Cristina Kirchner mostró su propio glosario en el discurso que dio el 25 de mayo frente a una militancia ferviente y deseosa de escuchar a su líder. “En el bondi”, “ese ministro calvo de ojos claros”, “mamarracho”, “verdadero mamarracho indigno”, “rémora monárquica”, “los kukas”

Hay más. Nadie puede negar que la vicepresidente tiene un ingenio por sobre la media para la oratoria y que, su creatividad en el lenguaje, es tan sofisticada como llana.

La utilización reiterada del concepto de “los kukas” no es al azar. Cristina Kirchner resignificó la percepción negativa y despectiva de cómo se nombran a los kirchneristas. De ahora en más, cada uno de ellos, exhibirá con orgullo: “nosotros los kukas”, “nosotros los kukas, los perucas”. Transformar lo ofensivo en identidad para esos miles de fieles que buscan que la líder les marque el camino. Y lo marcó.

En el escenario de la Plaza de Mayo, la imagen política central estaba compartida con Máximo, Axel Kicillof, Eduardo “Wado” De Pedro y Sergio Massa. Si bien cada uno de ellos tiene su impronta personal y su carrera política, todos necesitan de la bendición cristinista. De lo contrario, no habrían estado ahí bien cerquita de la vicepresidenta.

En las ultimas semanas, las versiones de política electoral del Frente de Todos iban y venían con un abanico de opciones, pero siempre con los mismos nombres. “Massa presidente- Wado vice”, “Axel a presidente, Wado a provincia”, “Wado presidente, Axel sigue en provincia”, “Massa con quien sea”, “Sin Massa en la fórmula”.  

Mientras corren los días, cada uno de ellos, hace su juego. El ministro del Interior, acentuó desde hace semanas su campaña en redes sociales y sorprendió horas después del discurso con un video en modo candidato (hay que ver candidato a qué) y pegatinas con su nombre. 

Por otro lado, Axel sale a mostrarse firme en el electorado bonaerense y da rienda suelta a sus defensores para que los instalen en el distrito mas codiciado en votos del país. Lo cierto es, que el gobernador de la provincia de Buenos Aires, no quiere saber nada con la pelea a nivel nacional. 

Sin embargo, hará lo que quiera La Jefa. 

El propio Carlos Bianco, mano derecha de Axel y quien defendía de manera mas acérrima la reelección de Kicillof, lo transparentó: “Si nuestra fuerza política decide que eso -la candidatura a presidente de Kicillof- estratégicamente es lo mejor, lo va a hacer. Cuando digo estratégicamente digo Cristina, que es quien define la política y la táctica electoral”, dijo por radio. 

El habilidoso Sergio Massa sigue en la carrera e insiste (por lo bajo) con querer ser el único candidato, el de la unidad, el que todos apoyen y bendigan. Rápido de reflejos, el ministro perspicaz, invitó a Máximo Kirchner a su viaje a Shanghái para buscar fondos para el país. Charla va, charla viene, vayan a saber qué sucede en horarios chinos.

Queda claro que la definición de candidaturas va a requerir de la decisión y aprobación final de la reina madre Cristina. Imposible sin eso. Y eso vendrá con condiciones. Para la vicepresidente no sólo es necesario entrar en el ballotage. Es primordial el armado de listas. Y ahí aparece la mayor condición: llenar a los casilleros de “kukas”. Quien sea el candidato debe saber que el armado electoral tiene que ser con mayoría kirchnerista.

Cristina marcó la cancha en el discurso. Los mostró cerca de ella. Deja correr versiones y deseos de candidaturas sin manifestarse todavía sobre su posible jugada. Pero contándole a todos que, de ahora en más, ser kuka es un orgullo. Ser kuka, peruca es del pueblo. Y si quieren los votos de los eufóricos que coparon la plaza, tienen que darle lugar a los propios. A los fanáticos que tienen tatuados la “K” en la piel y en el corazón.

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