CHILE - Felipe Osiadacz, uno de los jóvenes chilenos que enfrentó un juicio en Malasia por un homicidio y que pudo ser condenado a la horca, se fugó del país asiático y volvió el viernes a Chile en un vuelo de Iberia. El joven tenía que permanecer en Kuala Lumpur porque el proceso judicial estaba en desarrollo. 

En agosto de 2017 Osiadacz y su compatriota Fernando Candia se encontraron con Yusaini Bin Shak, un joven travesti de 26 años.  

Según la versión de los chilenos, en la última noche de su vida, Yusaini se cruzó con Fernando en la calle y le ofreció tener sexo. Candia rechazó y el travesti comenzó a seguirlo pidiéndole dinero. Al llegar al hotel, los chilenos se encontraron e intentaron subir a su habitación. Sin embargo, Yusaini se interpuso en su camino y el conflicto comenzó.

La violencia escaló, el encargado del hotel no reaccionó ante el pedido de que llamara a la policía y Osiadacz y Candia pusieron a Yusaini en el piso y se le sentaron encima, sosteniendo sus brazos y piernas. Al llegar la policía, el travesti había fallecido. 

Fernando Candia y Felipe Osiadacz fueron condenados a dos años de prisión por homicidio culposo
Fernando Candia y Felipe Osiadacz fueron condenados a dos años de prisión por homicidio culposo

Así, el 15 de noviembre de 2018 fueron condenados por homicidio culposo -sin intención- y recibieron la pena de dos años de cárcel. Sin embargo, por buena conducta y como habían estado detenidos 15 meses, la pena se dio por cumplida.  

No obstante, la fiscalía presentó una apelación, por lo que los chilenos quedaron en libertad, pero con arraigo en el país asiático. Es decir, no podían salir de Kuala Lumpur.

Felipe Osiadacz de 27 años, tenía retenido su pasaporte español y por eso no podía salir de Malasia. Pero el joven habría utilizado documentación chilena para poder dejar el país asiático e ingresar a Chile.

Osiadacz retornó por el Aeropuerto Internacional Arturo Merino Benítez. Al no tener una orden de detención internacional, el canciller chileno Roberto Ampuero dijo el domingo que “tenía arraigo en Malasia”. Y agregó. "No sabemos de qué forma llegó a Chile".

Candia y Osiadacz se habían conocido en su viaje de trabajo y vacaciones por Nueva Zelanda y allí soñaron juntos con las vacaciones en Malasia. Pero sus vidas tenían planes más ambiciosos para el futuro: Fernando quería volver a su país para abrir un restaurante, en tanto Felipe soñaba con instalarse en España.

En los últimos meses no se hablaban. Y transcurrían la espera judicial entre la lectura y los paseos. 

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