CALETA OLIVIA - Luego de que en los últimos días de 2014 el barril de crudo comenzara su proceso descendente desde el récord de 115 dólares, desplomándose hasta los US$ 54 en menos de seis meses, la industria petrolera local sintió el impacto.

Las operadoras ubicadas en la cuenca del golfo San Jorge, que incluye a las ciudades de Comodoro Rivadavia (Chubut) y Caleta Olivia (Santa Cruz), comenzaron a efectivizar recortes de costos, que incluyeron cientos de despidos y suspensiones, que continúan por estos días, en tanto gremios y autoridades, por caso en Santa Cruz, hacen un trabajo constante para evitarlos.

Otra consecuencia de la baja del crudo es que la producción de petróleo sigue manteniendo su tendencia descendente: en julio pasado cayó 7,5% con respecto al mismo mes de 2016 y en el acumulado de los primeros siete meses del año registró el peor nivel en 36 años, al sumar 16 millones de metros cúbicos. Esto equivale, asegura el Ministerio de Energía y Minería, a un retroceso interanual de 7,9 por ciento.

En ese contexto, la pymes que proveen a la decena de grandes operadoras que hay en la zona -entre las que se encuentran Pan American Energy (PAE), YPF y Sinopec- luchan por subsistir.

Por caso, Prema es una empresa que fue fundada en 1999, tiene su sede central en Comodoro y se dedica al mantenimiento y a la construcción de equipos para la industria del petróleo y el gas. Desde que el panorama se volvió más sombrío, la compañía tuvo que barajar y dar de nuevo. “En las buenas épocas vendíamos ochenta equipos por año y ahora sólo vendemos cinco”, explica a BAE Negocios Luis Romero, presidente de la compañía.

Pero lejos de quedarse en el lamento, la compañía inició un rápido procesoreconversión. Ahora tiene el foco puesto en el mantenimiento predictivo, preventivo y correctivo de equipos, reparaciones, transporte y tratamiento de agua y servicio de montaje.

Para algunas empresas, la ola de despidos en el sector petrolero significó una oportunidad. “Conseguimos disponible personal más calificado para sumar a nuestra empresa”, explica Solange Freile, representante del Instituto Médico Altamira.

No obstante, la ejecutiva reconoce que la pérdida de fuentes laborales no sólo ha sido un golpe para el consumo en los comercios minoristas de la zona, lo que determinó el cierre de muchos locales, sino que también provocó la emigración de muchas personas que hasta no hace mucho vivían en las ciudades cercanas al golfo San Jorge.

Representantes de las pymes coinciden en que las condiciones en las licitaciones también cambiaron y ahora las operadoras son mucho más estrictas en sus gastos. “Entre 2012 y 2015 pagaban por un servicio sin preguntar demasiado. Ahora se fijan en cada detalle. Hay un sinceramiento de costos”, coinciden los proveedores patagónicos, quienes llegaron a Buenos Aires para participar del 9º Encuentro IDEA PyME. Fuente: La Opinión Austral

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