COMODORO RIVADAVIA - (Por Raúl Figueroa / Especial para ADNSUR) Pese al mejor escenario de precios del petróleo del corriente año, los datos del INDEC reflejan que entre enero y octubre del 2017 las exportaciones de petróleo crudo (cuyo mayor excedente para la venta externa es el tipo Escalante) cayeron un 32%, casi 200 millones de dólares menos que igual período del año anterior. La variable estadística no sería necesariamente negativa si es que pudiera visualizarse que al mismo tiempo creció la participación del crudo producido en esta región para elaborar combustibles dentro del país: otra vez los datos oficiales, esta vez del Ministerio de Energía de la Nación, dicen que no, ya que en el tercer trimestre de este año la participación del crudo de la cuenca San Jorge cayó 2,2% en el mercado de refinación, frente a igual período del año pasado.

Del petróleo a la cerveza, la reconversión productiva requiere una adecuación

La caída de puestos de trabajo en Comodoro Rivadavia, a partir de la ralentización de la actividad petrolera y el circuito económico productivo que gira alrededor, plantea con claridad la urgente necesidad de proyectar ejes de reconversión productiva que, más allá de las declamaciones, no aparecen con nitidez en el horizonte del mediano plazo.

La confirmación de que Lufkin deja de producir aparatos de bombeo refleja no sólo la pérdida de empleos en esa empresa en particular, sino que además es una señal concreta de que no se espera un grado de recuperación importante para el año próximo, al tiempo que las definiciones del gobierno nacional priorizan hoy la importación de equipos y de combustible, por sobre lo que podría aportar la producción local.

EXPORTACIONES Y PRODUCCIÓN EN BAJA

Un reciente informe publicado por el INDEC (*) refleja que entre enero y octubre de este año, las ventas externas del crudo cayeron un 32%, ya que el año pasado el valor alcanzado por este tipo de ventas fue de 560 millones de dólares, contra 379 millones de dólares del período actual. Por su parte, el Ministerio de Energía refleja en su informe de coyuntura que en el tercer trimestre de 2017, la producción de petróleo en el golfo San Jorge cae un 8,1% respecto de igual período del año anterior, que a su vez ya registraba una baja importante frente a los años precedentes.

Los mismos organismos oficiales aportan otros datos para analizar y preocuparse. Es que si bien podría esperarse que si no hay ventas externas se hubiera incrementado la provisión de crudo (desde esta región) al mercado interno, ello no se refleja en la ventanilla del Ministerio de Energía: en el tercer trimestre de 2017, el crudo proveniente de la cuenca San Jorge, que fue procesado y refinado en el país, alcanzó un volumen de 2,9 millones de metros cúbicos, lo que representa un retroceso de 2,4% respecto de igual período del año anterior (**). Es decir: en la región producimos menos petróleo; vendemos menos cantidad al mundo; y también retrocedemos en la participación en el mercado de refinación del país.

Paralelamente, otro dato oficial puede aportar algo de luz respecto de las decisiones políticas que explican esta dinámica económica: en el capítulo de “Importaciones”, el INDEC refleja que entre enero y octubre de este año el país ha salido a comparar 4.842 millones de dólares en “Combustibles y Lubricantes”, lo que significa un crecimiento de casi el 10% respecto de las compras externas de igual período del año pasado: casi 400 millones de dólares se fueron en ese concepto, lo que explica casi la mitad del déficit total de la balanza comercial del país, que tuvo exportaciones por 5.241 millones de dólares contra importaciones de 6.192 Mu$.

UNA CUESTIÓN DE ESCALAS

En Comodoro, el mercado laboral sufre el impacto. No sólo por los 2.700 puestos laborales ya perdidos en el ámbito petrolero, sino que se suman los vinculados a otras actividades conexas, como los servicios especializados y el perfil industrial que había para proveer determinadas herramientas o servicios. Los más de 70 puestos que se perderán en Lufkin, si es que se puede reubicar a otros tantos (ya que de lo contrario, esa cifra se duplica) viene a reflejar con claridad la necesidad de reconvertir actividades industriales que hoy se insinúan en enunciados, pero que están lejos de plasmar una proyección concreta en los hechos. La “industria eólica” es por ahora eso, sólo un título deseable, ya que los aerogeneradores están lejos de incorporar componentes industriales nacionales.

Desde el gobierno provincial, ahora encabezado por el comodorense Mariano Arcioni, no se conocen iniciativas para proyectar a la economía del sur provincial hacia horizontes alternativos, que sean capaces si no de reemplazar, al menos de amortiguar la cruda transición petrolera, que no parece encontrar piso para su caída o “reacomodo”.

Y si bien hay saludables apoyos, tanto a nivel provincial como municipal, a las producciones artesanales de alimentos, embutidos o bebidas como la cerveza o el vino, basadas también en un necesario e indiscutible impulso al emprendedurismo, está claro que la pérdida de industrias, como las que se dedican a la elaboración de máquinas, herramientas o lo que fuera el último entramado de la industria textil regional como Guilford, no puede ser compensada con proyectos económicos de micro escala. El gobierno nacional, hoy que tiene puesta la mirada en el puerto de Comodoro a raíz de la desgraciada situación del Ara San Juan, debería también tomar cabal nota de esto.

(*) Informes Técnicos Vol.1 nº 213. Intercambio Comercial Argentino. Cifras estimadas de octubre de 2017.

(**) Informe Trimestral de Coyuntura Energética. Tercer trimestre 2017. Ministerio de Energìa y Minería de la Nación.

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