No nos importa el spot
A la sociedad no le interesa prestar atención a los spots que terminan solo agrandando las tandas publicitarias de radio y televisión. Es parte del descreimiento de la política que, se acuerda en campaña de la repercusión que pueden tener. Si no, pregúntenle a Franco Rinaldi.
Hacer ruido. Llamar la atención de la sociedad. Ser serios. Dar propuestas (o hacer de cuenta que las dan). Más, o menos agresivos. En campaña todos dicen que hay límites, pero, en la realidad, a veces parece un “todo vale”.
De todas esas estrategias de comunicación, spots oficiales, campañas en las redes, ¿Qué es lo que le llega al elector? Poco y nada. Pero la ley es la ley y hay que cumplirla.
Según el Código Nacional Electoral, “queda prohibida la emisión y publicación de avisos publicitarios en medios televisivos y radiales con el fin de promover la captación del sufragio para candidatos a cargos públicos electivos, así como también la publicidad alusiva a los partidos políticos y a sus acciones, antes de los 35 días previos a la fecha fijada para el comicio”.
¿Y las redes sociales? ¿Y las expresiones de candidatos en declaraciones públicas? Un político está en campaña constante si quiere llegar a la elección posicionado. Para eso, sería conveniente ser honesto con sus pensamientos, la forma de transmitirlos y gestionar en consecuencia. Gestionar. Hacer. Resolver. No solo relatar. Ah, intentar ser serios sería ideal y, mínimamente respetuosos, también.
En las últimas dos semanas, tomaron protagonismo unos videos de redes en los que Franco Rinaldi se burla de homosexuales, pobres, negros y judíos. No bastaba con que salga una sola expresión para que se plantee la posibilidad de que Rinaldi de un paso al costado. Necesitaron varias frases aberrantes. Sin embargo, la preocupación política, crecía con el correr de los días. “Era un salvavidas de plomo”, “nos estaba costando caro el affaire con Rinaldi” fueron algunas frases que circularon en el sector de Juntos por el Cambio.
Si bien está claro que alguien quiso reflotar estos videos xenófobos, antisemitas, discriminadores y violentos, me pregunto si nadie del armado político los conocía. Y si los conocía, ¿no le parecían graves? ¿No pensaron que saldrían a la luz? ¿O será que creyeron que eso sumaría votos?
¿Cómo seleccionan un candidato así pretendiendo decir que piensan lo contrario?
Después de la renuncia de Franco Rinaldi a ser precandidato, en el comité de la Ciudad de Buenos Aires, y también a nivel nacional, están desesperados para que el episodio sea olvidado y no tenga más relevancia en la escena mediática. Antes, todos se apuraron a aclarar que no coinciden con esos dichos pero que nadie canceló a Rinaldi. La decisión del, ahora, ex candidato a legislador de CABA, fue personal.
Los distintos comités de campaña se pasan horas debatiendo sobre un electorado al que no le dedican interés. Viven en su mundo. ¿No saben que los afecta el desprecio? Queda evidente que tampoco evalúan que candidatos presentar en las boletas. ¿Cuáles eran las condiciones políticas de Rinaldi para ir primero?
Y después se sorprenden en la cantidad de votos en blanco que hubo en las provincias y en las proyecciones de las encuestas. Para citar dos ejemplos: el resultado del Observatorio Social de la Universidad de La Matanza arroja que el 8,1% de los consultados no sabe a quién votar y el 4,1 votaría en blanco o impugnaría el voto. Para citar un contrapunto, los datos de Opinaia Argentina tiene una tendencia similar: el que no sabe o está indeciso marca un 7% y un 3% contesta por el voto en blanco.
¿La política sabe que el ciudadano no militante, el de a pie, no le presta atención a la publicidad? Para colmo, como la propaganda es por ley para cumplir la ley, aparecen una detrás de la otra, todas encimadas. En diálogo con Carlos Fara, un experto en procesos electorales y su influencia en la sociedad, se analizó que hay detrás de esa saturación comunicacional. “Hay un problema de origen del emisor. La gente está reacia a la credibilidad de un spot porque hay un contexo de estado de ánimo negativo y la política esta devaluada. Por lo que, los spots quedan ligados a esa devaluación” apunta Fara.
La sociedad argentina viene expresando su lejanía con la política, su falta de atención a lo que sucede en ese ámbito. Todos escuchamos alguna vez la frase “total se pelean entre ellos y no nos solucionan nada”. El descreimiento es total. Hay parte de la sociedad que ni le importa Franco Rinaldi, ni que dijo, ni despreciar sus dichos, ni aceptarlo. Hay ciudadanos que quieren llegar a fin de mes, que no pueden festejar 6% de inflación, que necesitan que sus hijos vayan a la escuela y que no tengan miedo que los maten en un robo.
“El nivel de saturación comunicacional hace que pierdan efecto, salvo que resuenen. Hay un problema de origen del emisor¡. La gente reacia a la credibilidad de un spot porque hay un contexto de estado de ánimo negativo y la política esta devaluada Los spots quedan ligados a esa devaluación”