LA PAMPA (ADNSUR) - Después de nueve años de espera, el hijo del femicida Marcelo Tomaselli ya no llevará su apellido. La Justicia de La Pampa autorizó la adopción y el cambio de DNI para ese nene que, cuando apenas tenía dos años, vio cómo su papá asesinaba a puñaladas a su mamá.

“Es un sueño que lo esperamos durante muchos años", confirmó a Diario Textual Soledad Reynoso, la hermana de Carla Figueroa, la mujer asesinada. Su femicidio, brutal, derivó además en una modificación del Código Penal al eliminar la figura del "avenimiento", que consistía en el perdón de una víctima a su agresor.

Según publicó TN, Valentín, el hijo de la mujer asesinada, cumplió 11 años el viernes pasado y ese día recibió la noticia. Sus tíos, quienes lo criaron casi desde que tiene memoria, finalmente se convertirían en sus padres también en los papeles.

Una historia marcada por la tragedia

Cuando Carla Figueroa no era mucho más grande que su propio hijo, su padre mató a su madre delante de ella. Desde ese momento, quedó al cuidado de su hermana Soledad.

A los 14 conoció a Marcelo Tomaselli y se pusieron de novios. Unos años después, en 2008, tuvo a Valentín, pero la relación con su pareja cayó en un espiral de violencia del que ya no volvió a salir.

En 2010, Tomaselli la violó. Carla lo denunció y lo detuvieron, pero después firmó el llamado "avenimiento" para perdonar al abusador. Cuatro jueces intervinientes votaron en contra pero dos de una instancia superior, del Tribunal de Impugnación Penal, lo permitieron. Tomaselli se casó con Carla, salió en libertad y una semana después, sábado 10 de diciembre de 2011, la mató delante de su hijo.

La madre de Tomaselli también se encontraba en la casa cuando su hijo cometió el femicidio y entre lágrimas contó lo que recordaba de esa noche en el juicio. "Me quedé dormida. Me despierta el llanto desgarrador del nene, pensé que se había caído de la cama. Yo empiezo a golpear la puerta y no me abrían, sentía como una señal, que estaba haciendo algo, pero no sabía qué; a ella no la escuché", relató.

Sus palabras lograron transmitir el horror del que fue testigo: "Pateé la puerta, me desgarré las dos caderas de tanto patear. Me abre la puerta, sin prender la luz veo a Carla paradita, que me tiraba los brazos. El la seguía apuñalando. Me abre los brazos llenos de sangre, la volvió a acomodar en el piso y le seguía dando. Alcé a mi nieto y fui a la cocina, porque pensé que mi hijo los iba a matar a los dos".

La palabra de Tomaselli

Cuatro meses después de cometer el crimen, Tomaselli dio una entrevista al sitio local InfoPico y aseguró que “la volvería a matar”, pese a que todavía la ama y extraña “mucho, mucho”.

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