COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR) - La llegada de Jerónimo García a la jefatura de gabinete fue un mensaje más hacia adentro que hacia afuera. Más que por un reclamo de cambio desde la ciudadanía y desde los sectores intermedios, la llegada del “comandante” a Fontana 50 obedeció a la búsqueda de ordenar la tropa puertas adentro, con un gabinete sumido en fuertes internas desde hace meses, y que se tornaron inmanejables luego del amarrete resultado de las PASO para el oficialismo. Su gran desafío será organizar mejor los recursos del estado, con un plan de ajuste puertas adentro y algunos cambios de nombres, que serán el argumento para la difícil negociación paritaria que se viene con los gremios estatales en octubre.

En menos de dos años, la tercera gestión de Mario Das Neves ya se “devoró” a dos ministros de Coordinación, sin dudas el puesto más complicado de todo el gobierno, el nudo gordiano por el que pasan casi todos los temas, y que se volvió aún más imprescindible en estos tiempos en los que la salud del gobernador le impide estar las 24 horas encima de los asuntos de Estado, y en un contexto en el que encima flaquean las cuentas públicas.

El primer elegido para ese lugar clave fue Víctor Cisterna, un hombre de vasta experiencia política, que no tuvo mayores sobresaltos pero que se terminó yendo en medio de fuertes acusaciones de un diputado opositor que lo vinculó con negocios sucios a través de uno de sus colaboradores con los fondos del endeudamiento. La relación entre Cisterna y Das Neves se había desgastado, y ante la ausencia de diálogo con el mandatario durante semanas enteras, y la falta de respaldo del gobierno ante las denuncias mediáticas, todo derivó en una salida silenciosa, sin demasiado barullo.

La elección del reemplazante de Cisterna por parte del gobernador recayó en un perfil totalmente distinto. Se iba alguien con 40 años de carrera política que había ocupado casi todos los lugares desde la gestión municipal, pasando por la provincial, hasta el Congreso Nacional. Y llegó un joven de 36 años, que nunca había ocupado un rol destacado más allá de sus últimos meses en la Secretaría de Pesca. El pase de factura a Cisterna era la falta de agilidad en la toma de decisiones, y la necesidad de dar una impronta más “fresca” al gabinete.

Pero en menos de un año, Alberto Gilardino terminó dando un paso al costado, también al igual que Cisterna, luego de un escándalo de denuncias de la oposición que, si bien no lo toca directamente, lo roza por la manera en que se dio a conocer por parte de su secretaria privada llevando un sobre con documentación comprometedora a la Legislatura.

LA RENUNCIA DE GILARDINO

Si bien el alejamiento de Gilardino puede haber quedado para muchos como una consecuencia de esta situación, él mismo se encargó de aclarar a quien le preguntara que se tuvo que ir porque no soportaba más al entorno más cercano al gobernador. La versión de Gilardino fue que es imposible trabajar y tomar alguna decisión teniendo que desgastarse permanentemente contra el “círculo rojo” que roda a Das Neves, léase sus hijos Pablo y Mariví, y el titular de Unidad Gobernador, Diego Correa.

“Quemaron a un pibe de 36 años, es increíble”, se escuchó en las horas siguientes de más de un integrante del gabinete que lamentó el alejamiento de Gilardino, quien tenía muchos amigos en el equipo de gobierno. No fueron pocos los funcionarios que casi se desmayaron cuando oyeron luego a Das Neves en la primera conferencia de prensa post licencia, respaldar a muerte a sus hijos –un mensaje para el adentro- y a la ministra de Familia, Leticia Huichaqueo, la más comprometida en las denuncias de compras con fondos de la emergencia climática. Después de esto, algunos confesaron que tuvieron ganas de dar un paso al costado, pero que no se animaron en este momento preelectoral, de crisis económica y con la frágil salud del mandatario provincial.

"VOLUMEN POLÍTICO"

Los hijos del gobernador prefirieron no responder las explicaciones que Gilardino dio a todo el mundo, pero tuvieron mucho que ver con la llegada de Jerónimo García. Se sabe que tienen mucho peso en las decisiones de su padre, que es quien tiene la última palabra, y le reconocen al ex Secretario de Trabajo una larga historia de lealtad a la figura de Das Neves, además de una historia de militancia que le aporta un “background” que es clave en el cara a cara con sus pares del gabinete, con los intendentes y con los diputados.

Por eso salieron a hablar públicamente de “volumen político”, concepto que se oye mucho por estas horas, porque es lo que se pretende que aporte este hombre con una historia intensa, que estuvo secuestrado y sufrió torturas durante la última dictadura militar, que se formó políticamente en democracia en el peronismo, que aprendió mucho y fue ascendiendo en el sindicato de Luz y Fuerza, y que por su amistad con Néstor Kirchner, arribó a Chubut en 2004 para hacerse cargo del área de Trabajo. Luego de 7 años allí, fue electo diputado provincial en 2011 y desde entonces fue el presidente del bloque dasnevista, siempre en minoría, primero en el rol de opositor, y últimamente como oficialista.

La pregunta es cuál es el margen de maniobra que tendrá el nuevo jefe de gabinete, quien logró evitar tener que renunciar a su banca, un reaseguro en materia política si las cosas se complican aún más en el futuro.

DIÁLOGO Y DESAFÍOS PARA GARCÍA

Para dejar en claro el cambio de estilo, en sus primeros días García mostró diálogo con los intendentes de las principales ciudades, los escuchó y prometió una relación más fluida. Fue a sentarse a la Legislatura con los principales adversarios del gobierno y logró rápidamente negociar a favor de su licencia, leyes para mejorar los números de los municipios. Pero sabe que sin duda lo más duro en su trabajo será afrontar la gobernabilidad con las cuentas vacías.

Por eso, junto al gobernador y al ministro de Economía, García ya está trabajando en un plan de rearmado de la estructura del estado, que busca achicar gastos ineficientes. Esto significa que hay áreas que se consideran obsoletas, y otras que no dieron el resultado esperado, que habrá que fusionar o directamente hacerlas desaparecer. En el gobierno están mirando que, por ejemplo, hay subsecretarías dentro de las áreas de Familia y de Producción, que no tienen hoy razón de ser, y van a ser borradas del mapa con sus direcciones generales.

Achicar costos será el mensaje para la gente, mostrar que cuando los números no dan el primero que tiene que dar el ejemplo es el equipo de gobierno, y también será el mensaje para los dirigentes sindicales que van a llegar a octubre con una tanda de demandas salariales. Será tarea de Jerónimo García y de su cintura y credibilidad, explicar a los gremios esta situación y ser convincente para evitar medidas de fuerza y planes de lucha. Das Neves confía en la cercanía del “comandante” con muchos sectores sindicales y su experiencia en tantas negociaciones con empleadores y dirigentes gremiales para lograr pasar el temporal del cierre de año, y esperar que 2018 de un respiro a las cuentas públicas.

Jerónimo tiene buena relación con los integrantes del gabinete; llega sin desgaste y está recibiendo a todos los ministros y secretarios, uno por uno, haciendo un diagnóstico de las urgencias y necesidades. Pero sabe que hay que meter mano en varias áreas. Das Neves se lo dijo y ya tiene apuntados a varios. La cuestión es en qué momento se harán los anuncios, que podrían esperar hasta después de las elecciones. Al gobernador no le gusta que le anuncien estas cuestiones a través de los medios, y siempre se encarga de negarlas, pero está claro que está disconforme hace rato con tres sectores, a los que tiene primeros en su agenda para modificar: Infraestructura (de donde llueven reclamos de todo el resto del gabinete por la lentitud en resolver cuestiones que muchas veces no tienen que ver con dinero); Turismo (donde siguen los reclamos de las cámaras de prestadores y suena el nombre del guarda fauna Beto Bubas); y Familia. Sí, familia, el área de mayor contacto con lo social, cuya ministra fue respaldada por Das Neves días atrás, es en realidad un sector que tiene insatisfecho al mandatario desde hace meses.

Entre todos estos desafíos inmediatos, resta saber cómo repercutirá la salida de Jerónimo en la Legislatura, donde a fin de año se vendrá seguramente un debate fuertísimo en torno al presupuesto. La primera sesión sin García ya dejó preocupados a los integrantes del gobierno, por las desinteligencias en el oficialismo, con una retirada en masa para dejar sin quórum a la Cámara que no contó con el apoyo de los macarthystas generó un dolor de cabeza con una ley votada sobre tablas por el FPV para el depósito de fondos por goteo al Poder Legislativo, que ahora obligará a un veto por parte del Ejecutivo. Con la salida de Jerónimo García, el oficialismo perdió un voto y deberá remar mucho para emparejar la ausencia de un hombre que llevaba 6 años en el rol de jefe de bloque.

La Legislatura, se sabe, es la caja de resonancia de la política provincial, y ahí reside buena parte del núcleo duro opositor a la figura de Das Neves. Mientras estuvo García allí, se lograba un equilibrio muy sensible que se sostenía día a día, y que si bien a los ponchazos, lograba dar tranquilidad al gobierno. Las jugadas que se verán en los próximos días serán claves para ver si el gobierno no tomó una decisión demasiado arriesgada, y terminó -como reza el dicho popular- desvistiendo un santo para vestir a otro.

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