RAWSON - Los casos de violencia doméstica y de género que se radicaron en los Juzgados de Familia, incrementaron un 25,5% en 2016 respecto del año anterior. El dato lo reveló un estudio de la Dirección de Estadísticas e Indicadores Judiciales del Superior Tribunal de Justicia. Según las cifras, se registra un promedio de 50 casos cada cien mil habitantes. La tasa más alta es Esquel, con 100 casos cada 100 mil habitantes. Le siguen Trelew, Puerto Madryn, Sarmiento y Comodoro Rivadavia.

El 92 por ciento de las víctimas son mujeres y la mayoría de denunciantes y denunciados tienen entre 22 y 39 años. En más del 80 por ciento de los casos, se trata de parejas o exparejas. Le siguen los hijos y otros parientes. La violencia verbal y la física son las más repetidas.

Desde Puerto Madryn, la jueza DelmaViani precisó que en su Juzgado Nº 2 en 2015 ingresaron 192 expedientes. “Una cifra similar debiera ser para el Juzgado N° 1 ya que los ingresos se compensan. En 2016 ingresaron 225 expedientes, un incremento del 17 por ciento”. En su Juzgado “de hecho vemos diariamente una, dos y hasta tres presentaciones por repetición de violencia en expedientes en trámite”.

En Madryn lo más denunciado es la violencia verbal” aunque crecieron las denuncias por lesiones. “En un 70% de los casos el hombre la violenta con gritos e insultos: `Sos mía o no sos de nadie´, cosificando a la mujer, o `Puta´, el calificativo más generalizado para agredir. Ante la mínima reacción de la mujer, aparecen los golpes, y la amenaza de muerte”.

-¿Se denuncia más, hay más violencia o ambas?

-Hay más violencia y cada vez más cruenta. Si bien hace tiempo se instaló y se difundió que corresponde siempre denunciar, pedir ayuda y no dejar pasar ninguna situación violenta, queda pendiente el trabajo profesional con las víctimas para lograr que se empoderen y ellas pongan fin a las relaciones enfermizas. Pero la justicia sola no puede trabajar con las víctimas para lograrlo.

“Ante una denuncia se disponen de inmediato medidas para evitar la repetición, protegiendo a la víctima”, explicó. Si se convence de recibir ayuda y entiende que esa relación no funciona aunque haya perdón o cambios de actitud del agresor, “indiscutiblemente no se volverá a presentar una nueva denuncia; caso contrario con seguridad aparecerá una nueva agresión”.

“Por el lado de la persona agresiva, desde el fuero penal debe existir más apoyo ante el apercibimiento si el violento incumple las órdenes judiciales del fuero de familia, y no sólo limitarse la intervención para el caso de flagrancia”, reclamó.

Otro juez de Familia, Martín Alesi, de Rawson, pidió tener cuidado con la lectura de los datos oficiales. “Reflejan únicamente que aumentaron los expedientes, nada dicen del número de denuncias de las víctimas en las Comisarías de la Mujer, que no llegan a la instancia judicial por las prácticas inconstitucionales del Poder Judicial chubutense”.

“Si cualquier persona va a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y denuncia lo que pasa en Chubut –advirtió- el Estado Argentino será sancionado por la comunidad jurídica internacional y pasará un papelón en las relaciones exteriores, por los incumplimientos”.

Alesi recordó que en la provincia “la mujer va a la Comisaría y no sirve, porque después debe ir a la Defensoría Pública o al estudio de un abogado para que firme la presentación. Es grande la cantidad de mujeres que denuncia en Policía y se queda sin medidas cautelares, porque algunos Juzgados no tramitan denuncias sin firma de abogado”. Alesi la consideró “una práctica burocrática, que viola derechos de las víctimas, pero las estructuras judiciales lo viven como un culto, por eso no se cuestiona ni genera una señal de alarma”.

El juez capitalino graficó que “en lugar de brindarse a la mujer maltratada una escalera mecánica para que acceda fácilmente a la Justicia, se le tira una soga enjabonada para que escale el Juzgado”. Entonces aparece una cifra negra de denuncias de violencia, sin procesar en estadísticas. “Es el más importante de todos los datos: las mujeres que denuncian en Policía y no reciben protección judicial porque no tuvieron más fuerzas para ir a ver a un abogado, ante el dolor y pánico que sufren luego de cada ataque”.

“A la mujer hay que ayudarla a llegar al sistema judicial, no imponerle un recorrido de varias ventanillas. Cuando alguien cruce datos, notará que es mayor el número de denuncias policiales por violencia que el número de expedientes en los juzgados, y quedará en evidencia la desprotección y el maltrato institucional a las personas más vulnerables”.

Alesi subrayó que “si en una Comisaría hay 1.000 denuncias, en el Juzgado deben estar todas ingresadas, y con medidas cautelares cuando hay riesgos para la víctima", y agregó: "la dura verdad es que el Poder Judicial registra a la víctima cuando llega, si es que llega, al Juzgado, con un abogado. Si denunció en Comisaría todavía no existe como dato ni como persona destinataria de tutela judicial".

Fuente: Jornada

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