RÍO GALLEGOS (ADNSUR) - El intendente de Río Gallegos, Pablo Grasso, debió ser internado este viernes, luego de alcanzar un pico de fiebre de más de 40 grados. En el Hospital Regional se sometió a una tomografía, en la que determinaron que presentaba neumonía bilateral. Esa fue la razón para que ingresara en la “zona roja” de COVID-19. 

Hasta la noche del sábado, Pablo Grasso se mantenía estable, con ayuda de oxígeno y con suministro de suero para que no pierda hidratación. Además, según había podido saber La Opinión Austral, se comunicaba con sus allegados, contestando mensajes de WhatsApp.

La novedad fue que ese mismo día, debieron internar a su pareja, también por agravarse su condición de salud ante el contagio de coronavirus.

Según informaron este domingo desde la secretaría de Coordinación Ejecutiva de la Municipalidad de Río Gallegos, el estado de salud de Pablo Grasso es estable, se encuentra de buen ánimo y está respondiendo a la medicación.

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