TOKIO - Duro revés. El cierre de gira menos deseado. Jaguares cayó ante Sunwolves por 36-28 en el Prince Chichibu Memorial Stadium de la capital japonesa. Los asiáticos, sin Tomás Leonardi, festejaron por primera vez en el Super Rugby y se recuperaron de la goleada sufrida ante Cheetahs la semana pasada en Bloemfontein.

El comienzo llegó con un susto importante para todo el plantel argentino. Joaquín Tuculet saltó a recibir una pelota y entre dos jugadores nipones cayó de la peor manera. Luego de ser atendido, el hombre de Los Tilos no pudo regresar al campo de juego y fue reemplazado por Emiliano Boffelli, de gran aporte en el encuentro.

Jaguares debió lidiar con el stress de sentirse obligado a ganar y volver, después de una gira de un mes fuera de su país, con una sonrisa luego de tres derrotas consecutivas en Nueva Zelanda ante Blues, Hurricanes y Crusaders.

A excepción de la lesión de Tuculet, el equipo mostró intenciones claras de hacerse con el encuentro desde el inicio. Sin embargo, los Sunwolves siempre complicó. Con un Tusi Pisi intratable y de excelente rendimiento en todo el partido. El estuvo efectivo a la hora de los palos y anotaba para el 3-0.

Los Jaguares eran más clínicos, mostraban una sólida recepción aérea y luego de decidirse por el line out y el maul internados en campo rival, lograron anotar gracias a su capitán Agustín Creevy, TMO mediante. Para seguir con las buenas, Lucas González Amorosino apoyaba luego de una excelente gestión de Jerónimo De la Fuente tanto en cómo fijó la marca como en la habilitación para el hombre formado en Pucará.

Pero conforme pasaban los minutos, el equipo argentino bajaba su intensidad y se mostraba preso del errático rugby nipón: a veces intenso, otras desprolijo pero siempre con entrega. Yasutaka Sasakura apoyaba y Tusi Pisi anotaba la conversión. El samoano, además, se ponía al hombro a su equipo y marcaba de penal para pasar al frente.

Los dirigidos por Raúl Pérez, en tanto, enarbolaron una serie de arrestos ofensivos. Uno de ellos fue gestado por Juan Martín Hernández, quien habilitó a Ramiro Moyano. El tucumano optó por el sombrero y quien apareció de la nada fue Emiliano Boffelli. Obra maestra en cuanto a su gesto técnico y penal del número diez argentino para cerrar arriba 18-13 el primer tiempo.

El segundo tiempo se jugó al ritmo de Sunwolves. Es cierto, Facundo Isa marcó un try de intercepción a los 7 minutos del complemento, pero esa sería la última sonrisa del equipo argentino. La energía comenzó a mermar al mismo tiempo en el que Tusi Pisi tomaba el control del juego.

El diez repitió pases internos, fue clínico con las patadas posicionales y supo ver los espacios libres. Jaguares fue una bola de cansancio acumulado, falta de lucidez y, hasta cierto punto, relegó su potencia en las formaciones fijas.

El liderazgo en el marcador se alternaría una vez más gracias a un penal de Hernández, pero la batería de puntos de Derek Carpenter -try convertido a los 56'- y Tusi Pisi –dos penales a los 66', 71'- dejaban el juego en manos locales. Esas primeras conversiones fallidas del apertura argentino dolían cada vez más.

Los últimos diez minutos del encuentro fueron a pura caminata. Sunwolves se apoyó en su ventaja parcial, hizo correr el reloj y mantuvo la posesión cuando debía hacerlo. Además, cerró con broche de oro frente a su gente. Apretó en los segundos finales y Harumichi Tatekawa apoyó el try final del juego.

Se terminó una gira durísima para Jaguares con balance negativo. Por los resultados, claro está. Pero sobre todo porque el nivel fue en descenso, y con Sunwolves volvieron a cometer demasiados errores y no fueron protagonistas, algo que sí habían conseguido en el comienzo del Super Rugby. La próxima semana tendrán otro desafío con Kings en Vélez y recién después de ese duelo, el descanso que ya necesitan. Fuente: Jornada

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