COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR / Por Ángel Nurchi /Economista) Cuando el gobierno Nacional hace referencia al segundo semestre del 2017 como el nuevo punto de partida para la recuperación económica, estaría omitiendo algunas localidades y regiones  que por determinada composición productiva no son representativas de los sectores que impulsarían el crecimiento.

En su primer día frente a la cartera de Hacienda el flamante ministro, Nicolás Dujovne, pone en segundo lugar al sector energético en las expectativas de inversión y crecimiento, nada más y nada menos que detrás de la agricultura. Afirma que la energía es el recurso clave para la reactivación. Y  para aumentar la oferta energética cree en el actual modelo donde el sector privado capitalizará las inversiones. Así sucedió con los proyectos de energías renovables durante el 2016. Período en el que se destaca el inicio de importantes parques eólicos en la provincia de Chubut. Como resultado de buenas medidas que se convirtieron en ley, permitió superar todas las expectativas de inversión. Como comodorense, veo con buenos ojos y entusiasmo las inversiones en energía eólica, pero soy consciente  de que su aporte en materia de empleo y desarrollo es acotado, porque se limita a la generación y venta de energía eléctrica, a través de equipos íntegramente producidos y desarrollados en el exterior. La actividad se concentra en lo comercial (el Estado garantiza cupo y precio) y financiero (buenas tasas en dólares y plazos de financiamiento para las pocas empresas operadoras de los parques: (Aluar, Pae, YPF, Genneia); pero el efecto hasta aquí es neutral para el desarrollo económico regional.

El gobierno confía en que continuarán las inversiones en el desarrollo de proyectos de energía renovable en todo el país. Pero con la apuesta más fuerte puesta sobre los  niveles de producción que aportará la cuenca Neuquina. La posición es clara en materia energética sobre estas dos “fuentes” (por Neuquén y renovables). El mundo ofrece mucha energía y barata; en términos históricos el barril de crudo toca mínimos impensados. Ante una  adversa situación económica y con ventajas competitivas desfavorables para la producción nacional. La política energética se enfoca en el largo plazo, para no condicionar la continuidad del desarrollo a la volatilidad del precio del crudo y encara un proyecto ambicioso concentrado en la provincia de Neuquén. Se utilizaron herramientas fiscales, financieras y políticas generando el mejor marco de certidumbre para alcanzar el anhelado autoabastecimiento. El Estado estableció las reglas de juego para que el mercado se sienta a gusto y mantenga un ritmo de inversor considerable en un contexto de crisis.

No corren con la misma suerte otras cuencas productoras de hidrocarburos. Y es el caso de la  Cuenca del Golfo de San Jorge. Nos referimos a Comodoro Rivadavia, como la localidad más representativa de la región. El panorama es muy negativo por la decisión del gobierno nacional de excluir del plan energético a esta región productora. El proyecto en busca de optimización, de eficiencia y mayor productividad no tiene espacio para esta cuenca. Su intención es apuntalar la política energética y considera negativas para el desarrollo las características productivas del Golfo de San Jorge. Entre los justificativos destaca la poca participación en la producción nacional de gas, con tan sólo el 8% (en caída). Y que el petróleo crudo tiene como principal destino la exportación, condicionado por el factor doméstico de no contar con suficiente capacidad en las destilerías Argentinas para el crudo Escalante (pesado).

Por haber quedado fuera de la política energética nacional la región se expone a las variables de ajuste que impone el mercado. Las inversiones se proyectan con un precio de referencia anualizado en el rango de los valores actuales. Por consecuencia, el 2017 se inicia con un fuerte proceso de desinversión. El éxodo del capital petrolero se da de manera diversificada. La operadora busca elevar la productividad sin inversión. Sólo a través de un proceso de reestructuración de los costos. Aplicando el ajuste sobre el trabajo y servicios. Que se dan de distintas formas a través de despidos, retiros voluntarios, flexibilización laboral, precarización, etc. Con el fin de asegurase los retornos esperados y mantener el nivel de utilidad sobre el capital.

Comodoro atraviesa una fuerte crisis económica que se profundizará en los próximos meses. Es una comunidad que consolidó su estructura socioeconómica alrededor de esta actividad. Se necesitan cambios estructurales que demandarán muchos años. Con políticas de Estado que permitan diversificar la matriz productiva regional. Pero hoy se requieren medidas concretas que puedan revertir la situación actual. Que ubiquen la cuenca dentro del radar del gobierno en materia energética como lo hace disponiendo recursos fiscales, económicos y financieros para Neuquén y el desarrollo de energías renovables.

Dejar la región a la suerte del mercado sólo nos garantizará más recesión con un fuerte retroceso social y económico, que demandará años revertir.

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