Marcharán para pedir que el acusado de matar a Maximiliano Cifuentes siga detenido: “Tenemos miedo de que se escape”
La movilización se realizará el lunes a las 10.30 frente a la oficina judicial. "Una persona así no puede estar suelta", reclamó el tío de la víctima.
Familiares y amigos de Maximiliano Cifuentes, asesinado a puñaladas el 1° de enero en el barrio Laprida, marcharán para reclamar que el acusado siga detenido. “Queremos que no espere el juicio en su casa, haciendo vida normal. Tenemos miedo de que se escape”, explicó Pablo, tío de la víctima, en diálogo con ADNSUR.
La movilización se realizará el próximo lunes 3 de febrero, a las 10.30, en la oficina judicial, ubicada en Monseñor de Andrea y Portugal, frente al liceo.
El acusado por el crimen es Alejandro Romero. Está detenido con prisión preventiva, imputado por “homicidio simple en calidad de autor”.
Según la investigación preliminar, la madrugada del primer día del año, Cifuentes estaba con un amigo en las cercanías de la zona denominada "60 viviendas" cuando discutió con una mujer. Poco después, apareció Romero, quien sería la pareja de la mujer, y atacó a la víctima con un cuchillo, hasta provocarle la muerte.
“Recién se va a cumplir un mes del crimen, no puede ser que quiera quedarse en su casa después de lo que hizo. Fue a buscar un cuchillo para matar a un pibe de 21 años. Le dio dos puñaladas y, cuando cayó, le dio una tercera, mientras Maxi se trataba de defender. No puede estar suelta esta persona”, remarca Pablo.
Durante una de las movilizaciones para reclamar justicia, la familia de Cifuentes se encontró cara a cara con el acusado, quien había sido trasladado al Hospital Regional. "Lo tuvieron internado seis horas porque supuestamente se sentía mal". Estaba en contacto con el padre. Tenemos temor de que pueda escaparse. Si le dan la preventiva, tememos que se vaya de su casa a otro lugar y que esto termine en nada, como muchas veces ha pasado", advierte el tío de la víctima.
EL DOLOR DE LA FAMILIA
Mientras buscan evitar que el acusado sea liberado, los familiares de Cifuentes intentan reponerse. “Mi hermana, los amigos, la mamá de su nena, todos esperamos que en algún momento entre él con alguno de sus chistes, o verlo ponerse los botines e irse a trabajar. Hace dos años que estaba trabajando en el petróleo, queriendo darle un futuro a su hija de siete meses”, explica Pablo.
Aunque sabe que nada calmará el dolor, sabe que deben seguir adelante para conseguir justicia. “Para mi familia, esto nunca va a dejar de doler. Es algo que nos va a dejar marcados de por vida. Para mi hermana, era su único hijo. Vivían juntos, salían de vacaciones, se tomaban un café juntos, cenaban juntos. ¿Cómo le devuelven eso a mi hermana? Mínimo, le pedimos a la Justicia que haga su trabajo y deje a esta persona presa.”
