COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR) – La última semana Juliana Uribe fue condenada a 14 años de prisión por el homicidio de su pareja, Samuel Ovejero, ocurrido el 29 de julio de 2017 tras una discusión por una camioneta.

Trece años atrás en Comodoro Rivadavia también hubo un caso en el que se puso en discusión la legitima defensa. Sin embargo, esa vez la mujer quedó en libertad por considerarse que actuó para resguardar su vida.

Era el sábado 29 de julio de 2006. Poco después de las 23 horas, en inmediaciones del pasaje Misiones al 3.500 del barrio San Martín, Ernesto Fabián Vidal (34) comenzó a discutir con su esposa y luego la discusión en el interior de su vivienda.

No era la primera vez que estando ebrio, Vidal le levantaba la mano a María Isabel Antelaf (27), prueba de ello eran las múltiples denuncias que ella había realizado por violencia familiar, pero nunca se tomaron las medidas necesarias para resguardarla tanto a ella y como a sus dos hijas de 8 y 10 años por ese entonces.

Sin embargo, esta vez todo fue distinto. Ella sabía que las golpizas eran cada vez peores y que pronto se terminarían las segundas oportunidades, y decidió defenderse del ataque. María tomó un chuchillo y pese a estar presa del miedo, terminó apuñalando en el pecho a Vidal, quien cayó al suelo, prácticamente inconsciente pero aún con vida.

Al ver la escena los vecinos rápidamente pidieron ayuda y Vidal fue trasladado al Hospital Regional pero los médicos nada pudieron hacer nada; el puntazo había impactado en su corazón provocándole minutos después la muerte.

Tanto la Seccional Cuarta como la Sexta de Policía tomaron intervención en el hecho, así como el área de Criminalística y el Ministerio Público Fiscal, secuestrándose en el lugar dos cuchillos, uno de los cuales habría sido utilizado para cometer el homicidio.

En tanto, la mujer fue detenida y quedó alojada inicialmente en una de las dependencias y luego fue trasladada al pabellón femenino de la Alcaidía Policial.

Una situación fuera de lo común se dio ante la muerte de Vidal, y es que los familiares de la víctima pidieron por la liberación de la mujer, indicando que era víctima de múltiples maltratos de los cuales eran testigos incluso compañeros de trabajo.

Él era muy celoso y cuando tomaba la golpeaba, nadie en la familia quiere que este presa, era una víctima y por eso pasó lo que pasó”, aseguraba la hermana de Vidal por aquellos tiempos.

La mujer también aseguraba que sus propias hijas habían presenciado esas situaciones de violencia y vivían un calvario a raíz de lo sucedido.

Es así que poco después de sucedido el hecho, el Juez de Instrucción Nº 1, José Rago, determinó que la mujer había ejercido el derecho a la legítima defensa por lo que fue dejada en libertad.

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