Sucedió el pasado fin de semana en la ciudad de Trelew, donde un recluso que goza hace poco tiempo de salidas transitorias, y a su regreso no pudo disimular el mal estado en el que se encontraba en el hall de la Comisaría Segunda ubicada en la calle Colombia.

Cuando llegó la hora de ingresar nuevamente a la unidad policial, a fin de reincorporarse después de cumplir con el régimen de libertad, el preso hablaba y balbuceaba pero el encargado de turno no lograba entender lo que decía, así fue como notó al instante el evidente estado de ebriedad.

El resultado de esos signos compatibles con un grado avanzado de alcoholemia que fue testeado por un equipo de la Agencia de Seguridad Vial, terminó por confirmar lo antes supuesto por los oficiales. Estaba borracho. El alcoholímetro marcó: 2.14 g/l. alcohol en sangre.

Según indicaron fuentes policiales, el recluso no podía permanecer parado, por lo que rápidamente se dio aviso al Hospital. Otra de las cuestiones que agravaron su situación y que se pudo comprobar gracias a una prueba de narcotest, fue el consumo de cocaína y marihuana.

Con información de Diario Jornada

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