COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR) - El justicialismo provincial navega entre dos posturas diferenciadas en su rol de opositor al gobierno de Mariano Arcioni, ya que por un lado apuesta a marcar las diferencias pero “cuidando la institucionalidad”, como se dispuso desde la conducción nacional; y la otra se ve en el tándem que ubica a Carlos Linares y Carlos Eliceche como espadas de un sector dispuesto a profundizar las diferencias. Con una conducción partidaria prorrogada hasta diciembre, algunas piezas empiezan a moverse de cara al tablero 2021.

Cada vez que el ex intendente Carlos Linares realiza una declaración pública no pasa inadvertido, por lo que más allá de lo que dice taxativamente, muchos actores del arco político quedan en el análisis de las entre líneas y el reclamo que parece ocultar a su sucesor en el cargo, el actual intendente Juan Pablo Luque.

Los dardos hacia el gobierno municipal y al provincial parecen también responder a una estrategia en la que ya se habla del ex jefe comunal para una postulación el año próximo, en una banca al Senado de la Nación. Días atrás, “repartió golpes” hacia Provincia, pero también hacia el municipio.

Tras los dichos del ex intendente en una entrevista con El Comodorense, por radio La Petrolera, no pocos despachos locales acusaron recibo de algunos de los dardos lanzados, en los que defendió a hombres del actual gabinete que representan a su gestión en la actual, pero al mismo tiempo criticó “personalismos” de quienes, dijo, se sacan fotos con quienes pasan hoy necesidades por la cuarentena.

Hay quienes creen interpretar que el jefe comunal reclama hoy espacios que se estarían recortando a gente que todavía le responde en distintos ámbitos de la gestión, aun cuando muchos de sus colaboradores continúan ocupando posiciones de no menor incidencia.

La incomodidad fue notoria en ámbitos cercanos al actual intendente, quien también en otras oportunidades recibió la mirada recelosa de su antecesor por una posición de cercanía con Mariano Arcioni.

Algo de esto se evidenció en el congreso realizado en marzo en Trevelin, cuando la decisión para que continuara al frente del partido Ricardo Mutio, hasta noviembre próximo, implicó no sólo una continuidad en cuanto a nombres, sino garantizar que el lineamiento nacional: “Arcioni no es peronista, pero es un hombre de Sergio Massa, aliado que permitió garantizar el triunfo de Alberto Fernández en primera vuelta”, dice esa regla no escrita que el peronismo provincial debe respetar.

El actual gobernador es otro de los blancos directos de su ex competidor en las elecciones del año pasado: “Tenemos un problema que no muchas provincias tienen; tenemos un gobierno provincial totalmente ausente”, señaló Linares en ante el mismo medio radial. Un mensaje que aunque algunos de sus compañeros partidarios puedan compartir por lo bajo, la disciplina partidaria los lleva a acatar aquello que impone una regla básica de la política: “si arriba se tragaron sapos para ganar la Presidencia, nosotros no podemos pretender desmarcarnos”, dicen con lógica pragmática quienes hoy recelan de Linares y sus virulentas críticas hacia Arcioni.

Agenda 2021

Dueño de un manejo territorial incuestionable, Linares sin embargo carga con el peso de una derrota a la gobernación por alrededor de 2.000 votos en Comodoro Rivadavia, algo que se encargan de señalar desde el seno del propio partido del PJ. “No perdimos por 200 ni 500, fue por 2.000 votos en su propia ciudad”, se encargan de señalar quienes hasta no hace mucho caminaron al lado del ex candidato.

Sorpresivamente, las críticas más duras de Linares hacia Arcioni –jaqueado por una crisis provincial que se agravará en la medida que se flexibilicen las restricciones a circular por las calles, aun con pandemia mundial vigente- no encuentran hoy el mismo eco efervescente que era previsible hasta meses atrás, dentro de la misma estructura del PJ: “Si Arcioni se cae será por su propia ineficiencia, pero nosotros como partido no vamos a hacer nada para empujarlo. Carlos está resultando funcional a algunos intereses que no son los que nosotros no estamos dispuestos a seguir”, señalaron desde ámbitos del PJ.

El argumento para esa nueva postura se explica por las líneas que bajan desde el poder central: “en el diálogo con Alberto y Cristina tenemos claro que no vamos a hacer nada para desestabilizar al gobierno –indican desde esa visión conspirativa, atribuida al propio entorno del mandatario provincial-. Hay un plan que ha lanzado un sector de la provincia, con base en Madryn, que apunta a Linares senador en 2021, para aspirar a la gobernación en 2023, junto con Sastre, sin importar si Arcioni cumple su mandato o no”, dicen en esos mismos ámbitos.

En ese mismo sector, señalan el distanciamiento del ex jefe comunal con referentes nacionales, a partir de su reconocido distanciamiento del actual ministro del Interior de la Nación, Wado De Pedro. La situación vendría desde antes, vinculada al cierre del año pasado, cuando se cerraron las listas de diputados nacionales en representación del PJ y aun cuando había una “recomendación” de disputar una interna del PJ con el propio Arcioni dentro. Historia antigua, de menos de un año atrás, pero con consecuencias todavía vigentes, aun para los meses por venir.

Hay quienes atribuyen a Linares la típica actitud de quien, tras haber anunciado que “se iría a su casa al perder la elección”, se encuentra con el “dolor de ya no ser”. No parecería ser ese el caso. Al menos, no será así mientras siga haciendo tanto ruido (y causando tantos enojos) cada vez que hable.

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