CAPITAL FEDERAL - En una entrevista exclusiva con LA NACION, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional dijo que la actual gestión ha sido profunda en las reformas.

Christine Lagarde está en todos los detalles: cuando el camarógrafo de LN+ se acercó a colocarle el micrófono, fue ella misma quien le indicó dónde quedaría mejor ubicado. Antes de sentarse a hablar con LA NACION sobre las perspectivas de la economía global, las controvertidas políticas del presidente Donald Trump y también sobre la Argentina, preguntó cómo es el clima en la ciudad de Iguazú. Es que antes de llegar a Buenos Aires para reunirse con el presidente Mauricio Macri y participar del G-20 que se realizará mañana y pasado, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) pasó por Paraguay. En Asunción, sufrió por la gran humedad y quería saber cómo la recibirían las Cataratas.

La exministra de Finanzas de Francia, de 62 años, llegó a la entrevista luego de almorzar con el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, acompañada por un grupo de funcionarios del FMI y algunos guardaespaldas. La agenda estaba apretada: en la residencia de Olivos la esperaba el presidente Mauricio Macri. Pero se hizo tiempo suficiente para cuestionar la estrategia proteccionista de los Estados Unidos y elogiar en profundidad los avances logrados por Macri en sus primeros dos años de gestión. Cuidadosa de su imagen, decidió quedarse con su delicado pañuelo marrón al cuello, para poder lucirlo en la entrevista, en contraste con el elegante pero apagado gris de su tailleur.

-Hace exactamente 10 años el mundo vivía su peor crisis económica desde la Gran Depresión de 1930. ¿Existe algún riesgo importante para la economía global en la actualidad que provoque una debacle similar?

-El mundo no va a tener esa crisis nuevamente. La economía global está bien posicionada en este momento, mejor que lo que había estado en los últimos 10 años. Claro que el mundo tendrá otras crisis; es la evolución natural del sistema, pero no tendrá ese mismo tipo de crisis. La economía mundial está creciendo en forma saludable: 3,9% este año y posiblemente una cifra similar el año próximo. Es un crecimiento extendido, liderado por muchas más inversiones que las que vimos en el pasado. Y las inversiones son un síntoma de la confianza renovada en el futuro, que anticipa cómo lucirá la economía. Esto no significa que no haya algunas nubes en el horizonte a las que debemos prestarle atención.

-¿Le preocupa la política económica de los Estados Unidos, en particular la decisión del presidente Donald Trump de subir aranceles y lanzar una guerra comercial?

-Las guerras comerciales no dejan vencedores. Este ha sido el caso durante las últimas décadas: el desarrollo del comercio ha sido más veloz que el crecimiento económico y generó una gran mejora en la situación de muchos países, sobre todo los más pobres. También creó una mejor condición de vida para la población más pobre en los países ricos. Y generó innovación, a través de la competencia. Provocó beneficios y, por supuesto, algunas heridas en el sentido de que hay regiones y sectores que sufrieron por este incremento del comercio internacional. El efecto generado por la innovación y el comercio debe ser tomado en cuenta para remediar ese daño, pero tratar de reducir el comercio o colocar barreras adicionales no generará ningún ganador.

-El gobierno de los Estados Unidos, además, ha expresado su preocupación por la creciente influencia de las inversiones chinas en América Latina. ¿Hay que preocuparse o alegrarse por estos desembolsos?

-Los países de América Latina tienen recursos masivos y una gran cantidad de talentos, como lo pude ver estos últimos días en la Argentina. Y pueden encontrar en esos recursos la base para desarrollarse e innovar. La apertura del resto del mundo hace posible que Estados Unidos, Europa y China inviertan y fomenten el comercio con los países de la región. El hecho de que China se haya convertido en la segunda economía del mundo ciertamente induce a que busquen sociedades en otros países valiosos para ellos. De modo que cualquier país como los Estados Unidos y Europa puede haber pensado en el pasado que esta región era su territorio y ahora están sorprendidos, porque ya no lo es.

-¿Cuál es su opinión sobre los resultados logrados por el gobierno de Macri en materia económica en estos primeros dos años?

-Los primeros dos años del gobierno de Macri han sido asombrosos; y esto lo digo como ex ministra de Finanzas de Francia y como actual directora gerente del FMI. Porque en estos años, las autoridades económicas han logrado tanto en términos de política monetaria, de la reorganización del gasto público para hacerlo más eficiente, de reducir la presión impositiva, adoptar las reformas que permiten la libre competencia y alentar el desarrollo de talentos. Todo es muy impresionante y coincide con la determinación de la Argentina de restaurar su situación y lograr el regreso del país en el círculo internacional de las naciones, y ha sido exitosa en este sentido. Ha hecho tanto en lo que se ha dado en llamar gradualismo, que no lo encuentro gradualista para nada. Porque el Gobierno ha sido profundo en las reformas, ha lidiado con los problemas no en una manera superficial, sino en un modo muy determinante. Pero lo ha hecho con la decisión de lograrlo en un tiempo suficiente como para que las reformas sean sustentables y el crecimiento económico sea perdurable, para lograr eliminar el déficit primario en 2019 y empezar a bajar el nivel de la deuda a partir de 2020.

-Por lo tanto, ¿no le preocupa, como a muchos economistas, el creciente nivel de endeudamiento del país?

-Es más justo analizar con un enfoque profundo la manera en que está compuesta la deuda pública argentina, porque una buena parte está en manos del mismo sector público, en pesos. Así que no hay una exposición masiva a los acreedores externos en bonos en moneda extranjera. La deuda en moneda extranjera con los acreedores privados alcanza a un 35% del PBI, un nivel que francamente no implica una carga demasiado pesada para la economía. Hay que analizar el peso de los intereses de la deuda en el largo plazo y el apetito de los mercados hacia adelante; pero hasta ahora, dadas las reformas adoptadas y el objetivo de reducir el déficit fiscal en forma sostenible y compatible con el apetito de la sociedad por las reformas, no lo veo como un asunto para preocuparse.

-¿Hay una medida en particular que los inversores estén esperando para invertir más dinero en el país?

-Si observo lo que se espera en situaciones similares, los inversores quieren tener la garantía de que habrá una continuidad en las políticas, que no habrá retrocesos de ningún tipo de las políticas actuales, para renovar su confianza en el país. La Argentina estuvo afuera del mundo tanto en términos del comercio como de las inversiones y ahora se abrió en términos financieros y comerciales, lo cual generará sus frutos dado los recursos que tiene el país.

Los números del FMI para la Argentina

Cálculos incluidos en el artículo IV de 2017

2,5% Crecimiento

Es el pronóstico de crecimiento del organismo multilateral sobre la Argentina para este año, frente al 3,5% oficial. Para 2019 prevé un 2,8%

16% Inflación

Es la previsión de inflación del FMI para este año, frente al 15% del Gobierno. Para el próximo año, esperan que sea del 11,8%

7,7% Desempleo

Es la pauta de desempleo para este año, mientras que en 2019 bajaría al 7,2%

3,7% Déficit fiscal

Es el cálculo del rojo fiscal antes del pago de intereses, frente al 3,2% estimado por el Gobierno. Para 2019, sería del 2,5%

Fuente: La Nación

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