COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR) - Distintas fuentes consultadas por ADNSur confiaron que la reunión de esta tarde entre sindicatos petroleros y las operadoras del sector, en el marco de la discusión paritaria, volverá a poner sobre la mesa no sólo la discusión sobre el porcentaje de aumento salarial, que oscilaría entre el 28 y 32%, según se considere hasta diciembre o a los primeros meses del año próximo, sino también la exigencia de fijar criterios de “productividad” por parte de las compañías. En ese marco, algunos observadores coincidieron en que “todavía falta un poco de hervor” a las negociaciones, mientras desde Chubut se recordaron los dichos de José Lludgar (secretario de Petroleros Jerárquicos) la semana pasada, cuando aseguró que en esta provincia ya se ha avanzado en lo que refiere a eficiencia y otras alternativas para mejorar la producción, “por lo que los deberes, al menos aquí, ya los hicimos”.
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Con esos elementos, la mirada queda puesta en determinar cuáles son los criterios de productividad que se pretenden establecer y con qué elementos se medirá la eficiencia laboral, a cambio de lograr la mejora salarial.
Una fuente que sigue de cerca las discusiones confió a esta agencia que algunos acuerdos sectoriales ya se pusieron en práctica con el gremio de la construcción, acordando mejoras salariales condicionados a la mejora de eficiencia en el trabajo: “esto le significó más plata en el bolsillo a los trabajadores y al mismo tiempo hubo una gran mejora en los avances de obra –se indicó-. Por eso se pretende avanzar en igual sentido con los petroleros”.
La búsqueda de productividad es resistida desde el sindicato petrolero Chubut, según planteó el diputado Carlos Gómez días atrás: “lo que se pretende detrás de la búsqueda de eficiencia es volver a la flexibilidad laboral de los 90”, argumentó, en referencia a los planteos de las operadoras para reducir las horas muertas de trabajo, por ejemplo aquellas que se pierden cuando se suspende la actividad con vientos que superan los 40 kilómetros por hora.
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“Nadie pretende que se realicen tareas inseguras –se argumenta desde una compañía petrolera-, porque las prácticas son permanentemente revisadas por el IAPG y la industria no va a retroceder en materia de seguridad; pero lo que queremos discutir es que con un viento de esas características se pueden cumplir otras tareas que no entrañan peligro y no necesariamente suspender absolutamente toda la actividad”.
Dentro de la discusión también aparece la jornada de 8 horas para redistribuir operarios y reducir la posibilidad de pérdidas de trabajo, ante la baja de otros 7 equipos en Santa Cruz por parte de YPF, que ya había bajado otros 7 con anterioridad en esa provincia.
LA PERFORACIÓN NO SE REACTIVÓ
Por otra parte, dentro del contexto general, la situación sigue siendo preocupante. La actividad de perforación de pozos no se ha recuperado en el primer semestre del año y desde ámbitos gubernamentales de la provincia se mira con reticencia a las operadoras, ya que no se cumplieron los compromisos asumidos para restablecer el parque de equipos perforadores, bajo el argumento de que “cambiaron las condiciones”.
En ese marco, se indicó que “PAE no subió todos los equipos que iba a subir y hoy YPF mantiene un 10% de los perforadores que había en la época de Repsol”. Sin embargo, también se admite la falta de instrumentos concretos por parte del Estado provincial para poder exigir dichos compromisos.
En ese contexto, los coletazos de la crisis son inevitables. La situación de empresas regionales sigue planteando serios interrogantes, de cara al pago de aguinaldos y a la posibilidad de asumir los aumentos salariales que se acordarán en paritarias.
“No hay un problema financiero, sino económico –se afirmó-. Hoy muchas empresas no pueden pasar evaluación de los bancos, por el nivel de sobre endeudamiento pero además porque no están facturando servicios, que no se restablecerán en la medida que no haya perforación, ya que sólo se mantiene lo vinculado a mantenimiento y producción”.
