no puede quedar limitada a sólo un sector de la sociedad, que si bien tiene el derecho a exponer una posición contraria, no ha sido elegida para decidir sobre algo que involucra a toda la provincia, ni tampoco para anular la postura de los intendentes de la meseta y los habitantes de esa región que quieren decidir sobre la explotación de recursos naturales ubicados en sus pueblos. Son ellos, en definitiva, quienes sufren la falta de alternativas productivas para desarrollar un proyecto de vida.

De igual modo, el gobierno provincial debería fijar una posición clara en torno al tema. Si va a impulsar la reglamentación de la ex ley 5001, que en su artículo segundo contempla la posibilidad de la zonificación, excluyendo a la cordillera, debería hacerlo de frente a la sociedad, a plena luz del día y exponiendo con claridad los fundamentos que lo impulsan y los marcos normativos para el control ambiental con el que podría concretarse en alguna de las regiones con este potencial. Y también, por lógica, la magnitud de la renta para las arcas del Estado.

La rueda del petróleo sigue girando

Mientras tanto, una actividad parecida a la minería sigue sosteniendo una de las pocas poleas productivas de la provincia. Según datos recabados para esta columna, del total de recursos ingresados a las arcas provinciales hasta octubre último por recaudación propia (sin contar la coparticipación ni transferencias automáticas desde Nación), más de la mitad proviene del petróleo.

En efecto, hasta el décimo mes del año hubo ingresos por 27.570,5 millones de pesos. De ese total, por regalías de petróleo se contabilizaron 13.927,5 millones de pesos, a lo que se suman 898 millones de pesos en regalías gasíferas.

Son más de 14.900 millones de pesos, que si bien quedan recortados por efecto de la política energética nacional y por circunstancias del mercado internacional, a punto de cerrar el año con un el barril sin poder despegarse de los 60 dólares, constituye una ventanilla de ingresos que aporta más de la mitad de la recaudación propia, completándose el resto con impuestos provinciales.

Presupuesto 2020 con poca proyección de nuevos recursos

Uno de los primeros temas a tratar por la próxima conformación de la Legislatura se vincula con el presupuesto provincial, que tendría una proyección de gastos superará los 90.000 millones de pesos, según anticipó el ministro de Economía a ADNSUR días atrás. 

Es necesario poner en contexto estos números. Si bien no hubo presupuesto promulgado este año, la proyección de gastos que se había realizado para 2019 era del orden de los 64.000 millones de pesos, con un déficit cercano a los 3.000 millones, ya que los ingresos quedaban por debajo de los egresos.

Lo anterior indicaría que en realidad, la estimación del presupuesto 2020, que oscila el 40%, sería una actualización que hasta aquí queda muy por debajo de la inflación, que no cerraría este año en menos de un 54%. Desde esa perspectiva, la previsión de recursos incluso resultaría menor para el año próximo.

Nuevos ejes productivos

Con este escenario, vuelve a plantearse la pregunta del comienzo. ¿Es posible sumar una nueva actividad productiva en Chubut? Alberto Fernández está decidido a impulsar la minería en aquellas provincias donde se disponga de estos recursos naturales, tanto como su antecesor en el cargo, pero con un consenso político mayor que el del gobierno que se va. El presidente electo puso recientemente a la minería a la altura del potencial productivo de Vaca Muerta. 

Frente a la nueva etapa institucional, Chubut deberá asumir una definición, pero ésta no puede tomarse desde el dogmatismo, ni la violencia, como tampoco desde el mero pragmatismo. Quienes se oponen con argumentos técnicos y racionales, pueden ser convocados para sumar herramientas de control en una actividad productiva capaz de generar empleos y recursos a la provincia.

Si es así, el cierre del debate debería dar las mismas garantías que el resto de la provincia ha dado a Comodoro Rivadavia y el sur provincial sobre los controles y cuidados para atenuar los impactos ambientales que genera la actividad petrolera, desde hace casi 112 años. Y que seguirá sosteniendo, al menos por un par de décadas más, parte de la endeble economía provincial.

 Salvo que la zona de sacrificio sea ésta. Y no nos dimos por enterados. 

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