Con una visión de inclusión de género, pero también de equidad competitiva, dicho reglamento pone énfasis en la concentración de testosterona y en el desarrollo físico durante la pubertad.

Mediante un comunicado, la máxima autoridad de la natación norteamericana expresó: “USA Swimming ha defendido y seguirá defendiendo la equidad de género y la inclusión de todas las mujeres cisgénero y transgénero y sus derechos a participar en el deporte, al tiempo que apoya fervientemente la equidad competitiva en los niveles de competición de élite”.

La nueva reglamentación pondrá el ojo en el recuento de la concentración de testosterona en sangre, la cual deberá estar por debajo de los 5 nanomoles por litro durante los 36 meses anteriores a la competencia. Además, en estos casos, deberán sumar estudios que acrediten que su desarrollo previo, más allá de haber tenido intervenciones médicas, no le otorgue ventajas competitivas sobre sus rivales

En un análisis realizado por la federación, detectaron que la mujer mejor posicionada en las competencias del 2021, en promedio, estaría clasificada en el puesto 536 en todos los eventos masculinos. En ese sentido, para el organismo, “el desarrollo de la política de élite reconoce, por tanto, una diferencia competitiva en las categorías masculina y femenina y las desventajas que esto supone en la competición de élite cara a cara”.

La inclusión de personas transgénero en el deporte es un tema por el que hace tiempo los distintos organismos y federaciones vienen pasándose la pelota unos con otros: desde el Comité Olímpico Internacional decidieron derivar el tema a cada una de las federaciones internacionales, algo que desde la Federación Internacional de Natación venía postergando hasta este precedente, llevado a cabo por la NCAA y USA Swimming.

La nadadora trans que rompió el cronómetro

El caso de Lia Thomas, puso en evidencia una problemática que se viene dando en muchos deportes. Y es la inclusión de manera correcta de las personas transgénero a las distintas disciplinas sin generar desequilibrios en la igualdad competitiva y respetando el fair play.

La nadadora, de 22 años nacida en Texas, compitió hasta el 2019 como hombre (cuando se llamaba Will), formando parte del equipo masculino de la Universidad de Pensilvania durante tres años, hasta su cambio de sexo. Desde ese entonces recibió tratamiento de supresión de testosterona durante un año y cumplió las reglas vigentes hasta ese momento.

A su vuelta, en noviembre de 2021, batió varios varios récords femeninos de la Universidad y la Ivy League además de lograr la mejor marca del año en 200 metros libres, con una notoria diferencia con sus pares, lo cual generó el rechazo de desde muchos sectores del ambiente de la natación.

El hecho tomó relevancia luego de que la jueza de la Federación USA Swimming, Cynthia Millen, renunciara a su cargo en señal de protesta por este caso seguido a una carta presentada por un grupo de padres de la universidad en el que se refirieron a Thomas como una amenaza para el deporte femenino.

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