CALETA OLIVIA (ADNSUR) - La probación es el modo mediante el cual se le otorga una “oportunidad” a quienes nunca antes habían cometido un delito. Con esto se les suspende el proceso en su contra por un lapso de tiempo en el que deberá mostrar buena conducta. Sin embargo, en Caleta Olivia, el juez de Recursos, Miguel Angel Meyer, rechazó de plano esta posibilidad cuando se trata de violencia de género.
El magistrado de la Segunda Circunscripción Judicial santacruceña, descartó días atrás un pedido de suspensión de juicio a prueba en una causa de violencia de género que tiene como víctima a una mujer oriunda de Puerto Deseado. Lo hizo imponiendo el tratado Belem do Para, del cual nuestro país es parte y que afirma que la violencia contra la mujer constituye una violación de los derechos humanos, garantizando su acceso a la Justicia.
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"Entiendo que en el caso concreto, teniendo en vista la naturaleza del delito investigado, jurisprudencia de nuestro más alto tribunal y tratados internacionales con jerarquía constitucional, deberá atenderse a la petición formulada por el agente fiscal, debiendo reanudarse la instrucción a partir del acto procesal inmediato anterior al pedido de suspensión del proceso de prueba", dijo el Juez.
Rechazando la presentación realizada por el abogado del sujeto que violentó a su ex pareja, Meyer sostuvo: "el término sancionar impele a los estados a establecer un mecanismo que permita un juicio plenario, con una conclusión bien definida, que castigue y reprima esta clase de delitos y no un camino alternativo que impida la prosecución de las actuaciones otorgando con liviandad una resolución en beneficio del agresor y en detrimento de la mujer violentada, quien de ninguna manera va a poder visualizar una reparación racional y equitativa al mal padecido”.
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Por el contrario, Meyer aplicó una pena como antecedente por si acaso el violento vuelve a reincidir en el mismo comportamiento. Empero, el caso aún no llegó a juicio. Vale recordar que los delitos por los cuales se puede suspender el trámite del proceso son delitos “no graves”. En este punto, el cambio social y cultural que impulsa el enorme colectivo del Ni una Menos está enraizado en los altos índices de maltrato hacia la mujer, que termina en un homicidio cada 30 horas aproximadamente, según estadísticas no oficiales.
Según destaca Tiempo Sur, cuando la “probation” se concede el acusado es desvinculado del proceso en su contra si cumple con normas de buen comportamiento, pero si no lo hiciera de este modo esa “suspensión” del juicio se termina y el sujeto es llevado ante los tribunales con la posibilidad de ser condenado.
