COMODORO RIVADAVIA (Por Raúl Figueroa / Especial para ADNSUR) Cuando el agua baje y el barro empiece a secar un poco, aun con el drama de muchas familias que tardarán años en recuperar lo que perdieron y una ciudad con su infraestructura básica en estado de total precariedad, otro de los problemas que aflorará en la superficie de la economía provincial de Chubut en general y a Comodoro en particular se vincula a la merma de actividad petrolera.

Al alicaído ritmo de producción hubo que aplicar todavía un freno más antes del inicio del temporal, para evitar contingencias ambientales de mayor gravedad a las que –de todos modos- se produjeron. Estimaciones no oficiales, pero que circulan en ámbitos de la industria, dan cuenta de que en 15 días la producción se redujo en alrededor de 75.000 metros cúbicos, lo que equivale a la pérdida de 3 días completos de producción o, para mencionar otro parámetro, el 10% de la extracción mensual de crudo.

Más allá de los números que podrán variar cuando se informen los registros de producción de esos días, el dato político del impacto en las cuentas provinciales fue reconocido por el jefe de Gabinete provincial, Alberto Gilardino, al asegurar que se suspendieron las negociaciones paritarias hasta que se cuente con el diagnóstico final del impacto en las regalíasprovinciales, a partir de la casi paralización productiva que causó la catástrofe climática.

EVITAR LA ROTURA DE DUCTOS

Esa medida se acordó por parte de la mayoría de las operadoras y el gobierno provincial, desde los Ministerios de Ambiente y de Hidrocarburos, para evitar que la rotura de ductos en base al movimiento de suelos (como también ocurrió con las cañerías de agua), terminara provocando derrames de petróleo graves.

Si bien hubo dos contingencias que han sido reconocidas por la operadora Capsa, los funcionarios involucrados entienden que esos impactos fueron reducidos, frente a la magnitud que podría haber adquirido el problema en caso de que la actividad hubiera estado en pleno funcionamiento.

Además, las propias empresas necesitaban reducir la actividad, en virtud de que el acceso a los yacimientos quedó prácticamente imposibilitado, al igual que en muchas áreas de la ciudad. La rotura de instalaciones en yacimiento es otro de los problemas, por lo que sobre el cierre de esta corta semana había dudas sobre las demoras que traería aparejado recuperar la normalidad productiva.

Se debe afrontar una revisión para verificar la integridad de los caños y conocer el estado general de instalaciones, antes de poder activar nuevamente el andamiaje de producción, de allí que la puesta en marcha no tiene un plazo preciso.

Panoramas disímiles dentro de la cuenca, pero con un impacto inminente para ambas provincias

Más allá de los efectos de la contingencia climática, el panorama petrolero plantea horizontes disímiles aun dentro de la misma cuenca San Jorge. En efecto, en la misma semana en que el sindicato Santa Cruz dio a conocer un paro petrolero para el 26 de abril, desde Chubut Jorge Avila auguró la cercanía de un nuevo acuerdo por 180 días, para seguir sobrellevando la situación.

La situación no ha variado substancialmente en relación a los reclamos y focos de conflicto que estaban candentes antes del 29 de marzo, con el agravante de que las roturas causadas por el clima suman déficit a la hora de medir los costos de la región.

Luego del portazo dado por el ex número 2 de Energía, José Luis Sureda, acusando a Aranguren no sólo por autoritarismo, sino por una política energética parcializada al orientar todas las fichas hacia Vaca Muerta en detrimento del resto de las áreas hidrocarburíferas, las incógnitas a despejar en las próximas semanas es en qué grado afectarán a Chubut las definiciones que estarían por tomarse de cara a Santa Cruz y que significarán un fuerte impacto en cuanto a reducción de mano de obra.

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