Nación eliminará aranceles a celulares importados: bajarán hasta un 30% los precios de electrónicos
La medida se aplicará en dos etapas y también incluirá una reducción de impuestos internos para televisores y aires acondicionados. Se espera una caída generalizada en los precios y un menor incentivo al contrabando.
En un anuncio clave para el mercado tecnológico y de consumo, el vocero presidencial Manuel Adorni confirmó este martes que el Gobierno nacional eliminará por decreto los aranceles de importación sobre los teléfonos celulares. La medida, que forma parte de un plan integral de desregulación y reducción impositiva, busca equiparar los precios locales con los de países vecinos y combatir el contrabando y la informalidad.
Según detalló Adorni en conferencia de prensa, el esquema se implementará en dos etapas. En primer lugar, los aranceles se reducirán del 16% al 8%, lo que tendrá un impacto inmediato desde la publicación del decreto, prevista para este jueves o viernes. Luego, en una segunda etapa, los aranceles serán eliminados completamente (0%) a partir del 15 de enero de 2026.
Además, se anunció una reducción de los impuestos internos que actualmente gravan a los celulares, televisores y aires acondicionados importados: pasarán del 19% al 9,5%. En el caso de los productos fabricados en Tierra del Fuego —un polo estratégico de producción tecnológica nacional—, la baja será aún mayor, llevándose del 9,5% al 0%.
"Hoy en la Argentina, un celular con tecnología 5G cuesta el doble que en Brasil o Estados Unidos. Había gente que pagaba un avión y un hotel para comprar algo tan básico como un celular, y aun así le salía más barato", argumentó Adorni. Para respaldar la medida, el vocero presidencial ofreció comparaciones concretas:
- En Argentina, un celular de alta gama ronda los u$s 2.566.
- En Madrid, cuesta u$s 1.290.
- En Santiago de Chile, u$s 1.147.
- En Londres, u$s 1.143.
- En Nueva York, u$s 1.011.
En cuanto a las computadoras, el precio promedio en Argentina es de u$s 1.931, mientras que en Chile ronda los u$s 900, según datos oficiales.
Desde el Ejecutivo estiman que la suma total de estas rebajas impositivas generará una caída de hasta el 30% en los precios de productos electrónicos importados, un cambio que —afirman— acercará el mercado argentino a los estándares internacionales.
Adorni explicó que estas decisiones no solo responden a una lógica económica, sino también a razones de seguridad. "Además de bajar los precios, estas medidas van a contribuir a reducir el contrabando y el robo de celulares, algo que ya vimos con el caso de los autos y los neumáticos tras la baja de impuestos y la desregulación de autopartes", sostuvo.
Por otro lado, el vocero destacó que la administración de Javier Milei ya ha eliminado 19 impuestos, lo que representa una reducción del 2,5% del PBI en la carga tributaria. "Mientras se mantenga el superávit fiscal, vamos a seguir bajando impuestos", aseguró, reafirmando uno de los pilares del programa económico del Gobierno.
Esta decisión se inscribe en un contexto más amplio de reformas orientadas a liberalizar la economía, incentivar la competencia y eliminar distorsiones de precios. A poco más de cinco meses de iniciada la gestión de Milei, el oficialismo redobla la apuesta por una apertura comercial gradual, que apunta tanto a bajar los precios como a dinamizar el consumo y desalentar prácticas ilegales.
Implicancias para el mercado y los consumidores
El impacto de estas medidas será significativo en varios frentes. Para los consumidores, representa la posibilidad de acceder a tecnología de punta a precios más accesibles y competitivos. Para el comercio formal, implica un incentivo para recuperar ventas que hasta ahora estaban captadas por el mercado informal o el contrabando. Y para los importadores, supone un nuevo escenario de mayor previsibilidad y menores costos.
A pesar de las críticas de algunos sectores que advierten sobre un eventual impacto en la industria fueguina, el Gobierno remarcó que también allí habrá beneficios: la eliminación total de los impuestos internos permitirá que las fábricas mantengan competitividad.
Con esta jugada, el Ejecutivo apuesta a consolidar su narrativa de desregulación, apertura económica y alivio fiscal, en un año marcado por la contienda electoral y la búsqueda de resultados concretos en materia de precios, consumo e inversión.
