“Como la Flor”, la vida de Camila Garay se abrió al deseo que anhela desde niña. Es que descubrió que ir tras los sueños es posible, y prueba de ello es la solidez con la que hizo frente al enorme desafío artístico de ingresar a La Voz Argentina, el programa que se emite por Telefe, haciendo lo que más le apasiona: cantar.

La Embajadora del Golfo San Jorge, que enamoró a todo un país con su particular voz, dialogó en exclusiva con ADNSUR y dio cuenta de sus inicios, su familia y sus ilusiones, luego de lo que fue un exitoso debut en el reality que cuenta con figuras de la música internacional como Lali Espósito, Mau y Ricky, Soledad y Ricardo Montaner. 

De padres cuyanos, Camila cuenta que nació en Mendoza, pero que fue registrada en Las Heras, Santa Cruz, a poco menos de los dos meses de edad, por lo que no deja lugar a discusión: es “santacruceña desde siempre”.

Su historia escolar empezó como la de muchos niños y niñas lasherenses, en el Jardín 8 y prosiguió en la Escuela General Básica 64 (hoy Escuela Provincial), culminando en el Secundario 3. Pero su vida con la música empezó mucho antes, incluso previo a aprender a hablar, desde cuando su papá le cantaba o su mamá la ponía en su regazo para disfrutar de escuchar variadas sinfonías.

Camila Garay, la joven de Santa Cruz que se prepara para dar batalla en La Voz Argentina

A los 8 años descubrió que amaba cantar. Lo hizo desde siempre, pero “en ese entonces no conocía nada de afinación ni de tiempos”, y junto a sus docentes de música empezó a nutrir ese talento natural que hoy la presenta al mundo como dueña de una voz de tonalidades y matices únicos, con una emocionante fuerza que sin importar lo que entone enamora, emociona y cala profundo en el alma de quienes disfrutan de su arte.

“Recuerdo que en el secundario uno quiere elegir una universidad, y yo quería estudiar el profesorado de Canto. Iba a viajar a Córdoba, pero buscamos a Emma y elegí ser mamá”, contó. Priorizó la familia, y junto a su marido Franco más tarde tuvieron a Lorenzo (Lolo, como todos lo llaman), consolidando así una historia de amor que nació en 2016 luego de cruzar miradas en un supermercado. El tiempo y los mensajes en redes sociales hicieron la base de una relación que perdura hasta hoy.

La veta artística de Camila Garay nunca se detuvo. A su trayectoria en el Coro General Las Heras, se suman actuaciones solistas en diversos espacios y eventos locales y regionales, incluso en escenarios como el de la Plaza Próspero Molina, en un Pre Cosquin (la previa del Festival Nacional del Folclore) con tan solo 19 años.

LA VOZ ARGENTINA

“En las redes sociales vi que estaban haciendo un casting en Río Gallegos, y yo quería ir. Debía viajar muchos kilómetros pero lo hice, por mis propios medios y lo logré. Recuerdo que elegimos un repertorio con 4 o 5 canciones y entre ellas estaba  Como la Flor, de Selena, que es con la que hice la audición a ciegas. Nunca pensé que iba a pasar por un momento así, la verdad es que estoy muy feliz”, expresó Camila. 

La metodología del certamen consiste en la disposición de un escenario y de espaldas a este se erigen cuatro sillas, con cinco ubicaciones para el jurado conformado por Lali Espósito, Mau y Ricky, Soledad y Ricardo Montaner, baluartes en los géneros del pop, el reggaetón, el folclore y la música popular, el rock y la balada romántica.

Camila Garay, la joven de Santa Cruz que se prepara para dar batalla en La Voz Argentina

Mientras cada artista canta, el jurado escucha atentamente y si aprueba su voz, rota sobre su eje tras apretar un botón. Ese movimiento significa que el o la cantante ingresan a la competencia, y luego deberán elegir el equipo del que formarán parte para el próximo paso de La Voz Argentina, nada más ni nada menos que “Las Batallas” donde el público elegirá mediante votación a los mejores exponentes del evento.

Allí está Camila Garay, adentro. Nuestra Embajadora espera bajo la tutela de Mau y Ricky, su momento para volver a cantar y sentir esa “mezcla de sensaciones” que le produjo la audición a ciegas y el hecho que las cuatro sillas la eligieran.

“Me di cuenta que el jurado completo volteó cuando terminé de cantar. En el momento en el que los vi, estaba como muy emocionada, tenía un nudo en la garganta. Nunca pensé que se iban a dar vuelta las cuatro sillas. Nunca fui con esa idea, siempre pensé que alguno, a lo sumo dos, podrían apretar el botón. No puedo describir lo que viví, cuando los vi no lo podía creer, fue sentir que valió la pena todo el esfuerzo que hice. Me sentí muy satisfecha y feliz con el resultado”, añadió.

Para Camila es “una única oportunidad” y se hace cargo de la representación de la Patagonia, ya que reconoce que “nos cuesta mucho poder llegar a la pantalla o a los escenarios de Buenos Aires, en lo artístico es muy difícil”. 

“Yo no sé si el tren pasará otra vez. Mi sueño es poder hacer lo que me gusta. Poder estudiar canto y transmitir lo que siento a mis alumnos. No sé si hacerme conocida, pero sí poder dedicarme a la música que es mi pasión, y enseñarle a mis hijos que hay que luchar y perseguir los sueños, porque en una de esas, Dios y el universo te dan la oportunidad de vivir de lo que amás”, sentenció.
 

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