Cristina Kirchner se presentó en la Universidad de Río Negro para recibir una distinción y aprovechó para volver a marcar el camino, cual gurú exitosa. Sin embargo, el éxito no se palpita de puertas para adentro del Frente de Todos. La mesa política quedó en el olvido, no hay unificación de criterios de campaña y no se ponen de acuerdo si es bueno competir en internas. 

La vicepresidenta nunca dudó de su poder y su rol. Tampoco del logro de sus objetivos políticos. La ´gurú´ se coloca en un lugar de mando para relatar la realidad, los pasos a seguir, y conseguir que sus contradicciones sean incuestionables.  

A pesar de su alta imagen negativa, es quien concentra mayor cantidad de votos. El problema es que no le alcanzan para ganar. ¿Que hacer entonces? Esa carta todavía no se muestra. Posiblemente, no se tenga. En varios sectores del FDT comentan que “la elección no esta perdida”. Parte del oficialismo ve, a las intensas peleas de Juntos por el Cambio, como una luz de esperanza. Otros no encuentran tanto ánimo. “Nos esta yendo mal, imposible de revertir”. 

En su discurso del viernes, Cristina llamó mafiosos a los jueces y denunció que están aliados con la oposición. Según la líder kirchnerista, la Justicia es un partido político y no un Poder del Estado. ¿Qué fuerte la palabra mafia para la Justicia, no? La realidad es que, desde el colectivo social, lo podemos pensar. ¿Pero de una de las mayores dirigentes políticas del país? 

La Justicia es, para cuando les conviene libre y, cuando no, corrupta. Esto aplica a todos los sectores de poder. Pero se toma con naturalidad. Es contradictorio: ¿es libre o corrupta? 

“Hoy no estamos ante un estado democrático constitucional”, opinó ante la tribuna rionegrina. ¿Qué? ¿Cómo? ¿Porqué?

Cuestionar los pactos democráticos en el país es, de base, osado. Argentina es un país  bandera de la defensa de los derechos, con mucha lucha democrática en su historia. ¿Cómo puede ser que la vicepresidenta cuestione el nivel democrático? Resulta demencial. No de Cristina. De cualquiera.  Y acá aparece la palabra más injusta para usar en democracia: proscripción. 

“Lo de los fundamentos, yo lo denomino proscripción”, aseguró ante sus fieles. Se refiere a los argumentos sobre la sentencia recibida en la causa conocida como Vialidad, por la que recibió la pena de seis años de prisión e inhabilitación para ejercer cargos, al encontrarla responsable de administración fraudulenta. 

La realidad es que Cristina Fernández de Kirchner goza de todos sus derechos para presentarse en las elecciones para el cargo que quiera. No hay impedimento alguno ya que la sentencia no está firme. 

 Sin embargo, el kirchnerismo puso en ejecución el “operativo clamor”. “Luche y vuelve” avivaron en el acto de Avellaneda para que La Jefa encabece la campaña electoral. 

Si pueden luchar, si puede volver, ¿donde está la prohibición?

Quizás mientras otros crean que falta mucho para la campaña, la campaña ya arrancó. Quizás mientras algunos solo escucharon contradicciones en el discurso de Cristina, otros empezaron a oler el discurso electoral. Quizás convive la realidad con el universo paralelo y finalmente esté prohibido algo que sí se puede ejecutar con Libertad.  

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