NEUQUÉN (ADNSUR) - La clase de Educación Sexual Integral (ESI) le permitió a una niña de 10 años contar que, desde que tenía 6, su padrastro abusaba de ella en la casa que ambos compartían en Quila Quina (San Martín de los Andes). Ese espacio permitió frenar las violaciones y juzgar al hombre, quien este miércoles fue condenado a 8 años y 10 meses de prisión.

El caso se conoció a comienzos de junio de este año y según repasó diario Río Negro, la víctima se acercó a la directora para pedirle el teléfono al que se podía pedir ayuda, que había sido informado durante la clase de ESI que acababan de darle.

Según la teoría de la fiscalía, el padrastro atacaba a la niña cuando su madre, que era pareja del acusado, se retiraba del hogar.

Finalmente, el hombre fue condenado por el delito de abuso sexual con acceso carnal, agravado por haber sido cometido contra un menor de 18 años, aprovechando la situación de convivencia preexistente, perpetrado en forma continua, reiterada y sistemática. También por la portación y tenencia ilegal de arma de fuego de uso civil.

Cuando se allanó la vivienda, el 4 de junio, el acusado portaba ilegítimamente un arma tipo revolver calibre 32 largo, con cuatro cartuchos en condiciones de ser usada, y tenía en su casa un arma de fuego tipo escopeta, calibre 16, con al menos veintiocho cartuchos completos, agregó el mismo medio patagónico. 

La pena final fue de ocho años y 10 meses de prisión, teniendo en cuenta que el representante del Ministerio Público Fiscal, Maximiliano Bagnat, sostuvo que como atenuante para determinarla, debía tenerse en cuenta que el acusado reconoció los hechos y asumió su responsabilidad. Esto lo hizo a través de un acuerdo parcial realizado en julio pasado.

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