RAWSON (ADNSUR) - La Fiscalía Federal de Rawson presentó un habeas corpus colectivo en favor de los presos del Instituto de Seguridad y Resocialización N° 6 del Servicio Penitenciario Federal y pidió ordenar a sus autoridades frenen el “agravamiento ilegítimo de las condiciones de detención”.

El reclamo se generó tras una inspección al penal capitalino el 14 de septiembre, que verificó numerosas irregularidades. La comitiva revisó el pabellón Nº 11 del sector C, el Nº 13 y de “Seguridad” del Sector D, y la Sala de Internación del Servicio de Asistencia Médica. Hubo miembros de la Procuraduría de Violencia Institucional y de la Procuración General de la Nación, informó diario Jornada.

Según el habeas corpus que firmó el fiscal Fernando Gélvez, se verificó “la imposición de un régimen de vida que implica aislamiento prolongado en celdas individuales, a las que se denomina ´celda seca´”.

Este encierro es sin provisión de agua ni sanitarios, y en algunos casos en condiciones de aislamiento dispuesto en forma discrecional que “agravan ostensiblemente la vida cotidiana de las personas entrevistadas”.

Además, se detalló que se encontraron inadecuadas condiciones materiales, de higiene y salubridad en celdas individuales, en sectores comunes de los pabellones, y en el Área de Sanidad destinada al cuidado de la salud de los pacientes. Los detenidos casi no hacen actividades recreativas, deportivas, educativas ni laborales.

Según el fiscal, “las circunstancias verificadas constituyen reiterados, continuos y persistentes agravamientos ilegítimos de las condiciones de detención”. Para corregirlas es necesaria la intervención judicial.

El Pabellón 13 es para alojar personas recién ingresadas al penal, sancionadas o realojadas transitoriamente ante conflictos en el pabellón de origen. Algunos presos permanecieron en sus celdas varios días sin salir, o sólo 30 minutos.

Denuncian graves condiciones de detención en la U6

Las celdas miden 1,5 x 2 metros, sin baño ni agua, y con escasa luz natural. Hacen sus necesidades en botellas descartables, bidones de plástico y bandejas de comida. Conviven con eso todo el día, ya que el personal no los lleva al baño en forma inmediata.

A su vez, se observaron “pésimas condiciones de higiene, visible suciedad de larga data en paredes y pisos, sin mantenimiento adecuado; sin luz eléctrica e instalaciones precarias y riesgosas ya que hay cables y conexiones sin protección”.

Faltan vidrios en las ventanas pese al viento y el frío sureños, con pocas frazadas. Los colchones son ignífugos pero en mal estado o rotos. No tienen muebles: dejan sus pertenencias en el escritorio, la cama o el piso.

El techo del baño está descascarado y sucio, con hongos y sin vidrios. Hay cuatro inodoros y dos mingitorios en “pésimas condiciones de higiene y mantenimiento”.

A su vez, se detalló que el piso está inundado por la pérdida de los inodoros y un desagüe completamente tapado. No hay puertas ni cerramientos para resguardar la intimidad de quienes usan el baño, además de dos estufas en mal estado.

“El limitado horario de acceso al teléfono por la tarde impacta en el acceso a la justicia, dado que no pueden establecer comunicación con autoridades judiciales”, dice el habeas. Además, el SPF maneja la asignación de pabellones como “un modo de disciplinamiento y en condiciones inhumanas”, se detalló.

En cuanto a la atención médica, los presos desde que están en este pabellón nunca vieron el recorrido periódico de un médico. Por mes les dan sólo un rollo de papel higiénico, una maquinita de afeitar, un jabón y dentífrico. Si les falta deben comprar por sus propios medios en la cantina del penal.

LA CELDA 38, UN ENCIERRO QUE ERA “INHUMANO”

Los inspectores advirtieron que una de las celdas de su recorrido por el penal estaba cerrada, la Nº 38. La abrieron y se mantuvo una entrevista confidencial con la única persona encerrada y aislada.

Ese espacio estaba reservado para contenedores y bolsas de residuos, “lugar que no estaba apto para la detención de una persona en condiciones dignas”. Según sus compañeros, “lo tiraron ahí…confinado”.

La celda no tenía colchón, frazadas ni sábanas, sólo las pertenencias del preso. El olor era nauseabundo. “Hacía mucho frío debido a que falta la ventana e ingresaba viento constante. Tampoco artefacto de luz alguno”.

El detenido “se encontraba muy atemorizado, tenía mucho temor que le pasara algo, que otros detenidos le hicieran daño y que los agentes no hicieran nada para impedirlo y solicitó ser reubicado en otro pabellón”.

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