COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR) – Un video de apenas 1 minuto 40 segundos fue suficiente para que el subcomisario Sebastián Bevilacqua sea uno de los protagonistas de este 2019. La entrevista estalló en las redes sociales y los piropos se multiplicaron y no por la noticia sino por el entrevistado.
El fenómeno evidenció dos cosas: la relación que en la actualidad tiene la información con el usuario y sus reacciones, y lo diferente que es el visto el piropo cuando sale de la boca de una mujer.
“Está más fuerte que patada de allanamiento”, “Unas ganas de estafar y q este me busque”, Esta más rico que comer chori en la cancha”, fueron algunos de los elogios que pudieron leer.
El subcomisario optó por el silencio por respeto a su familia y a la institución para la cual trabaja. No obstante ADNSUR reconstruyó en su momento un perfil, demostrando además que Bevilacqua es mucho más que una cara bonita.
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El subcomisario tiene 36 años y hace 17 que está en la fuerza. Nació en Rosario pero cuando era chico se vino a vivir a Chubut junto a su familia. Creció en Rawson, jugó al rugby en Bigornia y siempre soñó con ser policía o militar.
Cuando terminó la secundaria se inclinó por la fuerza provincial y fue en esa ciudad donde comenzó a prestar servicios una vez que se graduó de la Escuela de Oficiales de Chubut.
En su carrera pasó por diferentes unidades operativas, principalmente vinculada a Drogas e Investigaciones y hace unos 7 años comenzó a prestar servicio en el área de Sustracción de Automotores.
Su primera incursión en esa división fue en Trelew y hace unos cinco años llegó a Comodoro Rivadavia
Como profesional está en continua acción. En el valle participó de una investigación que terminó condenado a Julio Rolan por encabezar una banda que se dedicaba a cometer estafas con vehículos robados, además de falsificación y adulteración de automotores en Caleta Olivia, Comodoro Rivadavia, Sarmiento, Trelew, General Conesa, Viedma y Buenos Aires.
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Y en Comodoro Rivadavia junto a la fiscal Camila Banfi y el comisario Sergio Salamín llevó adelante una investigación por compra y venta irregular de automotores, falsificación, estafas y otros delitos que derivó en otra causa por prostitución y venta de estupefacientes.
En la primera causa quedó involucrado el oficial Pedro Lázaro Benítez por brindar protección y hasta falsificar documentos públicos. En la segunda el implicado fue el entonces comisario mayor Alejandro Pulley, jefe de la Seccional Primera de Comodoro Rivadavia, quien brindaría protección a la madame paraguaya Guillermina Ferreyra Armada.
Bevilacqua tuvo activa participación en esos casos, lo que demuestra el compromiso de este oficial amante del gimnasio, que todos los días divide su jornada laboral con una rutina de ejercicios.