No las invitó a la fiesta de 15 años de su hija y le dieron una brutal paliza dentro del colectivo
La víctima había sido amenazada previamente y, durante el violento ataque, las "chicas del barrio" le pegaron con un caño en la cabeza. [IMÁGENES SENSIBLES]
Una brutal agresión conmociona a Bahía Blanca: Mayra Coronel, una mujer de 38 años, fue atacada salvajemente a bordo de un colectivo de la línea 518 por un grupo de jóvenes, como represalia por no haber invitado a las chicas del barrio a la fiesta de 15 años de su hija.
El violento episodio, ocurrido el pasado martes por la tarde en el barrio Villa Talleres II, dejó a la víctima con graves heridas, incluyendo una fractura de cráneo y una fisura en la nariz, y fue presenciado por su hijo de 6 años y su nieto de 7, quienes la vieron ensangrentada y en estado de shock.
El ataque se desencadenó cuando el colectivo frenó en el cruce de las calles Brickman y Tarija. Seis personas subieron de manera intempestiva y se dirigieron directamente hacia Mayra, que viajaba con sus dos menores a cargo. Tres de las agresoras, todas mujeres, comenzaron a golpearla brutalmente sin mediar palabra.
Mayra intentó proteger a los niños cambiándose de asiento, pero la violencia continuó hasta que una de ellas la golpeó en la cabeza con un caño, causándole la pérdida de conocimiento. En medio del ataque, Mayra logró cubrirse y retener a una de las agresoras por el pelo para evitar más golpes.
Un video grabado por una niña que viajaba en el colectivo muestra la sorpresa y el temor de los pasajeros, quienes no intervinieron debido a que uno de los agresores impedía cualquier intento de mediación. La víctima, que se dedica a vender rosquitas en la calle, relató que esta no fue una agresión aislada, sino la culminación de un conflicto que comenzó en marzo del año pasado, cuando su hija organizó la fiesta de 15 años y decidió no invitar a estas jóvenes, que viven a pocas cuadras de su casa en Villa Talleres.
LAS DENUNCIAS QUE FUERON IGNORADAS
Desde entonces, Mayra y su familia padecieron una constante pesadilla de amenazas y hostigamientos, que incluso incluyeron amenazas con arma blanca a una de sus hijas hace apenas 15 días.
La mujer ya había realizado entre 8 y 9 denuncias por estas amenazas, pero asegura que no hubo respuesta efectiva por parte de la justicia. La causa por el ataque fue caratulada como “lesiones leves”, lo que generó su indignación y desesperación. “Me dicen que son lesiones leves, pero me vieron ensangrentada. Me rompieron la cabeza con un caño”, expresó con frustración, cuestionando si la justicia espera que la maten o baleen su casa para actuar.
Tras la golpiza, Mayra fue atendida en el Hospital Municipal y evaluada por un médico forense de la Policía Científica. Aún se encuentra en proceso de recuperación en su domicilio, donde se siente vulnerable debido a la proximidad de las agresoras, que residen a solo cuatro cuadras de su vivienda. “No sé qué espera la justicia que pase para actuar”, lamentó, mientras su hijo de 6 años le confesó que tiene miedo y le pidió que llame a la policía para protegerlos.
Mayra Coronel no busca alimentar el conflicto ni la violencia, sino que apela a las autoridades para que tomen cartas en el asunto y eviten que esta situación escale a una tragedia mayor. Se define como una persona pacífica, que trabaja honestamente vendiendo rosquitas en la calle y que no molesta a nadie en el barrio. “Pueden preguntar en el barrio quién es Mayra Coronel… vendo rosquitas en la calle y no molesto absolutamente a nadie”, afirmó con resignación.
La investigación está a cargo de la Fiscalía local, que ya ordenó la recopilación de testimonios y el relevamiento de cámaras de seguridad en la zona para esclarecer los hechos y avanzar en la detención de los responsables. Mientras tanto, Mayra y su familia continúan viviendo bajo la sombra de la violencia y la inseguridad, esperando que la justicia finalmente actúe para garantizar su protección y la de su entorno.
Con información de Infobae, editada y redactada por un periodista de ADNSUR
