PUNTA TOMBO - Los primeros pichones de pingüinos de Magallanes comenzaron a observarse este miércoles en los nidos "escarbados" bajo las matas achaparradas de Punta Tombo, la principal colonia del continente de esa especie. La llegada de estas simpáticas aves suma otro atractivo turístico más a la provincia.

Foto: Sebastián Pérez Astuti

Los pingüinos de Magallanes son visitado en promedio por 65.000 turistas por año, favorecidos por la buena accesibilidad de las rutas hacia la reserva. "Desde el fin de semana comenzaron a verse los primeros cascarones rotos y los sonidos propios de los pichones" explicó a Télam uno de los guardafaunas que mantiene la permanente vigilancia sobre la colonia.

Los primeros ejemplares en llegar fueron los pingüinos machos, que emprendieron de inmediato el reacondicionamiento de sus nidos, generalmente el mismo de la temporada anterior, y tras ellos arribaron las hembras, que en octubre pusieron dos huevos por nidada y tras 40 días de incubación compartida con el macho, están comenzando a dar a luz a los pichones.

"Los ejemplares llegaron sanos y sin manchas de petróleo y por lo que vemos los primeros pichones nacen fuertes", dijo el subsecretario de Conservación y Áreas Protegidas de este distrito, Marcelo Bertolotti, al explicar el fenómeno natural que ocurre todos los años.

Los polluelos nacen cubiertos de un plumón gris oscuro, y en un par de meses lo mudarán por un plumaje juvenil que les permitirá realizar sus primeras incursiones en el mar para buscar su propio alimento a la espera de adquirir el plumaje adulto, que obtendrán si sobreviven a las duras condiciones climáticas y de hábitat, recién el año que viene.

Mientras tanto, las hembras y los machos se encargarán de preserva el nido y alimentar a los pichones con anchoitas y calamar por regurgitación, tragando el alimento y reservándolo para más tarde nutrir a la cría con una pasta que los pequeños puedan comer hurgando del pico de sus padres.

El presidente del "Ente Trelew Turístico" (Entretur), Miguel Ramos, confirmó a Télam que "la reserva está habilitada y tiene vida a pleno, con una condición muy particular porque este año llovió bastante y está todo cubierto de un verde poco común".

El área protegida de Punta Tombo posee una superficie de 210 hectáreas y llega a ser la más poblada del continente, con más de un millón de pingüinos cuando la familia se completa. Los ejemplares de "Spheniscus magellanicus", tal su nombre científico, son muy amigables y permiten que se les tomen fotografías, filmen o simplemente contemplen desde muy cerca lo que representa un valor agregado muy importante para los turistas, que previo a acceder al área de los nidos, pasan por el centro de interpretación.

Al atractivo central de los pingüinos se suma la coexistencia con una variada fauna de aves marinas como cormoranes, gaviotas cocineras, gaviotas australes, gaviotines, skúas y ostreros. También merodean la reserva otras aves propias de la estepa patagónica, como choiques, martinetas, chingolos y calandrias.

Completan el cuadro de una activa colonia ecológica los mamíferos de la zona como guanacos, maras, zorros, piches y peludos. Además del centro de interpretación ubicado en el acceso a Punta Tombo, la reserva cuenta con senderos que ordenan la circulación del visitante para evitar un impacto con la fauna.

La reserva tiene un mirador y puesto de control desde el cual los guardafaunas hacen su tarea de control y existen bancos y áreas de descanso a lo largo del recorrido, que también está preparado para personas con dificultades motrices.

Fuente: Jornada

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