La tranquilidad habitual de una localidad del departamento Avellaneda, en la provincia de Santiago del Estero, se vio abruptamente interrumpida por un caso que expuso la crudeza de la violencia de género y la explotación sexual. Un hombre fue condenado a seis años de prisión tras ser hallado culpable de golpear, prostituir y someter a su pareja a encuentros sexuales no consentidos.

La historia salió a la luz cuando la víctima, una mujer de 34 años, logró reunir el coraje necesario para pedir ayuda y dar aviso a las fuerzas de seguridad, pese al clima de amenazas y terror que imponía su pareja. 

El acusado no solo ejercía violencia física, sino que, según la investigación, obligaba a la mujer a ejercer la prostitución y la involucraba en tríos sexuales con clientes, sin su consentimiento.

El hombre fue condenado tras someter a su novia sin consentimiento
El hombre fue condenado tras someter a su novia sin consentimiento
Foto: El Liberal

El caso fue tomado de inmediato por los fiscales del Centro Judicial Añatuya, quienes dispusieron la detención del sospechoso y pusieron en marcha una investigación que permitió esclarecer los hechos. La fiscal Victoria Sottini, integrante del Ministerio Público, ordenó la aprehensión del acusado, quien además fue imputado por el delito de estafa.

Durante la instrucción, se descubrió que el hombre no solo explotaba sexualmente a su pareja, sino que también la amenazaba de muerte, llegando a prometer que mataría a las hijas de la víctima si ella se atrevía a denunciarlo o a desobedecer sus órdenes.

La fiscal coordinadora, María Emilia Ganem, fue la encargada de exponer en el juicio los detalles de las atrocidades cometidas por el acusado. Ganem destacó la perversidad y el grado de sometimiento al que fue reducida la víctima, quien vivía bajo un régimen de terror psicológico y físico.

TESTIMONIOS CLAVE PARA LA CONDENA

Uno de los elementos más contundentes del caso fueron los testimonios de quienes, en calidad de clientes, participaron de los encuentros sexuales. Un hombre de nacionalidad colombiana relató ante la Justicia: "Pagué por tener sexo con la mujer y durante el encuentro íntimo se sumó su pareja". A las pocas horas, otro testigo brindó un testimonio idéntico, confirmando el modus operandi del acusado.

Estos relatos permitieron reconstruir el circuito de explotación y abuso, y evidenciaron que la mujer no solo era obligada a prostituirse, sino que además debía soportar la presencia y participación activa de su pareja en los encuentros, siempre bajo coacción y amenazas.

En el transcurso de la última semana, se llevó a cabo un juicio abreviado en el que el acusado terminó recibiendo una condena de seis años de prisión efectiva. La decisión judicial fue celebrada por los organismos de derechos humanos y por el entorno de la víctima, que destacaron la importancia de la celeridad y el compromiso de la Justicia santiagueña.

La condena sienta un precedente en la lucha contra la violencia de género y la trata de personas en la región, y pone en relieve la necesidad de seguir fortaleciendo los mecanismos de protección y asistencia a las víctimas.

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