CAPITAL FEDERAL (ADNSUR) - Un nuevo caso de robo de cadáver de un bebé fue confirmado este lunes por la tarde en el cementerio de Miramar al exhumarse la tumba de Liam Rodríguez, un niño que murió a los 2 años.
Tal como se sospechaba, porque los padres de Liam habían reconocido las prendas de vestir halladas durante la búsqueda del cadáver de Ciro Lescano, el cuerpo no estaba en la sepultura, por lo que se inició una nueva causa judicial a cargo de la fiscalía de Miramar, según informa el diario La Capital.
El niño había fallecido el 4 de febrero pasado luego de que un televisor se desprendió de su soporte y cayó sobre su cabeza.
Días atrás, cuando se conoció el robo del cadáver de Ciro Lescano, la policía, por orden del fiscal Alejandro Pellegrinelli, efectuó un rastrillaje por los terrenos lindantes al cementerio de Miramar y en esas circunstancias encontró una bermudas de jean y una campera. La madre de Ciro vio que no eran esas prendas de su hijo, por lo que publicó una foto en Facebook. Fue entonces cuando los padres de Liam la reconocieron.
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De acuerdo a lo informado por Telefé Noticias, la gravedad del caso -el segundo descubierto en el mes de julio y el cuarto en los últimos dos años en el partido de General Alvarado- mereció que al cementerio acudieran el intendente Germán Di Cesare y la secretaria de Gobierno, María Eugenia Bove.
Una vez que se presentó la denuncia en la policía se tuvieron que realizar varios trámites para que la exhumación de la tumba de Liam fuera la última instancia. Se incluyeron peritajes geológicos y químicos que reforzaron la hipótesis del robo.
El viernes, los padres de Liam pudieron hacer el reconocimiento físico de la ropa y volvieron a decir que era la que habían utilizado para vestir al nene en su velorio. Fue entonces cuando el fiscal Pellegrinelli pidió a la Justicia de Garantías la orden de exhumación que se llevó a cabo en las últimas horas.
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Lo más estremecedor es que sólo cuatro días después de la muerte, el 8 de febrero, la familia Rodríguez había construido una lápida sobre la tumba, con una cubierta de cemento y bordes ornamentales en ladrillo. Cuando lo hicieron, el cuerpo ya no estaba en ese lugar.
