COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR) - Referentes del mercado automotriz regional aseguraron que la crisis de Chubut ha sido un factor más que golpeó al sector, que ya venía afectado por la crisis nacional preexistente, a la que se sumaron las restricciones por la pandemia del coronavirus.

Así lo indicaron Joaquín Nervi, director del Grupo Fiorasi, y José Oroquieta, accionista y director del Grupo Autosur. Coincidieron en marcar que la actual estructura del sector está sobredimensionada, al haber caído las expectativas de operaciones previstas, en principio, para este año. No obstante, coincidieron en que el contexto ha hecho que las concesionarias profundicen el desarrollo de canales de venta online, con perspectivas también a futuro. 

“Venimos sufriendo una caída muy fuerte a nivel mercado”, dijo Nervi, cuyo grupo comercializa las marcas Fiat, Renault, Volkswagen e IVECO, y explicó: “En 2018 la industria a nivel nacional estaba próxima a cumplir el récord histórico de ventas, con cerca de un millón de autos. El año pasado, producto de dos devaluaciones que impactaron en los precios, ese mercado que estuvo cerca de su récord histórico se cayó a la mitad”.

Así, agregó: “El año pasado terminamos con una industria de 450.000 autos. Eso tuvo un impacto muy fuerte, ya que todas las estructuras a nivel sectorial están armadas para atender y operar en un mercado de más de 900.000. Ante eso, nos encontramos con una suerte de estructura sobredimensionada”.

“Esto tiene un impacto muy fuerte en costos porque no hay un volumen que permita operar en ese nivel”, agregó, y recordó que “el año pasado fue muy difícil porque sumada a la caída de volumen nos encontramos con que, en promedio, la tasa de interés de referencia estuvo entre un 50 y un 55% con picos sobre el segundo semestre del 90%”.

Incertidumbre

“A esto se le suma, ya en nuestra zona, la crisis de la Provincia que impacta de lleno”, dijo Nervi. “La clase media estuvo con mucha incertidumbre, con mucha demora en los pagos, lo cual impactó en las expectativas de la gente. Y el auto, al ser un bien durable, termina siendo una variable de ajuste por la cual la gente decide no comprar o un esperar un tiempo. Entonces a nivel regional nos encontramos con un escenario muy complejo”, agregó.

De manera coincidente, Oroquieta, cuya firma opera en Chubut y en el norte de Santa Cruz con las marcas Renault (a través de Autosur) y Nissan (por medio de Surisan), dijo que “la pandemia del coronavirus vino a golpear de lleno la realidad del sector”, al tiempo que agregó que “la crisis económica general a nivel país que tiene varios meses de arrastre golpea en todos los sectores, como el metalmecánico, el metalúrgico, el comercial. Y el sector automotriz no es la excepción. Viene siendo golpeado por las variaciones del tipo de cambio, por la dificultad de ingreso al crédito y también por la pérdida, en términos reales, del poder adquisitivo del salario”.

A esto le sumó “la crisis provincial”, ya que “los concesionarios chubutenses tenemos que lidiar con el panorama de sueldos atrasados de la administración pública, teniendo en cuenta que el Estado Provincial es el mayor empleador de la provincia”.

“Eso ha generado -comentó- problemas en la cadena de pagos y en la retracción de la decisión de compra. La incertidumbre de la fecha de cobro y la actualización de su ingreso ha hecho que la gente decida, al menos, postergar la compra”.

Caída por encima de la media

Ante ello, dijo, “en términos generales la demanda nuestra ha caído por encima de la media del país”, lo cual atribuyó en gran medida “a la falta de un plan estratégico en la Patagonia y a la falla en la contención de las economías regionales”.

En este sentido consideró que “las estructuras de los concesionarios locales quedaron mucho más grandes incluso que la media nacional porque esperábamos un mercado mucho más grande”.

“Creo que no todos estamos igual de complicados, pero si tuviera que trazar la media del sector, la situación es crítica. Es urgente atenderla, tanto por el volumen de negocios, como por el aporte al Estado en términos impositivos y, por otro lado, por la característica de gran empleador que tiene el sector en la región”, agregó.

Canales online

En este escenario, las concesionarias han acelerado sus estrategias digitales. “A partir del 20 de marzo tuvimos que cerrar por completo, con operación a cero; en abril también estuvimos cerrados por completo, y empezamos a operar a principios de mayo muy tímidamente con talleres, con planteles que operaban en cuarentena, con medios turnos”, recordó Nervi.

“Actualmente estamos abiertos de 8,30 a 12,30 y de 15,30 a 19, un horario casi normal, pero la novedad es que estamos en casi todas las funciones con horarios reducidos. A la mañana viene un equipo, y a la tarde viene otro. Esto pone de manifiesto la sobredimensión de las estructuras”, agregó.

“La pandemia -dijo Nervi- nos obligó a todos a hacer una digitalización más rápida. Encontramos información interesante relacionada con cuántas operaciones antes de la pandemia eran iniciadas por canales digitales y cuántas lo son actualmente. La proporción es muy mayor que la que teníamos antes: diría que el 50% de las operaciones son iniciadas en algún momento en canales digitales”.

No obstante ello sostuvo que “nuestro negocio es muy complejo para hacerlo todo en el canal online. En algún momento la gente tiene que pasar del online al offline porque debemos tener contacto físico para completar papeles, para hacer un pago, para retirar el vehículo. No hay en el mundo operaciones de compra de vehículo que puedan hacerse exclusivamente online. Pero esto nos generó una digitalización prematura. Estamos trabajando en eso y nos está dando buenos resultados”.

En Autosur el panorama es similar, dijo Oroquieta: “Venimos trabajando de manera paulatina en la digitalización, tanto en relación con los clientes como de manera interna. Por suerte veníamos trabajando en ese proceso desde hace un tiempo. Y la pandemia lo que hizo fue acelerar procesos que ya estaban encaminados. No fue traumático gracias a una decisión estratégica por parte del Directorio de las empresas que, por supuesto, no sabía que esto iba a pasar, pero por distintas circunstancias había tomado esas decisiones”.

Cuestión impositiva

En cuanto a las medidas que podrían tomarse a nivel local o nacional para mejorar el desempeño del sector, Nervi consideró necesaria “una reducción en los costos impositivos para que podamos bajar nuestros costos operativos y eso se refleje en los precios”.

“Cuando uno analiza la composición del precio de un auto en la Argentina, el 60% tiene que ver con impuestos, nacionales, provinciales y municipales. Un alivio en la carga impositiva podría generar una reducción en los precios y eso debería impactar en una mayor demanda. También una tasa de financiación que sea razonable, más baja que hoy, impactaría fuerte”, analizó.

Por su parte, Oroquieta opinó: “A nivel estatal nacional, provincial y municipal, a título personal entiendo la necesidad de financiamiento fiscal. Quizás tendríamos que capitalizar la problemática de la caída de ventas, y trabajar sobre algún esquema transparente de beneficios sobre el incremental del volumen de ventas”.

“Si vamos a generar algún beneficio por mayores ingresos, que sea apuntalado impositivamente. Si de todas formas el Estado no lo iba a cobrar por la caída de ventas, busquemos que por derrame ese impuesto, que no iba a cobrar, sea la exención de las ventas que sí se hagan como consecuencia de este beneficio impositivo y genere un poco más de trabajo, menos ociosidad en las estructuras y, en última instancia, un mayor movimiento económico que el Estado vuelve a recuperar con otros tributos”, aportó Oroquieta.

La crisis estatal de Chubut golpea aún más a la industria automotriz, ya afectada por el contexto nacional y la pandemia

“En cuanto al nivel privado, tal vez es un buen momento para organizar las estructuras y atender todo esto con una mirada empresaria responsable, seguir trabajando en los tiempos ociosos y capitalizarlos para capacitación del personal, y para reflexionar”, dijo.

Agregó: “En cuanto a la reconversión de unidades de negocios, el futuro del sector puede estar por el lado de fortalecer la venta no presencial, el esquema digital, los entornos web, los servicios y la adaptación de protocolos sanitarios para atender a nuestros clientes”.

“Creo que estamos aprendiendo sobre la marcha, que el camino lo estamos haciendo al andar y como empresarios todos tenemos nuestra responsabilidad, que es atender una estructura que está muy grande con respecto al Estado, pero es nuestra responsabilidad atenderla”, finalizó Oroquieta. 

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