Una familia que vive en el country San Eliseo de Guernica, Buenos Aires,vivió una noche de terror cuando fue sorprendida por un grupo de ladrones, que torturó a la dueña de casa arrancándoles las uñas con un alicate. 

La víctima de esta situación, Mónica López, estuvo internada en el sanatorio Los Arcos a causa de los golpes y lesiones recibidos durante el robo. 

La familia fue asaltada por cinco delincuentes armados y encapuchados que ingresaron a su casa mientras dormían y actuaron de forma extremadamente violenta. “Traigan a una de las gemelas, cuando le cortamos la lengua a una van a contar donde están los dólares”, contó la mujer que le decían los delincuentes.

 “Cuando nos despertamos nos encontramos con cinco personas ajenas a mi hogar en nuestra habitación. Dos tenían a mis hijas y a la niñera y los otros nos estaban apuntando a nosotros, muy violentos. Nos dijeron que venían a buscar los dólares”, relató Mónica a TN.

Tanto Mónica, como su marido, Maximiliano Ferrari, les dijeron a los ladrones que “tenían una mala información”, que ellos sólo tenían pesos. En ese momento, mientras el marido de Mónica llevó a dos de los delincuentes a su camioneta para darle los pesos que tenía, tres se quedaron con ella. Fue en ese momento cuando empezaron a torturarla arrancándole sus uñas.

“Me sacaron una uña de una mano, me preguntaron dónde están los dólares y yo le dije que en mi cartera”, contó Mónica, al tiempo que explicó que terrible método con el que se las quitaban: “Me las arrancaban para arriba, con un alicate”.

La mujer contó que cuando le arrancaron la primera uña, le dijo que tenía 1000 dólares en al cartera y ahí uno de los delincuentes dijo: “¡Ah, ahora sí hay dólares!”, y los ladrones continuaron preguntándoles dónde estaba el resto del dinero. Ante la respuesta de Mónica de que no había más, los delincuentes empezaron a decir que “esto no iba a funcionar”.

Luego, cuando trajeron nuevamente al marido de Mónica comenzaron a patearlo frente a las gemelas de siete años y en ese momento les dijeron: “Traigan a una de las gemelas, cuando le cortemos la lengua a una van a decir donde están los dólares”.

Mónica contó que cuando escuchó eso ya no tenían más nada para entregar, entonces se desesperó y empezó un forcejeo. Su marido también comenzó a pelear con los delincuentes. Ella le mordió el dedo a uno ladrón que le tapaba la boca y éste le pegó culatazos, cortándole la cabeza. También le pegaron patadas.

En el forcejeo ella arrojaba todo lo que tenía a su alcance y, según ella, al ver los ladrones que habían perdido el control de la situación, se retiraron de la casa.

Con información de TN y Los Andes

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