CAPITAL FEDERAL (ADNSUR) - Desde hace muchos años, elementos como un lienzo y un bastidor dejaron de ser necesarios para que un pintor plasme sus creaciones. Durante el siglo XX estalló el furor por el arte callejero y tanto los grafitis, como los murales y toda clase de intervenciones del espacio público se convirtieron en un medio de expresión de distintos artistas.

Ben Wilson es un ilustrador inglés de 57 años que hace más de 15 años se dedica a esculpir y pintar con acrílicos los chicles tirados por los transeúntes en las calles de Londres. En un diálogo con la AFP, él comentó sobre la costumbre del ser humano de contaminar su entorno de forma indiscriminada:

"Es triste ver el impacto que los seres humanos pueden tener en el medio ambiente y la cantidad de desechos que producimos. Me parece bien poder crear algo con eso", señaló. 

Sus obras son realmente pequeñas. Por lo general no superan el diámetro de una moneda. Se puede encontrar buena parte de ellas en torno a la célebre catedral de Saint Paul y a lo largo del Millenium Bridge. Sus diseños suelen rebosar de colores y tener cierto espíritu de alegría con influencias de la psicodelia.

Instagram post by Ben Wilson

En sus dibujos, que a menudo tienen fecha y dedicatoria, a veces se rinde homenaje a algunos lugares, y otras simplemente se enaltece a la naturaleza, por lo que su estilo bien puede ser catalogado como ecologista. Al respecto de su compromiso ambiental, Wilson señaló: "Yo transformo el desecho en arte, es una forma de reciclaje". 

En cuanto a su modo de subsistencia, él afirma que vive de sus colaboraciones con otros artistas o galerías. No obstante, nunca acepta las propuestas de quienes le ofrecen dinero a cambio de una dedicatoria en una de sus creaciones, informó Indie Hoy. 

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